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Las macabras coincidencias de la muerte de Jim Morrison

Para los supersticiosos, los números de la biografía y muerte del cantante de los Doors están rodeados de mala suerte

Hay una gran mística siniestra en torno al famoso club de los 27, los músicos que perdieron la vida (o se la quitaron ellos mismos) con esa edad. Los más ilustres son Janis Joplin, Jimi Hendrix, Jim Morrison, Brian Jones y, en tiempos más recientes, Amy Winehouse y Kurt Cobain. Sin embargo, para los supersticiosos, los números que rodean la muerte de Jim Morrison, líder de The Doors, son especialmente llamativos, dignos de un plan macabro.

Jim Morrison falleció en extrañas circunstancias un 3 de julio de 1971 en París. Fue el mismo día, pero dos años después, del fallecimiento de Brian Jones, guitarrista de los Rolling Stones, ahogado en la piscina en 1969. El año siguiente sería el de Joplin y Hendrix, los otros ilustres miembros del club, también fallecidos en circunstancias no aclaradas y solo unos meses antes que el cantante de los Doors. En todos los casos las drogas aparecen como un fantasma o como causa explícita, pero en todos hay dudas. Las muertes de los cuatro “fundadores” del Club del 27 (se dice que Robert Johnson tenía 27 también, pero es difícil comprobarlo) se produjeron en el espacio de dos años exactos.

En el caso de Morrison, éste había nombrado heredera universal en su testamento (sí, había redactado un testamento con apenas 26 años) a su “compañera cósmica”, Pamela Courson, a la que dedicó muchos de sus poemas y también le confió su más preciada posesión, sus poemarios. La relación con Courson fue muy turbulenta porque ella era adicta a la heroína y Morrison tenía pánico a las agujas. Sin embargo, él la amaba por encima de todo y era la musa de su poesía. Acerca de la causa real de la muerte de Morrison se sabe poco. La causa oficial fue un paro cardíaco pero también se ha especulado con la sobredosis. Pamela fue quien encontró a Morrison muerto en el apartamento que compartían, según dijo, al despertarse. Aseguró no haber visto ni escuchado nada la noche anterior.

Pamela Susan Courson fue la única persona, además del médico forense, que vio el cadáver de Morrison. Heredó la fortuna y la obra del cantante y consiguió que sus poemarios fueran publicados. Pamela Susan Courson falleció de una sobredosis de heroína a los 27 años en 1974.