Las erupciones volcánicas que cambiaron el rumbo de la historia
Desde Pompeya hasta Indonesia, todas las catástrofes naturales que se han producido han tenido como consecuencia común la alteración climática mundial
A lo largo de la historia, numerosas catástrofes naturales se han quedado grabadas en el imaginario colectivo. Entre tsunamis, terremotos o volcanes, las desastrosas consecuencias que a veces se han dado han llevado a no olvidar para prevenir, e incluso han llegado a inspirar a cineastas o escritores. Hoy estamos asistiendo a una de estas situaciones en directo. Pero no es ficción, ni se está dando en el otro lado del planeta. Está ocurriendo en España, en las Islas Canarias y en pleno año 2021. Un volcán de la isla de La Palma ha entrado hace pocas horas en erupción, dejando imágenes impresionantes y manteniendo en vilo a su población. Siendo, con esto, inevitable revisitar la historia, enumeramos algunas de las erupciones volcánicas que, en distintas épocas y puntos del planeta, se han producido y han quedado marcadas en la memoria.
El Vesubio, Pompeya. Año 79 a.C. Fue la erupción volcánica más famosa y, quizá, mortífera de la historia. Esto último, seguramente, dada la poca prevención de la población de la época, así como la sorpresa que supuso aquella catástrofe. Pompeya, Herculano y Estabia fueron las ciudades que -sobre todo- quedaron sepultadas por la ceniza volcánica. Si bien el total de víctimas mortales sigue siendo desconocidos, de las aproximadamente 20.000 personas que habitaban en estas ciudades, se han hallado en Pompeya y Herculano restos de 1.500. Esta historia continúa impresionando tanto a expertos como a curiosos, siendo hoy Pompeya una ciudad para visitar y donde las ruinas y restos demuestran hasta qué punto la catástrofe fue total.
La Caldera de La Garita, en Estados Unidos. Conserva el título de la erupción más potente de la historia. Ocurrió hace unos 27 millones de años y, literalmente, cambió el clima de la Tierra. Hoy día, el cráter del volcán se puede ver en las Montañas de San Juan (suroeste de Colorado), y tal es su dimensión que los expertos parecen estar de acuerdo en que se trata del único evento volcánico conocido de magnitud 9. Si bien la extensión real del área devastada por la erupción de La Garita es desconocida, algunas investigaciones recientes sugieren que las cenizas pudieron alcanzar la costa Este de Norteamérica y el Caribe.
Tambora, en Indonesia. Ocurrió en 1815 y alcanzó la magnitud 7 del Índice de Explosividad Volcánica (VEI). Como la gran mayoría de catástrofes de este tipo, esta erupción también generó efectos devastadores en el clima europeo. De hecho, el año 1816 es el peor registrado en el continente en cuanto a mal tiempo, registrándose temperaturas medias de unos tres grados Celsius por debajo del promedio. Es decir, el año después del desastre se conoció como “el año sin verano”. En cuanto a víctimas mortales, y quizá también debido a la falta de material de prevención de desastres, murieron 60.000 personas.
Krakatoa, en Indonesia. De nuevo, este país, en 1883, sufrió una de las explosiones más catastróficas de la historia. Destruyó gran parte del conjunto de islas del archipiélago, provocando su casi desaparición, así como ocasionó un tsunami que acabó con la vida de 435 personas. Además, no solo fue una erupción, sino que se produjeron varias entre mayo y agosto de aquel año. Esto los expertos lo atribuían a una acumulación de vapor extremadamente caliente.
Monte Pelée, en la isla Martinica. En 1902, en la isla francesa ubicada en las Antillas Menores, en aguas del Caribe, fue víctima de otra gran erupción volcánica. Murieron 29.933 personas, así como el impacto ya no solo fue social y climático, sino también económico, cultural y político. La erupción del Monte Pelée afectó, ante todo, a la ciudad colonial St. Pierre, ciudad conocida por comercializar la mejor caña de azúcar. De hecho, cuando la ciudad estalló en llamas, toneladas de cañamales y azúcar se inflamaron y miles de personas murieron instantáneamente, asfixiadas o incineradas.
Pinatubo, en Filipinas. Ocurrió en 1991 y fue una de las erupciones volcánicas más grandes del siglo XX. Tras 500 años de inactividad, el Pinatubo estalló y sus efectos se sintieron en todo el mundo. Si bien antes de la catástrofe se pudo evacuar a varios miles de personas, el desastre envió grandes cantidades de gases a la estratosfera, lo que provocó una reducción en la cantidad normal de la luz solar en la superficie del planeta y, por tanto, una disminución de las temperaturas.