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El Canto del Loco: lo que separó Patricia Conde, ¿se puede volver a reunir?

El grupo se disolvió en 2010 después de un trágico suceso y el turbulento amor entre el cantante y la presentadora

El Canto del Loco
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Estaban en lo más alto, llenaban cualquier plaza de toros y cualquier pabellón de España. El Canto del Loco se enfrentaba a una gira de casi cien fechas patrocinada por La Caixa y habían llenado el Vicente Calderón y encabezado el enorme Rock In Río de Madrid. Sin embargo, justo antes de iniciarla, una desgracia, el fallecimiento de Miriam, la hermana de Dani Martín, desencadenó una serie de acontecimientos que desembocaron en el abrupto final del grupo en 2010. Aunque ayer en sus redes Martín ha jugado a la nostalgia recordando su pasado musical y hasta mañana no se sabrá en qué se cristaliza ese sentimiento (que bien podría ser un disco de versiones de aquellos tiempos, como hizo por su parte su primo, David Otero), cabe recordar que en la historia de la disolución del grupo hubo una actriz invitada: Patricia Conde. Al menos, así lo cuenta el que era su mánager entonces, Carlos Vázquez, Tibu.

“En El Canto del Loco, a pesar de que eran varios músicos, se hacía lo que decía Dani. eso siempre fue así, hasta el último día”, decía Tibu a este periódico hace apenas una semana. Las relaciones entre el mánager de la banda y el cantante habían sido tan buenas hasta el momento como para que éste le tuviera guardado en la agenda del móvil con el nombre de “Papá” y antes de que los acontecimientos se precipitasen, todo el grupo se había comprometido a la mastodóntica gira con la Caixa.

La relación entre Dani Martín y Patricia Conde había comenzado en 2007 y Tibu la describe así: “Ambos vivieron ¿el amor? más tórrido que uno pudiera imaginar. Pasaban del estado más pasional al odio más absoluto, racial, irracional, al segundo siguiente, y a mí me tocó estar en medio de tal lucha. En mi opinión, debieran haber dado un paso atrás y pasar por un psiquiatra que les medicase. este despropósito de relación malsana duró apenas un año, no sé cómo sería en The Beatles cuando apareció Yoko Ono, pero en el Canto del loco la aparición de Patricia Conde supuso una ruptura de algo que hasta entonces había sido genial”, describe Tibu, que sin embargo empezó a representar también a la actriz hasta que: “Un buen día, Patricia Conde me llamó y me dijo, por el manos libres de mi coche, delante de testigos, que ya no quería que fuese más su mánager porque lo era también del tipo más hijo de puta que había conocido, que se llamaba Dani Martín. Eso fue un descanso enorme para todos y los que formábamos parte del proyecto, y lo vivimos como una fiesta, como una liberación, excepto Dani, que parecía enloquecer con la sola idea de que alguien ‘’se la clavase a su chica’' (sic)”.

Sin embargo, después de una ruptura que Tibu califica de “criminal”, la situación se estabiliza y la banda mantiene su actividad. Hasta que, en 2009, de forma trágica, llega el fallecimiento de Miriam. En el tanatorio, aparece Patricia Conde, todos apoyan al cantante. Pocas fechas después, retoman la relación y Dani Martín desconecta el móvil. Desaparece durante 15 días. Solo vuelve a dar señales de vida con un mensaje a su mánager: “Me decía que estaba hasta los cojones y que ya no quería saber nada más de El Canto del Loco. Que no había gira”.

El mánager y el resto de músicos tratan de localizarle y lo consiguen para decirle que de la actuaciones dependen 80 personas y que existe un contrato firmado con La Caixa que deben cumplir. Le dicen que no puede suspender. “Le explicamos que, si es por cuestiones psicológicas, lo entiendo y podemos tener un certificado médico de su estado psicológico para cubrirnos las espaldas, porque La Caixa han pagado una fortuna. Pero Dani entra en barrena y me doy cuenta de que en realidad la excusa no era la hermana, sino irse de vacaciones con su chica”. Según Tibu, David Otero (primo de éste), y Chema Ruiz (bajista) le presionaban para que convenciese al cantante porque no podían pagar las hipotecas de sus casa sin actuar. Se reunieron y Martín les confesó que estaba preocupado por otra clase de hipoteca. Les dijo: “Lo he pensado bien y no quiero hipotecar mi felicidad por el puto Canto del Loco y no quiero hacer la gira. Acabo de volver con Patricia, ella tiene vacaciones en julio y agosto, y voy a estar con ella”. A los ruegos para utilizar un certificado psiquiátrico que avalase la cancelación, el vocalista se enfadó aún más: “¡Lo único que te importa de mí es el puto dinero! No voy a sacrificar mi felicidad con Patricia por el grupo. Y lo del psiquiatra olvídate, porque el motivo no es que esté deprimido, a ver si ahora van a decir que me he vuelto loco”.

En medio de esa situación, según Tibu, aparece un abogado amigo de Patricia. “Dani entra en fase de odio hacia mí y me trata de recaudador, pero no es cierto. Entonces quieren comprarme mi parte de la sociedad por una miseria y yo les digo que no puedo vender. Y me amenazan con demandas. Me piden que justifique los gastos de un concierto específicamente de los más de cien que habíamos hecho al año. Y me ponen una querella penal”, explica el representante que, después de varios juicios terminó siendo condenado por apropiación indebida de 220.00 euros y cumpliendo condena en Soto del Real. “Si hubiera querido, me habría llevado del millón de euros que les saqué a los de Rock In Río o del resto de montones de pasta que ganaron, pero no de ese concierto que además estaba patrocinado por La Caixa”, asegura Tibu.

Durante el tiempo que tardaron los sucesivos juicios en resolverse, las rupturas fueron totales: la de la relación sentimental entre Dani y Patricia, y también la de El Canto del Loco. Tras unos cuantos años, y tras cumplir condena por ello, Tibu no siente rencor: “No. Y la eterna cuestión que yo podría decir que no quiero volver a verle, pero soy de pasar página. Es una pérdida de tiempo. Si le viera, le diría que me diese la mano. Y luego no volveríamos a hablar nunca más si no quiere. Pero lo hemos vivido todo tan fuerte y tan bien..., que la última mierda, pues es una mancha, pero todos los buenísimos momentos... llenamos el puto Calderón”.