El problema de Disney con Laetitia Wright, la actriz anti-vacunas de “Black Panther”

Hollywood tiene un problema. Uno más, en un clima cinematográfico en el que parece disiparse la sombra inmediata del coronavirus, pero no la de sus consecuencias. Según han informado varios medios estadounidenses, como “IndieWire” o “The Hollywood Reporter” la actriz Laetitia Wright, Shuri en el Universo Cinematográfico Marvel, ha manifestado en varias ocasiones y en pleno rodaje su intención de no vacunarse y la presunta “conspiración” que rodea a todo el proceso de inmunización de la población contra el coronavirus. Los disparates de Wright, que al principio parecían amparados en el simple escepticismo pero cada vez viran más hacia los preceptos de la secta ultra-religiosa de la que es miembro, han hartado tanto a Marvel como a Disney, que están buscando una solución poco ruidosa al escándalo que supone que una de sus estrellas les haya salido anti-vacunas.

Wright, que se encuentra rodando “Wakanda Forever”, parecía lista hace unos meses para suceder a Chadwick Boseman (fallecido hace ya más de un año) como la nueva “Black Panther”, tal y como ocurre en los cómics de la Casa de las ideas, pero su radicalismo respecto al COVID ha hecho que salten las alarmas de las relaciones públicas y esos planes ya no estén sobre la mesa. De hecho, citando a fuentes del rodaje, se insinúa que esta será la última participación de Wright en el UCM y que no la veremos en futuros proyectos de la marca. La actriz, por su parte, ha intentado aclarar algunas de sus posturas sin éxito (desde la homofobia al simple integrismo religioso) y ha decidido prescindir de su equipo de publicidad en Estados Unidos, a la espera de contratar uno nuevo.

La comodidad apolítica de los cheques

El caso de Wright, sin embargo, no es nuevo para Disney. Chris Pratt, su Starlord y cara principal de la saga de los “Guardianes de la galaxia”, también ha sido asociado con movimientos ultra-protestantes y homófobos del sur de California, habiéndose mostrado proclive a terapias de “reconversión” de los homosexuales, por ejemplo. Las opiniones de Pratt, que desde que estalló la polémica de su divorcio con Anna Faris (se publicó que le habría sido infiel) ha guardado un silencio mediático sepulcral, no han encontrado en Disney una reprimenda pública, como sí ha ocurrido con Wright, y parece que el protagonista de “Jurassic World” seguirá siendo parte del universo Marvel.

Pese a la polémica, y pese a que Wright parece tan descontenta con Disney y Marvel como ellos con sus declaraciones negacionistas, el futuro todavía es incierto para todos los proyectos que había en marcha en torno a su figura. La comodidad apolítica de los cheques, esa que marca que las opiniones de las estrellas de Hollywood (y también sus disparates) deben ser llevados con discreción, parecen cada día más en tela de juicio en una industria que casi se ahoga tras la pandemia. ¿Veremos una nueva revolución de “librepensadores”, negacionistas y demás animales de foco en la otrora meca del cine? ¿Qué caerá antes, las cláusulas abusivas de los contratos de las estrellas o su capacidad para mantener la boca cerrada?