Arturo Arnalte, un protagonista de la divulgación de la Historia
Dirigió “Historia 16″ y “La Aventura de la Historia” y fue autor de numerosos libros dedicados a difundir el conocimiento temas como la esclavitud, la represión y la literatura de viajes
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Esta madrugada ha fallecido en Madrid Arturo Arnalte (Meliana, Valencia, 1955), historiador, periodista, autor de numerosos libros y, particularmente, mi amigo y colaborador durante muchos años, desde “Historia 16″ y, sobre todo, desde “La Aventura de la Historia”. Conocí a Arturo, a la sazón redactor de la sección de Internacional del “Diario 16″, cuando se pasó por la redacción de la revista “Historia 16″, que yo dirigía, a ofrecer algunos artículos sobre la esclavitud. Mantuvimos una relación profesional durante algunos años hasta que fundé “La Aventura de la Historia” y en la primavera de 1999, con unos pocos números publicados, apareció Arturo ofreciendo varios artículos sobre la esclavitud, asunto en el que seguía trabajando y que le interesaría hasta hoy. Fue una magnífica oportunidad de que se integrara en nuestra redacción en la que sería todo: redactor, redactor jefe, subdirector y director (2016-2019). Yo había dejado la dirección de la revista años atrás, pero seguía colaborando asiduamente, nos veíamos con frecuencia y quedaba cumplidamente informado de sus investigaciones, no sólo en “La Aventura de la Historia”, sino en su faceta de historiador y escritor.
Para entonces Arturo ya había publicado “Los últimos esclavos de Cuba” (2001), “Redada de violetas” (2003, reeditado en 2020), “Richard Burton, cónsul en la Guinea Española” (2005), “La diáspora Africana” (2006), “Grandes viajeros que cambiaron la Historia” (2008), “Delirios de grandeza” (2009), “Trásfugas, travestís y traidores” (2009)... La dirección de la revista le restó tiempo para seguir sus investigaciones en los tres campos que más le interesaron: la trata africana, la literatura de viajes y viajeros y la represión de la homosexualidad.
Pero tenía nuevos proyectos, algunos tan ambiciosos como la imagen del negro en el arte, para lo que no se ahorraba charlas con especialistas y viajes, cámara al hombro, en busca de todo tipo de representaciones, desde canecillos medievales a representaciones pictóricas y otro, muy ambicioso, la investigación de los movimientos LGTBI y puesto que en España los había abordado tanto en “Redada de violetas” como en numerosos artículos, tratando ahora de presentarlos en su historia, actualidad y efectos en Hispanoamérica, lo que aunaba dos de sus intereses: la investigación y los viajes. Y para que la idea no se le quedara encarpetada en mera acumulación de ideas, fichas históricas y recortes periodísticos, dejó la redacción de la revista y se zambulló en la literatura. Lamentablemente, el Coronavirus interrumpió sus proyectos, primero impidiendo sus viajes y programa de entrevistas y, finalmente, pese a hallarse vacunado, postrándole durante mes y medio en una unidad de cuidados intensivos desde la emprendería su último viaje. Todavía dos semanas antes de contraer la enfermedad comentaba en una cena de amigos sus esperanzas de poder viajar y seguir su programa de trabajo con la mejoría de la situación que parecía atisbase a comienzos de otoño.
Se nos ha ido un estupendo periodista, un investigador sagaz, un gran viajero y, sobre todo, un amigo, pero –como se desprende de esta breve semblanza- se nos ha ido uno de los profesionales españoles más implicados en la divulgación desde revistas tan relevantes como “Historia 16″ y “La Aventura de la Historia” y, como investigador, ahondando en campos poco transitados por nuestra historiografía. Hasta siempre Arturo, amigo mío.