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Justa reivindicación

Anna Maria Dalí, la mujer que retrató a Lorca muerto

Una exposición en Fuente Vaqueros recuerda a la que fuera gran amiga del poeta granadino

Federico García Lorca jugando a hacerse el muerto en Cadaqués, fotografiado por Anna Maria Dalí
Federico García Lorca jugando a hacerse el muerto en Cadaqués, fotografiado por Anna Maria DalíAnna Maria Dalí

Las diferentes amistades que acompañaron a Federico García Lorca a lo largo de su breve vida quedaron en la mayoría de casos marcadas por la presencia, como si se tratara de un cometa, del poeta granadino. En una época en la que es justa y necesaria la reivindicación de mujeres que han quedado en un injusto segundo plano, era el momento de volver la vista atrás a un nombre importante en la vida del autor del «Romancero gitano», como fue Anna Maria Dalí, para muchos solamente la hermana de Salvador, del pintor de Figueres , el mismo que se instaló en Madrid en la Residencia de Estudiantes para empezar a hacer historia.

Gracias a Anna Maria, que fue una magnífica escritora, tenemos el testimonio de lo que fueron los días pasados por Lorca en Figueres y Cadaqués, en 1925 y 1927. A ello se le suman las extraordinarias fotografías que captó con su cámara, reproducidas en muchísimas ocasiones sin indicar que ella fue la autora. Son imágenes que nos permiten jugar con Lorca y los Dalí, compartir sus diversiones, como la posibilidad de transmitir el pensamiento gracias al cinturón de un albornoz o debatiendo sobre la geometría de una copa de cristal y una escuadra. Una mención aparte merecen las fotografías en las que capturó a Lorca haciéndose el muerto, uno de los juegos que el poeta creó en la Residencia de Estudiantes y que Salvador Dalí convirtió en tema de algunos de sus cuadros de ese tiempo.

Anna Maria Dalí siempre mantuvo encendida la llama de su amistad con Lorca. Guardó con celo las cartas que recibió de su amigo granadino hasta que decidió donarlas al museo-casa natal de Fuente Vaqueros que lleva el nombre del autor de «Bodas de sangre». Fue la primera de una serie de donaciones de gran importancia, las huellas de lo que solamente rompió el asesinato de Lorca.

Todo ello ha hecho que esa institución, esa bendita casa de la Vega de Granada, haya querido recuperar esa memoria dedicándole un espacio permanente a Anna Maria Dalí en el recorrido por los espacios de esa institución. La Sala Anna Maria Dalí del Museo-Casa Natal acoge desde la semana pasada una pequeña exposición con buena parte de las joyas que la hermana del pintor de Figueres quiso disponer para ese rincón granadino. Quien esto escribe ha tenido el privilegio de ser el comisario de ese espacio permanente en el que hoy pueden verse algunas de las cartas originales, un ejemplar de la primera edición del «Romancero gitano» que Lorca dedicó al padre de los Dalí, uno de los poquísimos originales existentes de los bocetos para los decorados de «Mariana Pineda» que fue realizado por el pintor con la colaboración de su propia hermana Anna Maria y Lorca, una filmación casera de Luis Buñuel con el padre de los Dalí como protagonista, varias de las fotografías que Anna Maria capturó con su cámara y que guardó con cariño toda su vida.

Es una deuda que se paga con quien representa tanto en el universo lorquiano, pero también la reivindicación de una mujer que, por desgracia, ha quedado en una inmerecida sombra. Es la vuelta de la querida Anna Maria.