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En solfa

Glyndebourne, el lujo “hipster” del verano

No lejos de Londres, y en medio de un entorno bucólico, el festival atesora un ambiente entrañable, aún casi familiar

No lejos de Londres, y en medio de un entorno bucólico, Glyndebourne atesora un ambiente entrañable, aún casi familiar, que mantiene las esencias que inspiraron su fundación en 1934, en una casa de campo ubicada en los alrededores de Lewes, en East Sussex, propiedad de John Christie y su mujer, la cantante de ópera Audrey Mildmay. El Festival de Glyndebourne sigue una tradición incombustible a lo largo de los años contando con la dirección de los descendientes de sus fundadores y manteniéndose sin necesidad del dinero del Estado. El matrimonio tuvo la gran suerte de conocer durante su luna de miel a Fritz Busch y Carl Ebert en Alemania. Más tarde ambos saldrían huyendo del régimen nazi y encontraron su casa en este festival.

Los primeros años fueron dedicados exclusivamente a la figura de Mozart, para más tarde ampliar el repertorio a Britten, Verdi, Rossini, hasta llegar a prácticamente todos los compositores. Por el escenario de este teatro han pasado todos los grandes artistas de la mitad del siglo pasado, la mayoría, como en el caso de Aix-en-Provence, hacían allí sus primeros pinitos, gracias a los cuales eran catapultados en seguida al resto de los Teatros de Ópera con mayúsculas. Entre otras figuras nuestras Montserrat Caballé y Teresa Berganza.

El Festival de Glyndebourne recuperó en 2021 su actividad tras un año de silencio a causa de la pandemia. Este año, la programación incluye seis óperas, entre las que merece una mención especial el título que dio comienzo al festival el pasado 21 de mayo: «The Wreckers», de Ethel Smyth. Este montaje no es solo la primera vez de una obra de Smyth en Glyndebourne, sino la primera gran producción profesional de este título que sube a escena en Reino Unido desde 1939. El Festival ha encargado la dirección escénica a Melly Still y la musical a Robin Ticciati. Componen el reparto Karis Tucker, Rodrigo Porras Garulo, Lauren Fagan y Philip Horst.

La programación continúa con «Le nozze di Figaro» de Mozart en una producción propia de la edición de 2012 del Festival, firmada por Michael Grandage. El maestro Giancarlo Andretta se alternará la dirección musical con Nicholas Carter. «La Bohème», tercer título en el cartel, se pondrá en escena con una nueva producción encargada a Francesco Visser, que debuta en Glyndebourne recuperando la ópera de Puccini tras 10 años de ausencia.

El barroco estará presente, también mediante una nueva producción, en este caso de «Alcina» de Händel. La propuesta escénica de Francesco Micheli estará arropada por la dirección musical de Jonathan Cohen y la actuación de Jane Archibald, Ying Fang y Rowan Pierce. Cerrará el festival el doble programa «La voiz humaine»/«Les mamelles de Tirésias», de Poulenc, que parte del desamor de la primera para cerrar con la comedia surrealista que supone la segunda. El director musical de la casa, Robin Ticciati , dirige las últimas funciones de esta edición.

El festival, que se desarrolla hasta el 28 de agosto, tiene una personalidad que le diferencia de todos los demás y, sobre el papel, sin los calores de la Unión Europea. Sin duda, uno de los festivales de ópera de verano a los que un verdadero amante de la ópera tiene que peregrinar, como si fuera una religión, para alcanzar el hipotético Walhalla.