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Descubrimiento

El documento que reunió a Manuel y Antonio Machado en Collioure

Aparece en la Institución Fernán González el salvoconducto que permitió el viaje hasta el otro lado de la frontera en marzo de 1939

Manuel Machado y Antonio Machado
Manuel Machado y Antonio Machadolarazon

Cuando el 22 de febrero de 1939 Antonio Machado fallecía en el exilio, en Collioure, un pequeño pueblo marinero de la frontera francesa, su querido hermano Manuel seguía en Burgos escribiendo loas en verso a Franco. Sin embargo, poco después, parece ser que gracias a un corresponsal, pudo enterarse de aquella trágica noticia. No lo dudó e hizo lo imposible para poder trasladarse a Francia, cosa que logró en compañía de su esposa, Eulalia Cáceres. Sin embargo, no existía ningún documento que probara aquellos hechos. Hasta ahora...

Desde hace años, la Institución Fernán González de Burgos guarda numerosos documentos de los dos hermanos, gracias a un fondo donado por Eulalia Cáceres tras la muerte de su marido. Allí se encuentran originales de libros como «Soledades» o «Campos de Castilla», pero también correspondencia de los dos poetas con amigos como Pío Baroja y Julio Romero de Torres. Pero la institución también cuenta con los papeles que reunió el catedrático José María Zugazaga, quien fue secretario de Manuel Machado en Burgos. Es en ese legado, todavía por explorar en su totalidad, donde han aparecido los salvoconductos de Manuel y Eulalia Cáceres. Son documentos importantísimos porque demuestran el viaje y sirven para conocer cuándo pudo trasladarse a Collioure.

Salvoconducto de Manuel Machado
Salvoconducto de Manuel MachadoLa RazónLa Razón

Ahora sabemos que los salvoconductos fueron expedidos en el consulado francés en San Sebastián, lo que permitió que el poeta se moviera por un país en el que estaba a punto de acabar la guerra. Es muy probable que al pasar la frontera pudiera ver las riadas de personas que trataban de huir de lo que iba a venir a continuación: una dictadura militar. Los documentos tienen por fecha el 7 de marzo de 1939, es decir, dos semanas después de la muerte de Antonio Machado. Se sabe, por el libro de Miguel Pérez Ferrero titulado «Vida de Antonio Machado y Manuel» que al llegar a Collioure, el autor de «Alma» supo que no solamente había fallecido su hermano, sino también su madre Ana Ruiz. Dicen que Manuel se pasó aquellos días en el pueblo sin salir del cementerio, acompañando aquella tumba. También se sabe que se reunió con su hermano José, que con su mujer había acompañado a Antonio y a su madre a cruzar la frontera en duras condiciones. Manuel pagó los gastos de la pensión, pero no se sabe de qué habló con José. No dejó nada por escrito sobre aquellos días. Cuando acabó la guerra, Manuel se trasladó a Madrid, donde se convirtió en uno de los pocos intelectuales de peso que se quedó apoyando al nuevo régimen. Sin embargo, murió poco después, en enero de 1947.

Es muy probable que en el importante legado de Zugazaga aparezcan más documentos que nos sirvan para conocer alguna cosa más de la relación entre Antonio y Manuel Machado. Los responsables de la Institución Fernán González aseguran a este diario que queda mucho por revisar y que están apareciendo sorpresas. Este centro espera realizar publicaciones con lo que vea la luz entre lo conservado por el catedrático. Podría ser, aunque no es seguro, que entre lo guardado con esmero y cuidado por Zugazaga estuviera un papel, por lo que sabemos pequeño y escrito a lápiz, que apareció en el viejo gabán de Antonio Machado. ¿Se lo daría José a Manuel? Se ignora, pero lo que sí se sabe es que contenía el último verso del autor de «Juan de Mairena»: «Estos días azules y este sol de la infancia».