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Estas son las redes sociales de los conspiranoicos

BitChute, Gab, Gettr, Parler, Rumble, Telegram y Truth Social son algunas de las redes sociales que se identifican como paraísos para la libertad de expresión
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  • Estudió periodismo en Buenos Aires Argentina. Allí comenzó su trabajo en el área de divulgación como jefe de sección en la revista Muy Interesante durante cinco años. En España ha trabajado en Muy Interesante, Clio, Psychologies, Quo, National Geographic. Ha colaborado con RNE y con el podcast de Muy Interesante. Ha escrito 3 libros de divulgación y cinco de literatura infantil que se han traducido a varios idiomas. Lleva 15 años en La Razón escribiendo sobre ciencia y tecnología

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El affaire Twitter-Elon Musk, con sus despidos, nuevas tarifas y reglas de convivencia, han llevado a muchos usuarios de redes sociales a conectarse a nuevas plataformas. Las más conocidas son BitChute, Gab, Gettr, Parler, Rumble, Telegram y Truth Social. Todas tienen elementos en común según un estudio publicado por Pew Research. Las siete se identifican como paraísos para la libertad de expresión o enemigos de la censura. De hecho, cada una afirma de forma explícita que apoya la libertad de expresión, enfrentándose de plano a las conocidas como Big Tech (el grupo Facebook o Twitter) y sus políticas de moderación del contenido. Gab, por ejemplo, señala que «los usuarios de las redes sociales deberían poder controlar su experiencia en sus propios términos, en lugar de los términos establecidos. por las grandes tecnológicas». Algo parecido a lo que propone Gettr: «Ser parte de la historia uniéndose a los millones de estadounidenses que se enfrentan a Big Tech y luchan por la libertad de expresión y el pensamiento independiente». Son un vale todo en el que la libertad de expresión se confunde con la exención de responsabilidad. Y eso es algo que muchos no comprenden. O no aceptan pese a la evidencia. Donald Trump, por ejemplo. En los últimos 58 días, Trump ha compartido alrededor de 100 publicaciones en Truth Social (una red con la que tiene un contrato de cierto número de publicaciones) que arrojan dudas sobre la integridad de las elecciones estadounidenses, según un análisis de AFP. Obviamente en ninguna de estas acusaciones da pruebas sobre esa «falta de integridad» que denuncia. Algo parecido ocurre con el músico Kanye West (quien ha invertido en Parler). Su cuenta de Instagram ha sido bloqueada por contenido antisemita, ha difundido teorías de la conspiración sobre vacunas, las tribus perdidas de Israel, el movimiento White Lives Matter…
Las teorías de la conspiración que crecen fértiles en estas redes se basan, de acuerdo con Christian Fuchs, de la Universidad de Westminster (Reino Unido), en varios conceptos. El primero es la pertenencia: quienes creen en este tipo de teorías sienten que pertenecen a un grupo de «iluminados» que saben algo que el resto ignora. También se basan en que hay un enemigo y un amigo. Y, por último, en la victimización: quienes conocen este secreto son atacados por los poderes vigentes. Un paralelo indiscutible con las figuras históricas del mesianismo, héroes que cambiarán el mundo. Los límites establecidos en las redes sociales es una medida que en primera y ultima instancia protege a la democracia: un sistema que debería basarse en votantes informados mediante fuentes fiables y en la limitación de la información dudosa. Las teorías de la conspiración pueden ser falsas o con el tiempo descubrirse verdaderas. El problema es que no han sido verificadas por las autoridades correspondientes y aún así se toman por reales. Quienes creen en ellas, sin ningún fundamento racional más allá de que son coincidentes con sus miedos u opiniones, forman grupos capaces de inclinar elecciones. Y así llegamos a las urnas: con un juicio basado en prejuicios amplificados por plataformas que ponen la libertad de opinión por encima de la responsabilidad.