Crítica de “Al descubierto”: no más silencio ★★☆☆☆
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Dirección: Maria Schrader. Guion: Rebecca Lenkiewicz, según el libro de Jodi Kantor y Megan Twohey. Intérpretes: Carey Mulligan, Zoe Kazan, Patricia Clarkson, Jennifer Ehle. USA, 2022, 129 min. Género: Drama.
“Al descubierto” es incapaz de sacar la buena película que lleva en sus entrañas amparándose en el relato neutro, descriptivo como una vieja pirámide invertida, del cine de reporteros intrépidos. ¿Qué habría ocurrido si, en lugar de darle protagonismo a Megan Twohey y Jodi Kantor, las periodistas que destaparon el caso Weinstein en el New York Times en octubre de 2017, el filme de Maria Schrader se hubiera centrado en las voces de las víctimas que lo denunciaron? En “Al descubierto” aparecen esas mujeres como artistas invitadas -Ashley Judd se interpreta a sí misma; Jennifer Ehle y, sobre todo, Samantha Morton, ambas estupendas, tienen su momento oscarizable- por Twohey y Kantor, que, a pie de calle y golpe de teléfono, graban sus testimonios para sacar el artículo adelante, conscientes de que su publicación va a suponer un cambio de paradigma en la autocomplacencia patriarcal con que la industria del cine en particular, y las grandes corporaciones en general, han tolerado los abusos de poder en el ambiente laboral. Escuchando la historia de esas mujeres, uno tiene la impresión de que sus vidas eran las que verdaderamente contaban en este caso, y que el recuento verbal de sus humillantes encuentros con Harvey Weinstein -que Schrader, sabia decisión, siempre mantiene fuera de campo, evocándolos a través de los escenarios vacíos donde ocurrieron o simplemente elidiéndolos- no es suficiente, que ellas deberían haberse adueñado de la película. Hasta cierto punto, y manteniéndose en la zona de confort del relato periodístico de manual, la película se boicotea a sí misma, porque Schrader no sabe o no quiere darle tensión narrativa a un procedimiento que es, de por sí, poco cinematográfico, sobre todo si conocemos cómo va a acabar (dos ejemplares excepciones: “Todos los hombres del presidente” y “Los archivos del Pentágono”). Tal vez sea injusto pedirle al filme que se parezca más a la notable “The Assistant” (implacable aproximación a la toxicidad de la esfera Weinstein realizado desde la perspectiva de la ayudante personal del ogro de Miramax) cuando lo que pretende es canonizar la integridad y persistencia de Twohey y Kantor (eficaces Mulligan y Kazan) mientras intentan conciliar su lucha contra Goliat con su vida como madres dedicadas, pero habría sido fantástico que esta historia épica sobre el triunfo de la solidaridad femenina no tuviera el aspecto de un frío memorándum.
Lo mejor: los testimonios de las víctimas, en particular la secuencia protagonizada por una espléndida Samantha Morton.
Lo peor: su plana realización, acorde con una preocupante falta de tensión dramática.