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Yves Klein, el artista que predijo y se adelantó a los NFT

El creador, que falleció un 6 de junio de 1962, se convirtió en una figura eterna tras patentar el International Kleiln Blue (IKB), que hoy podríamos conocer como azul eléctrico
Charles Wilp/BPK Berlin

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En contra de cualquier línea y dibujo, en pro de la potencia del color, Yves Klein (Niza, 1928) concebía el arte a través de lo inmaterial. Era consciente del poder de la imagen, de la puesta en escena, y sus principales características como artista se reflejan en su característico color azul, que patentó bajo el nombre de International Klein Blue (IKB). También conocido como el azul eléctrico, el azul ultramar, no existió hasta que en 1956 Klein le diera forma a un modelo cromático que aún hoy sigue siendo estrella de cientos de colecciones de las más altas firmas de moda. Su obsesión residía en el vacío, ese espacio indomable que el pintor, fundador del Nuevo Realismo, quería delimitar, desafiar o rellenar a través de su obra. Por ello, tras alcanzar un gran interés en 1958 con su obra “El vacío”, fue un paso más allá y, entre 1959 y 1962, el de Niza creó su “Transferencia de una Zona de Sensibilidad Pictórica Inmaterial”. Se trata de una serie de obras que Klein, que falleció un día como hoy de 1962, ofrecía a los coleccionistas como opción de adquirir “una zona inmaterial” a cambio de una cantidad de oro previamente acordada: la mitad la arrojaba el propio artista al río Sena.
En términos generales, podríamos señalar que Klein fue el primer artista en la historia en convencer a la gente de que pagase dinero “por nada”. En este proyecto de zonas inmateriales, vendió nueve obras basadas en conceptos, pero que eran invisibles o intangibles. Tras arrojar el oro al río, inmortalizaba ese momento con una cámara y, junto a un recibo, se certificaba la cantidad que figuraba en el fondo del Sena. Una vez el comprador recibía la fotografía y el recibo, el ritual incluía la quema de este último, como símbolo de que la zona inmaterial se volvía intrínsecamente parte de ellos, y deja de existir tras sus muertes. “Este acto final pretendía reequilibrar el ‘orden natural’ que había desequilibrado a través de la venta del espacio”, explica la casa de subastas Sotheby’s.
“Todo posible comprador de una zona de sensibilidad pictórica inmaterial debe darse cuenta de que el hecho de que acepte el recibo por el precio que ha pagado le quita todas sus posesiones”, escribió Klein en 1959. “Para que el valor inmaterial fundamental de la zona le pertenezca y forme parte de él, deberá quemar solemnemente su recibo, después de haber escrito en el talón de pago su nombre y apellido, su dirección y fecha de la compra”, añadió.
Este intercambio es tan peculiar como valorado hoy día, pues existe un recibo que no fue quemado y que ahora sale a la venta. Se trata del que obtuvo de Klein el marchante de arte Jacques Kugel, quien optó por conservar el recibo, una opción también ofrecida por Klein para que se pudiera transferir la obra inmaterial y en la que el artista conservaba el oro para su serie “Monogolds”, obras a gran escala hechas con pan de oro. Por tanto, este recibo de Kugel es el que Sotheby’s lanza a subasta el 6 de abril, con un valor estimado de entre 300.000 y 500.000 euros.

Conceptos revolucionarios

“Algunos han equiparado la transferencia de una zona inmaterial y la invención de recibos como un antecedente de los NFT, que a su vez permite el intercambio de obras inmateriales. Si a esto le añadimos que Klein llevaba un registro de los sucesivos propietarios de las ‘zonas’, es fácil ver aquí otro concepto revolucionario: la ‘blockchain’”, explican desde la web oficial de la casa de subastas. Según sus siglas -en español-, NFT significa “Token no fungible”, y son aquellas obras de arte digitalizadas, con certificados de autenticidad, únicas, que se venden a cambio de criptomonedas, y cuyo valor tan solo figura a través de una pantalla. Un concepto que está revolucionando el mercado artístico actual, y que es por su inmaterialidad que podemos hablar de Klein como el artista que predijo y se adelantó al universo NFT.
Si bien estos NFT no se queman ni quedan tan solo en el recuerdo de un comprador, así como su valor tampoco queda enterrado en el fondo del Sena, sí comparte con la filosofía de Klein esa magia de que una obra al tacto inexistente despierte el interés de las personas, así como afloje sus carteras. Si algo es visionario de la obra de Klein respecto a la revolución artística actual es que de sus creaciones llamaba la atención las experiencias, más que la utilidad o el atractivo de las mismas.

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