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cultura
COLOR AMAZONIA, de Susana Mejía, lleva al Botánico los colores de la Selva Amazónica
La instalación rubrica una investigación de casi 20 años en el corazón de la selva para, guiada por una familia huitota y los saberes ancestrales de su comunidad, extraer decenas de pigmentos y resignificar las plantas que los producen

En el marco de la Semana del Arte, y dentro del programa #Amazofuturismo de ARCO 2025, se presenta en el Real Jardín Botánico de Madrid COLOR AMAZONIA, un proyecto artístico vivo que se materializa en un libro y una instalación de la artista colombiana Susana Mejía que rubrican una investigación de casi 20 años en el corazón de la selva para, guiada por una familia huitota y los saberes ancestrales de su comunidad, extraer decenas de pigmentos y resignificar las plantas que los producen.
"Con los conocimientos ancestrales de los Huitoto y Tikuna como guías, identificamos once especies botánicas y los procesos de alquimia que permiten el uso de sus pigmentos de forma artesanal", explica Mejía.
Con los pigmentos extraídos de las 11 plantas identificadas - Achiote, Amacizo, Palo Brasil, Bure, Chontaduro, Cudi, Cúrcuma (la única de las plantas que no es nativa de la región), Chokanary, Llorón, Huitillo y Huito, se tiñen fibras naturales como el fique, el algodón y el papel, y se explora - y finalmente se comprende- la estrecha relación entre estos procesos, estas personas y el medio ambiente. "Nada de esto, ni mi nombre siquiera tiene sentido sin los nombres de Kasia, Tomasita y Katy, que nos permitieron vivir el encuentro entre lo esencial de la naturaleza humana, que sabe transformar, y la naturaleza botánica, que provee sorprendentes posibilidades", destaca la artista. "Color Amazonia es el testimonio de esta búsqueda elemental, donde el color es un pretexto para exaltar el inmenso valor de una selva que está desapareciendo", abunda..
Además, la artista y autora de COLOR AMAZONÍA cuenta que cuando llegó a la selva "me di cuenta que el color es ese hilo conductor que me lleva a que el espectador se acuerde de la Selva Amazónica. Con el color quise mostrar lo mejor que había en la Amazonía". Y asegura que "lo interesante de esto es que no son ni siquiera comunidades, es una mujer que hace murales, que nos conocemos hace 20 años, y gracias a esta relación, a esta simbiosis, en el tiempo hemos aprendido juntas y hemos llegado a hacer esto". "La naturaleza -dice la artista- tiene todos los recursos que necesitamos como humanos, y los hemos usado muy mal, me interesa cómo podemos retomar esos usos que nos puede llevar a hacer las cosas de una forma más sana". "Me he reconciliado en cómo el arte puede cambiar las cosas, como puede romper barreras", concluye esta.
El libro Color Amazonia es una bella edición de 428 páginas, con cientos de fotografías del proceso de trabajo en el taller artesanal de la selva, de retratos de la familia de Casia y Tomasa, de los diferentes trabajos alquímicos, de sus resultados, pruebas de color; pero también es un herbario con los especímenes colectados en la selva tropical, una colección de monotipos usando las plantas como matriz; un video documental y un archivo sonoro, un retrato de la selva a través de sus sonidos.
El arte como medio para el conocimiento y el juego
En paralelo a la presentación del libro, en el Real Jardín Botánico se presenta una instalación artística compuesta de papeles teñidos con los pigmentos naturales extraídos de las especies seleccionadas para Color Amazonia. Estas plantas, por cierto, tienen asegurada su perpetuidad gracias al bosque sostenible que Susana Mejía cultiva desde hace años usando semillas y plántulas de aquellas primeras plantas identificadas en la selva que fueron adaptadas al clima local.
El arte nos permite conocer un paisaje, unos usos y unas costumbres, y sirve de herramienta y medio para conocer las plantas que crecen en las riberas del río, las fibras naturales que usan los habitantes de aquella región, las técnicas de teñido, pero también las jerarquías de la comunidad, las relaciones interfamiliares e intercomunitarias en un escenario tan bello como hostil.
Este es un proyecto que se encuentra en un lugar ambiguo entre las artes y las ciencias y que llega a un espacio creativo donde cultura inmaterial y mística funcionan para proponer un orden de la naturaleza.
Sobre el mismo, Mª Paz Martín Directora del Real Jardín Botánico declara que "creemos que es un proyecto muy interesante para tenerlo aquí para nuestro público. Estamos actualmente envueltos en el color amazonía: tenemos el amarillo, el naranja, el azul, el lila; o sea, colores que no pensamos que están porque todo el mundo cuando habla de la selva tropical se imagina el verde y algunas flores, pero aquí hay una invasión de color que lo que menos hay es el verde. Estamos muy contentos, porque creemos que es fundamental tener esta investigación botánica y artística aquí y ahora".
Diálogos interculturales. Amistad y reciprocidad
Color Amazonia existe por la amistad y el compromiso de la artista con Tomasa, Kasia, Vero y Katy, y con toda la comunidad que las rodea: hermanos, hijos, primos y primas que participan desde el amor en este experimento, dignificando su trabajo y sus aportaciones con retribuciones justas, y en la titánica misión de conservar las tradiciones de sus ancestros. Desde el respeto, se asomó Susana Mejía a este mundo hace 20 años y el tiempo, la disciplina, la confianza y la fidelidad han consolidado unos lazos que han convertido aquel encuentro en piezas de arte, libros, talleres, exposiciones, instalaciones…
Pero esa red de personas abarca muchas otras que han compartido el mismo sentimiento de compromiso y reciprocidad y han participado con sus textos, sus reflexiones y sus ideas a la edición que nos ocupa. En COLOR AMAZONIA, entre otras voces, encontramos al novelista colombiano Héctor Abad Faciolince; el antropólogo y etnobotánico canadiense Wade Davis y María Wills, investigadora colombiana y comisaria del programa #Amazofuturismo en la feria ARCO 2025. “En este trabajo -expone Wills- la artista borra su YO para tornarse en un medio para destacar conocimientos ajenos[...] Mejía se destaca por ser una artista que, en este mundo tan cargado de voces impositivas, sabe escuchar y existir en lo ajeno para camuflarse y lograr sublimes espacios de color.”
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