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Museos
Una decena de textiles andalusíes restaurados llegan al Museo Arqueológico junto al zapato de doña Inés
La exposición 'A la luz del pasado' será parte del itinerario del museo durante dos meses

Aquellos transeúntes que acudan al Museo Arqueológico Nacional, MAN, entre octubre y diciembre serán recibidos, nada más dar comienzo a su visita, con una muestra de arte andalusí. Quizá puede pasar algo desapercibida para el asistente más rezagado, pues el espacio de la Vitrina CERO, lugar donde se expone, es limitado. Sin embargo, la importancia histórica y empeño en su preservación bien merecen detenimiento.
'A la luz del pasado: los tejidos del MAN y su restauración', título de esta exposición temporal, ofrece un conjunto de tejidos recién restaurados de la época musulmana. Sus orígenes abarcan desde el siglo XII, momento en el que Al-Ándalus estaba bajo el régimen almohade, hasta el XV, con poder nazarí. "Ha sido un proceso muy minucioso, pues los textiles en el mundo medieval son materiales muy frágiles", constata Isabel Izquierdo, directora del MAN. El trabajo se ha extendido durante seis meses, contando con la labor de la restauradora Mercedes Amezaga y su equipo. El procedimiento de recuperación incluye la hidratación de los bienes, la alineación de todos los filamentos que estén sueltos y su pigmentación.
Variedad de textiles, incluyendo una réplica 3D y un zapato
La exhibición cuenta con diez tejidos y un zapato, y evidencian la gran industria textil que se propulsó en el periodo islámico. Durante su vigencia, llegó a la península la seda, y su tratamiento gozó de gran prestigio. Además de la fibra, en la elaboración de los materiales también se utilizó el oro. Este gran lujo es la razón por la que sus dueños eran mandatarios y personas de la realeza, fascinados por la calidad que tenían. Prueba fehaciente del renombre es el tejido proveniente del sepulcro de don Pedro de Urgio, obispo de Urgell, fallecido en 1293.

El salto entre siglos explica los diferentes estilos que presentan los textiles entre sí. El común denominador entre los más antiguos es su austeridad: las convicciones religiosas de los almohades, con un ideario muy estricto, les hacía decantarse por los motivos vegetales y geométricos. La situación se transforma con los que son de era nazarí, mostrando elementos decorativos mucho más diversos, incluyendo animales como gacelas y leones, colores más intensos y estampados naturalistas.
Especial interés sugiere el calzado conservado. Beatriz Campderá, jefa de Antigüedades Medievales de la galería, y Amezaga afirman lo extraordinario que es que llegue a nuestros días un accesorio como ese, ya no solo por su vulnerabilidad, sino también por el estado de las vías de camino de ese momento. Su pertenencia le correspondía a Inés de Guevara, segunda mujer del infante Felipe, hermano de Alfonso X El Sabio. Supone un paradigma de la industria del cuero existente en los años transicionales entre ambos reinos. Otra pieza destacada es la copia en 3D de uno de los tejidos, obra de la ingeniera Margot Gil. Esta podrá ser tocada por el que lo desee, y así hacer más accesible la experiencia a las personas con problemas de visibilidad. En su relieve se puede leer una inscripción: "Gloria a nuestro Señor el Sultán".

Estas pequeñas reliquias estarán a vista del público hasta el 14 de diciembre. Su patrocinio se ha dado gracias a un acuerdo entre la Fundación Iberdrola España y AMAN, la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico Nacional, firmado en febrero. Esta dedicación de medio año no se ha limitado a las obras expuestas. Amezaga confirma que otro textil quedó descartado por su tamaño. No obstante, confía en que el MAN lo traslade a otro espacio para que todos puedan visualizarlo. Definitivamente, queda cultura andalusí por consumir.
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