El más íntimo Miró seduce en Burgos

Una exposición única e irrepetible es la que se puede ver hasta el próximo 8 de enero en la Sala Valentín Palencia de la catedral de Burgos. «Miró último (1963-1983): La experiencia de mirar» hace un repaso profundo sobre los últimos años creativos del artista catalán, en el que sorprende con un renacer de su concepción del arte. Organizada por el Museo Reina Sofía y la Fundación Silos, en un tiempo récord, la muestra permite sumergirse en el universo Miró a través de 14 pinturas y 16 esculturas que crean una simbiosis muy poética y en continuo diálogo, que se ve complementada con la proyección del cortometraje «Miró l'altre (Miró otro)» de su amigo Pere Portabella.

Se trata de un conjunto de obras que evidencian las preocupaciones del Miró maduro, que siempre entendió la creación como una expresión más que necesaria para comunicar, independientemente del género escogido, y donde se atisba algunas de las influencias de las nuevas vanguardias americanas.

«Mujer, pájaro y estrella», realizado como homenaje a Pablo Picasso en el año de su fallecimiento, 1973, es el cuadro emblema de la exposición, del que dicen que podría pulverizar todos los récords de Miró si un día saliera a la venta, superando a «Un rayo azul», que logró 23,56 millones de libras en una subasta, en Sotheby's, en 2012.

La comisaria de la muestra y conservadora del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Carmen Fernández Aparicio, destaca que en esta colección de pintura expuesta «predominan los lienzos de espacio abierto, a partir de toques fluidos de pincel, en los que integra procedimientos novedosos y enérgicos, como el goteado de pintura, la impresión directa de sus manos, la mancha o el difuminado, así como una variedad de materiales pictóricos, tales como cera, óleo, acrílico o grafito».

Y respecto a las obras escultóricas, se puede apreciar la técnica del «assemblage», que había desarrollado en los años veinte y treinta, para encaminarse hacia la realización de obras en bronce partiendo del vaciado de los objetos encontrados, que tomaron su forma definitiva, a través de un lento proceso, en la Fundición Parellada de Barcelona.

El hecho de que Joan Miró sea el protagonista de esta exposición «pagana» que se puede ver en la catedral, deja bien a las claras la relevancia de esta muestra, que, a continuación, hará las Américas para aterrizar en el Seatle Art Museum, el Nasher Museum of Art al Duke University o el Denver Art Museum, en una gira hasta junio del año 2015.

Y a la par de la exposición, durante los días lectivos de la semana se vienen desarrollando visitas didácticas para los centros educativos de la capital burgalesa. Un programa con el que se pretende acercar al artista y a los jóvenes. Para ello se utilizan curiosas técnicas de observación, además de juegos participativos para que los escolares puedan plasmar en un cuaderno especial las sensaciones y emociones de lo que han descubierto sus ojos. Una visión del mundo desde diferentes perspectivas. El universo Miró, lleno de matices infinitos.

Volver a reinventarse

En 1956, Joan Miró se traslada a su nueva casa taller en Son Abrines, en Mallorca, diseñada por su amigo Josep Lluis Sert. Allí, el artista catalán reúne la totalidad de su producción, algo que le abre las puertas para revisar y redefinir de manera directa toda su obra, que había estado guardada desde los años de la guerra, y afronta la tarea de introspección y depuración de toda su experiencia plástica, sustentada en la conciencia del acto creador. En estos últimos años, los más maduros de su trayectoria, sus trabajos denotan un lenguaje más íntimo en el que subyace una absoluta libertad expresiva, marcado por formas más libres y contundentes.

- Cuándo: Hasta el 8 de enero de 2014. Todos los días, de 10 a 14 h. y de 16,30 a 20,30 horas.

-Dónde: Sala Valentín Palencia en la Catedral de Burgos. - Visitas guiadas: 947 27 42 64 o en el correo '' miro@fundacionsilos.com''.