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"7 razones para huir": una comedia negrísima

Los directores catalanes Esteve Soler, Gerard Quinto y David Torra estrenan una nueva película en la que señalan de manera crítica los vicios y fracturas más arraigados de la condición humana

Manuel Soto, Emma Suárez y Sergi López en una de las escenas del episodio "Orden".
Manuel Soto, Emma Suárez y Sergi López en una de las escenas del episodio "Orden".larazon

Los directores catalanes Esteve Soler, Gerard Quinto y David Torra estrenan una nueva película en la que señalan de manera crítica los vicios y fracturas más arraigados de la condición humana

Una pareja de ancianos sentada en el salón de su casa contempla impasible la salida surrealista de un inmigrante africano del televisor mientras intenta por todos los medios deshacerse de él haciendo caso omiso a las llamadas de atención que ejerce sobre ellos con la mirada. Una vecina abre la puerta a las 3 de la madrugada después de que un hombre desconocido llame de forma precipitada a su puerta con una duda existencial sobrevolando su cabeza acerca de cual es el número que va después del seis.

Un altar preparado, unos enamorados a punto de cometer el gran error de sus vidas y unos invitados ansiosos por conocer la respuesta de ella se mezclan en este otro escenario (enmarcado dentro de un abanico de siete) que de forma kafkiana nos presenta uno de los directores y guionistas catalanes con mayor proyección internacional, Esteve Soler, junto con Gerard Quinto y David Torra en su nueva película “7 razones para huir”. Una crítica cinematográfica ácida y absolutamente corrosiva en forma de pequeños sketches que retrata los demonios de una sociedad que necesita revisarse.

Familia, propiedad, compromiso, orden, trabajo, solidaridad y progreso. Toda una amalgama de valores polémicos y ciertamente cuestionables que han servido al catalán para vertebrar el esqueleto argumentativo de la cinta. "De alguna manera asignar un concepto a cada parte fue una idea que tuve en mente desde el principio. Poder hacer siete fragmentos distintos de diez minutos nos permitía que ya solamente el rodaje fuera mucho más fácil y también que hubiera una serie de dinámicas de producción que fueran favorecedoras para conseguir al final que el proceso terminara saliendo tal y como queríamos”, comenta Soler.

El espejo roto de la sociedad

Después de haber trabajado como dramaturgo para compañías teatrales tan destacadas como “La fura dels Baus” o “Pere Faura”, el director se muestra bastante entusiasta con las ventajas que le concede el hecho de trabajar en ambos géneros: “Creo que las convenciones teatrales pueden aplicarse de muchas maneras en el cine. De hecho alguno de mis referentes personales más preferidos como Michael Haneke o incluso Lars Von Trier han demostrado que pueden utilizarse esas convenciones teatrales a favor en el cine y de alguna manera esta película pretende ser una pequeña demostración de que nosotros también sabemos hacerlo y que se trata de algo que nos interesa seguir fomentando para el futuro”.

A través de la narración de una serie de relatos maquiavélicos e incendiarios, el cineasta pone el foco sobre las fisuras de un sistema al que señala como responsable, al tiempo que muestra las aristas más complicadas de todos aquellos comportamientos relacionados con la propia condición humana, obligando así al espectador a plantearse preguntas con las que puede no sentirse cómodo. Para convertir semejante despropósito de denuncias sociales en una herramienta efectiva y creíble, Esteve Soler ha tenido el privilegio de rodearse de actores y actrices de renombre que conforman un plantel a prueba de bombas.

“Mira, la verdad es que estamos contentísimos de que se haya unido a nosotros un reparto tan maravilloso. Somos conscientes de que una ópera prima no acostumbra a tener ese nivel de actores y la verdad es que prácticamente en cada caso, en el momento en que enviábamos el guion a alguno de esos nombres tan fabulosos como Emma Suárez, Lola Dueñas, Sergi López, Nuria Gago, Álex Brendemühl o David Verdaguer, prácticamente la respuesta era afirmativa siempre. Por lo cual era muy fácil que esos actores que tienen tantos registros y que saben hacerlo todo muy bien se unieran a nosotros. Fue una gran suerte”, sentencia sobre un conjunto interpretativo que fortalece las bases de una película espejo pensada y concebida para una cosa demasiado necesaria en estos momentos; molestar.