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"La viuda": Peligro: Huppert se sienta al piano

"La viuda": Peligro: Huppert se sienta al piano
"La viuda": Peligro: Huppert se sienta al pianolarazon

Director: Neil Jordan. Guión: N. Jordan y Ray Wright. Intérpretes: Isabelle Huppert, Chloë Grace Moretz, Maika Monroe, Stephen Rea. Irlanda, 2018. Duración: 98 minutos. «Thriller».

En realidad, la película se llama «Greta» y ese es el nombre de la tal dama que ven arriba, una mujer efectivamente viuda como preconiza el título en español del filme que ha perdido su bolso en el metro. Frances (la dulce y enérgica Chloë Grace Moretz) acaba de perder algo mucho peor e irreparable, a su madre, por lo que, vacía y rota de dolor, decide mudarse a Manhattan.Y un día cuando regresa reventada del trabajo, encuentra el objeto que Greta extravió, tras lo cual la busca para devolvérselo. Que vive en una casa rarita igual que ella donde toca el piano y que interpreta Isabelle Huppert, o sea, que se va a tratar de un personaje que se las trae. Greta se siente muy sola y desea de manera desesperada que Frances se convierta en su amiga, lo que consigue, aunque pronto, la joven comienza a sentirse acosada por la violenta señora. Hasta que, tras un momento singularmente hitchcokiano, descubre que está como una regadera y las intenciones que se trae en mente dan la impresión de que son super siniestras y retorcidas. Lástima que Facebook sea un chivato indecoroso y hoy casi todos puedan saber cómo y a través de quién seguirnos el rastro. Thriller psicológico muy de los años 90, muy clásico y estadounidense con tintes ciertamente terroríficos (recuerden: nunca se fíen de un extraño), la nueva película de Neil Jordan («En compañía de lobos», «Mona Lisa», «Juego de lágrimas», «Entrevista con el vampiro»... cuánto hemos cambiado aunque siga despertando el interés) se permite algún que otro truco de guión, como que alguien que ya peina abundantes canas como Frances posea la rapidez y agilidad que demuestra en un fragmento de la película y que parece cuando menos chocante, pero, a cambio, nos ofrece una historia sumamente teatral y adictiva con una Huppert que nunca estuvo tan loca ni fue tan mala y retorcida, y miren que posee una carrera cinematográfica digna de estudio por parte de un buen psicólogo. Solo por verla, ya mediado el metraje, protagonizar unos bailecitos que la emparentan con aquella desquiciada Baby Jane que encarnó Bette Davis y resolver la inoportuna falta de un dedo la película merece la pena. Y que es no saben el peligro que tiene siempre Huppert aunque solo roce una tecla.