Crítica de "Yo capitán": viaje a ninguna parte ★★★

Dirección: Matteo Garrone. Guion: Matteo Garrone, Massimo Ceccherini, Massimo Gaudioso, Andrea Tagliaferri. Intérpretes: Seydou Sarr, Moustapha Fall, Issaka Sawagodo, Hichem Yacoubi. Italia-Bélgica, 2023, 121 min. Género: Drama.

Puede que hacer en Italia una película sobre la crisis migratoria justo ahora, durante el gobierno de Giorgia Meloni, sea suficiente como acto de protesta contra su política, a pesar de que, en “Yo, capitán”, Italia solo sea un territorio mítico, el espejismo de la Europa del bienestar para todos los africanos que sueñan con una vida mejor. Al contrario que películas como “Terraferma”, de Emanuele Crialese, o “Fuego en el mar”, de Gianfranco Rosi, el filme de Matteo Garrone prefiere centrar su narrativa en el arduo viaje, desde Dakar hasta Tripoli, de dos chicos senegaleses que sufren torturas y calvarios esclavistas a lo largo y ancho del desierto, enfrentados a militares corruptos y en manos de delincuentes que se quedan con todos sus ahorros sin advertirles de que, seguramente, morirán antes de ver el mar y convertirse en estrellas de la música. Garrone, que ya trató el tema de la inmigración en las tempranas “Terra di mezzo” y “Ospite”, adapta su buen oficio a ilustrar una historia que hemos visto mil y una veces, sorteando en buena parte el tremendismo del vía crucis de sus personajes y añadiendo unas innecesarias notas de onirismo de su cosecha que son completamente prescindibles.

Como ocurría en “En este mundo”, notable docudrama de Michael Winterbottom con el que mantiene no pocos puntos de contacto, la mejor virtud de “Yo, capitán” es centrarse en sus personajes. En especial, Seydou, que, con su camiseta del Barça y una fuerza de voluntad a prueba de fatalidades, encarna con mano firme la dimensión emocional de la película, sobre todo cuando, a mitad del viaje, se separa de su primo Moussa. Centrándose en Seydou (y en la excelente interpretación del debutante Seydou Sarr), en el agotamiento de su optimismo, en ese cansancio cósmico empapado de miedo pero agitado por una vaga esperanza de que tanto esfuerzo ha servido para algo, la película logra divorciarse de su tema, de su condición de retrato de un problema social y político, para conmover con la épica fuerza de voluntad de su protagonista, capitán de un barco hacia un futuro en fuera de campo.

Lo mejor: La relación entre Seydou y su primo Moussa, auténtico corazón de la película.

Lo peor: Los arrebatos lírico-fantásticos del relato, que lo alejan del polvo, el sudor y las lágrimas del viaje.