
Sección patrocinada por 

Libros
Cuando Cioran se sintió fascinado por el nazismo
Vincent Piednoir descubre en "Cioran antes de Cioran. Historia de una transfiguración" el pasado del afamado filósofo rumano

Por mucho que pueda resultar paradójico, Emil Cioran, el filósofo de la segunda mitad del siglo XX más heterodoxo y original y apasionado, más desgarrador y poético e independiente, rompió con eso que conocemos como filosofía muy pronto, cuando se dijo esta pregunta sin dar respuestas, abandonándote al fin con tus dudas. Lo que él ideó no fue, pues, un sistema filosófico, sino una mirada sobre la existencia, como explicó Gabriel Liiceanu en "E. M. Cioran. Itinerarios de una vida" (Ediciones del Subsuelo, 2014): "Él no partió de ningún principio abstracto, sino de un estado de espíritu, ni tampoco desarrolló ninguna idea, sino una obsesión".

A este Cioran que entendió que ningún filósofo le servía para resolver enigmas grandes como el destino humano, y pequeños dramas personales como el insomnio, le ha dedicado un estudio Vincent Piednoir. "Cioran antes de Cioran. Historia de una transfiguración" (traducción de Laura Claravall) cuenta con un prólogo de Jacques Le Rider -que fue a visitar al pensador rumano a su apartamento parisino, en 1982- que apunta cómo el autor nos ayuda a comprender a "Cioran antes de Cioran": y es que, por entonces, su prestigio en Francia había borrado su vida y obra en su país natal, cuando era un admirador de Otto Weininger, suicida, xenófobo, antisemita, misógino.

El caso es que la investigación de Piednoir se interna en la parte más reprochable de Cioran, próxima al fascismo y al nacionalsocialismo, antes de que el ensayista rompiera con su pasado y deviniera el filósofo afrancesado que tanta admiración despertó durante décadas. Se sigue en estas páginas el rastro del Cioran niño y su educación marcada por la cultura alemana, su marcha de Rumanía en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y una visión consistente en el «absoluto desencanto del hombre contemporáneo, su escepticismo ante la Historia, la imposibilidad a la que se sabe empujado de poder esperar con plena lucidez. Paradojas brillantes, odio al sistema, desconfianza en Dios y en el Progreso; gusto desmedido por la negación, la provocación, la ironía. Un Cioran siempre con la idea del suicidio a cuestas pero que murió, senil, a los ochenta y cuatro años.
Lo mejor: Se ofrecen artículos de prensa, cartas y otros documentos inéditos en español del pensador.
Lo peor: Tal vez hubiera estado bien ilustrar el libro con documentos o fotografías de Cioran.
✕
Accede a tu cuenta para comentar