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Ángel N. Lorasque

Daniel Lacalle: «Iglesias y Sánchez son dos machos beta»

No le gusta que le tilden de «gurú», es una palabra demasiado pretenciosa, aunque sí es cierto que se ha convertido en uno de los economistas patrios más célebres.

Daniel Lacalle / Foto: Gonzalo Pérez
Daniel Lacalle / Foto: Gonzalo Pérezlarazon

No le gusta que le tilden de «gurú», es una palabra demasiado pretenciosa, aunque sí es cierto que se ha convertido en uno de los economistas patrios más célebres.

Su vida transcurre entre Londres y Madrid, aunque últimamente casi el 80% lo pasa en España, así que para evitar la nostalgia quedamos con él en un «irish», The Irish Rover, que no es un «british», pero también sirven buenas pintas. No le gusta que le tilden de «gurú», es una palabra demasiado pretenciosa, aunque sí es cierto que se ha convertido en uno de los economistas patrios más célebres.

Tanto es así que si los resultados de las generales hubieran dado la victoria al PP en este momento podríamos estar hablando con el ministro de Economía. Los futuribles tampoco le agradan, él es de certezas y lo que sí es real es su pasión rockera y su devoción musical, algo más emocionante para muchos que los números.

¿Los economistas hablan con palabras complicadas para hacernos creer que los números son más complejos de lo que son realmente?

Tendemos a explicar las cosas para que parezcan difíciles, pero son sencillas. La mayoría de la gente entiende perfectamente conceptos económicos, lo que ocurre es que los poderes fácticos no nos intentan convencer de que es algo extremadamente complejo.

¿Quién lleva las cuentas en su casa?

(Risas) Mi mujer y yo, es bueno compartir esa responsabilidad. Es positivo que todos participemos de esta tarea y no dejar que lo hagan otros por nosotros.

Imagino que en los bancos, cuando le ven aparecer, tiemblan...

No me temen, la idea de que el banco intenta venderte algo que es un mal producto es bastante exagerado. Lo que ellos quieren a fin de cuentas es que sigas siendo su cliente y compres más productos con ellos. Mi relación con ellos es muy buena.

¿Hay demasiados números rojos en política?

Demasiados. Nuestro país ha vivido una fuerte crisis de deuda y hemos notado los efectos negativos de los excesos de gasto. Encima parece que eso lo hemos olvidado.

¿Cuál es más dura, la cuesta de enero o la de septiembre?Los españoles han aprendido a gestionar sus cuentas, así que creo que la famosa cuesta de enero de nuestros padres ya no es lo mismo. La vuelta de vacaciones es mucho más complicada.

¿Le asusta más la prima de riesgo o las dietas de riesgo?

Los riesgos de los excesos veraniegos, sin duda. Cometemos demasiados excesos, sobre todo gastronómicos.

Tiene pinta de ser de los que se quedan bajo la sombrilla leyendo en la playa...

No soy nada playero, me gusta poco estar en la playa y menos pasar horas y horas frente al mar. Me baja la tensión, me aburro, no entiendo eso de quedase mirando al horizonte durante horas. Además, tengo la piel muy blanca y no puedo estar mucho al sol.

¿La vida de un «gurú» es diferente de la de un ciudadano de a pie?

Eso de que te llamen «gurú» es una broma. En general, incluido el plano espiritual, cuanto más lejos estés de los gurús mejor, porque corres el riego de convertirte en una persona que se endiosa. Un economista no debe ser un gurú sino una persona que propone ideas.

¿Están Iglesias y Sánchez endiosados? ¿Es una guerra de machos alfa?

Es una guerra de machos beta. Alfa, en el mercado, es la rentabilidad que generas respecto a lo que hace la tendencia de mercado, mientras que beta es la tendencia de mercado. Los dos se guían demasiado por la tendencia de mercado y plantean exigencias de mínimos y máximos de mercado alcista porque ninguno se plantea los riesgos de desaceleración.

¿Llegó a ser economista por devoción o por casualidad?

Nadie sueña con ser economista, es más, cuando era un chaval no sabía ni que existía. A mí me gusta la música, tengo una gran colección de discos en casas. Especialmente el rock. De joven soñaba con ser una estrella del rock hasta que me escucharon cantar y me dijeron ese no era tu futuro.

Quién lo diría viéndole con traje y corbata...

Pues así es, incluso tenía un grupo y tocaba también la guitarra. Todavía las tengo en casa. Pero creo que hice un favor a la humanidad no dedicándome a la música.