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David Lynch: la pintura fue el origen y el final

El cineasta fue un creador que también cultivó la fotografía y, sobre todo, la pintura, donde también sobresalió
David Lynch: la pintura fue el origen y el final
El director David Lynch, en un posado en su sala de proyección privada, en Los Ángeles, en 2010Chris Pizzello / AP
Carol Sepúlveda

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Me ha costado muchos días procesar esta partida, quería escribir sobre Lynch, el gran creador de sueños, desde ese lugar pausado desde el que el creaba. Su partida marca el final de una carrera inigualable, eso es una obviedad. Intuyo que también de una vida muy vivida, y también la pérdida de una persona que exploró sus propios límites.
Lynch fue un universo entero que exploró los rincones más oscuros, inquietantes y bellos de la existencia humana a través de un prisma poliédrico que abarcaba el cine, la música, la fotografía o la pintura.
A lo largo de más de cinco décadas, Lynch se negó a ser encasillado. Para él, el arte no era una cuestión de disciplinas separadas, sino un todo integrado que reflejaba su visión única del mundo. Desde las atmósferas surrealistas de su filmografía hasta la crudeza expresionista de sus lienzos, Lynch construyó un legado que trasciende formatos y generaciones.
David Lynch
David LynchLa Razón
Su obra abarca múltiples disciplinas, es en el cine donde Lynch alcanzó su mayor notoriedad. Desde "Eraserhead" (1977) hasta la legendaria "Mulholland Drive" (2001), pasando por la inolvidable serie "Twin Peaks", sus producciones desafiaron constantemente las convenciones narrativas, llevándonos a un territorio donde ficción y realidad se confunden. En sus manos, el cine se convirtió en un medio para explorar lo inexplorado: los deseos reprimidos, los miedos ocultos y la belleza que se esconde en el horror.

Silencios y melodías

David Lynch no solo componía imágenes; también componía sonidos. Su incursión en la música dio vida a los paisajes emocionales de sus películas, pero también se expandió más allá de ellas. Con álbumes como "Crazy Clown Time" (2011) o "The Big Dream", Lynch dejó claro que su talento para crear atmósferas no se limitaba a la pantalla. Su música, al igual que su cine, era inquietante, hipnótica y profundamente emocional.
En su música, los zumbidos, los silencios y las melodías etéreas eran personajes en sí mismos. La música de Lynch nos hablaba en un idioma que no entendíamos del todo, pero que sentimos en lo más profundo.
La pasión de Lynch por la fotografía fue otra de las aristas de su genio creativo. En series como The Factory Photographs, cuyo libro se ha convertido ya un objeto de culto o "Snowmen", retrató paisajes desolados y objetos olvidados, revelando la belleza que otros no ven. Sus imágenes, cargadas de una melancolía silenciosa, son ecos visuales de sus películas, de su música, de sus pinturas, donde cada sombra y cada textura cuentan una historia.
Boy Light Fire, obra en técnica mixta
Boy Light Fire, obra en técnica mixtaDavid Lynch
Lynch entendía el arte tiene el poder de congelar un instante y al mismo tiempo abrir una ventana a lo eterno. En sus manos, las fábricas abandonadas que inmortaliza en The Factory Photographs o los objetos cotidianos adquirían un aura casi mística.
Antes de ser cineasta, Lynch fue pintor, y su vínculo con el lienzo nunca se rompió. Sus cuadros, grotescos y viscerales, son el espejo de una mente que nunca dejó de explorar. Obras como "Boy Lights Fire" muestran figuras distorsionadas y texturas violentas que capturan el caos y la vulnerabilidad humana.
Fue en el estudio de pintura donde Lynch dio sus primeros pasos hacia el cine. La idea de dar movimiento a sus cuadros lo llevó a experimentar con el celuloide, marcando el inicio de una carrera que nunca dejó de expandirse. Incluso en los últimos años, Lynch continuó pintando, recordándonos que su espíritu creativo no conocía fronteras.
Portada de The Big Dream
Portada de The Big DreamDavid Lynch
Lynch tan diverso como infinito, sigue vivo en cada película, cada canción, cada fotografía y cada lienzo que dejó atrás. Nos enseñó que el arte no tiene límites y que, en los rincones más oscuros, siempre hay algo hermoso esperando a ser descubierto.
Este es mi adiós a David Lynch, el creador de mundos. Gracias por mostrarnos que los sueños, aunque a veces muy inquietantes, son también un lugar donde vivimos.
Obra de David Lynch
Obra de David LynchDavid Lynch

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