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D. Mendoza

Donna Ferrato: benditas sean las mujeres

La fotógrafo y activista feminista presenta "Holy"en el Círculo de Bellas Artes, una muestra en la que expone el abuso doméstico y la violación de los derechos de las mujeres

Donna Ferrato: benditas sean las mujeres
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Donna Ferrato presenta "Holy"en el Círculo de Bellas Artes, una muestra en la que expone el abuso doméstico y la violación de los derechos de las mujeres

Durante la presentación de su exposición en el Círculo de Bellas Artes, un hombre le pregunta a Donna Ferrato cómo logró captar una imagen de un tipo en el momento exacto en que golpea a su esposa. En la foto se ve, al fondo, reflejada en un espejo, a la propia Ferrato.

La pregunta del hombre, que ponía en entredicho la autenticidad de lo retratado, enfureció a la artista. “Estas son personas reales. Momentos reales. Aquí no hay trolas ni invenciones”, le contestó Ferrato, con los brazos abiertos para abarcar la totalidad de la sala. En las imágenes, todas desoladoras y, a la vez, empoderantes (ese anglicismo que está tan de moda es la mejor manera de describirlas), aparecen mujeres con los ojos morados -víctimas- o con pancartas en alto que reclaman sus derechos fundamentales.

Muchas son retratos de momentos cotidianos, íntimos, familiares. Así que la pregunta es válida: ¿Cómo ha logrado encontrarse tantas veces Ferrato en el momento justo en el lugar indicado? “Estamos hablando de un poder superior. La madre de Dios me pone en estas situaciones para que yo documente lo que está sucediendo”, afirma la artista.

Y de esa relación con la religión surge el nombre de la muestra: “Holy” (sagrado). Ojo a las palabras de la artista: ese poder superior al que se refiere es la madre de Dios, no el propio Dios. Es una mujer. Y es que para ella el machismo intrínseco en nuestra sociedad viene, justamente, de la religión: “Nos hablan siempre de Dios y de su hijo. ¿Y dónde queda la mujer?”. Los hombres, continúa, asumen los uniformes y cargos de lo sagrado, pero muchos de ellos no son santos, “y deben ser castigados por ello”. En cambio, “las mujeres sí somos santas porque creamos vida, cuidamos de las personas”, concluye.

Su discurso de castigos y santos puede sonar radical. Pero la intensidad de Ferrato, incluso su rabia -“Me enfurece el abuso a las mujeres y me enfurece esta sociedad que ignora nuestros derechos”, insiste-, comienzan a contagiarse cuando el espectador se enfrenta a su fotos. En blanco y negro, muchas de ellas con apuntes realizados a mano, las instantáneas de Ferrato no dejan nada a la imaginación: son historias contadas en imagen y en palabras. Una de ellas es la de Diamond, un niño negro que acusa a su padre, señalándolo con el dedo, mientras la policía se lo lleva detenido. “Te odio por pegarle a mi madre. ¡No se te ocurra regresar a esta casa!”, le grita el pequeño.

Otra más nos presenta a Millie Bianco, una mujer de mediana edad que sostiene un pequeño retrato de su hija: “La golpeó con una escopeta hasta que la mató”, se lee debajo de la imagen.

Aunque la mayoría fueron tomadas en Estados Unidos, también las hay de Perú y Arabia Saudí, y hasta de las manifestaciones en Madrid este año por el Día de la Mujer. De hecho, las imágenes de protestas se reparten el espacio con las dedicadas al maltrato y a sus sobrevivientes, como Sarah Jones, que escapó del abusivo padre de sus hijos pero tuvo que luchar para que la policía y la justicia le dieran la razón.

La historia de Sarah saltó a la prensa y tuvo una gran repercusión en Tennessee, donde ella vivía. Ferrato también hace referencia a otro caso mucho más famoso al incluir en la muestra un primer plano de Heda Nussbaum. En 1987, Nussbaum y Joel Steinberg fueron investigados por la muerte de Lisa Steinberg, de seis años, que falleció después de que el hombre la golpeara en la cabeza. Lisa agonizó durante 10 horas en los brazos de Nussbaum antes de morir. Más adelante, la justicia abandonó la causa en contra de la mujer al considerar que ella misma había sido víctima del abuso de su pareja, que sí fue condenado a 16 años de cárcel. El caso Steinberg fue el primero en ser televisado en Estados Unidos de principio a fin y la cara desfigurada de Nussbaum se convirtió en símbolo de esa trágica y polémica historia.

“Holy”, de Donna Ferrato, estará en la sala Minerva del Círculo de Bellas Artes hasta el 22 de septiembre. De martes a domingo, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00. Entrada: 4 euros.