"El buen mal": una inminente tragedia nos está acechando ★★★★

La actual narrativa hispanoamericana, de variados estilos y temáticas, observa desde hace algunos años un fascinante proceso de renovación literaria. Melodramatismo irónico, concienciación civil, crónica testimonial, memorialismo crítico, novela de no-ficción y realismo lírico son los componentes esenciales de esta auténtica regeneración narrativa; basta pensar en escritores como, entre otros, Alejandro Zambra, Mariana Enríquez, Leila Guerriero, Juan Gabriel Vásquez, Jorge Volpi y Valeria Luiselli. 

Con equivalente conciencia generacional, Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) ha supuesto toda una revelación, sobre todo en el ámbito del relato breve, con títulos como «Pájaros en la boca» y «Siete casas vacías». En esta misma modalidad narrativa, «El buen mal» agrupa seis relatos, de entre los que cabe destacar «Bienvenida a la comunidad», retrato de la vida familiar en una vecindad con un conejo como hilo conductor, que llevará a una alucinante situación; «Un animal fabuloso», donde una mujer desahuciada en su salud contacta con una amiga bajo la sombra de un accidente del pasado y con un niño que de mayor quiere ser caballo; el titulado «William en la ventana», de cierto carácter autobiográfico, presenta la historia de un gato doméstico envenenado; y en «El Superior hace una visita» una atribulada mujer, con su madre ingresada en una residencia y su hija tempranamente emancipada, intima con una anciana de ese centro en una relación de insospechadas consecuencias, y todo ello bajo la influencia de una presencia fantasmal.

La presencia de lo fantástico

Estos cuentos sitúan a sus personajes ante una inminente tragedia, incidiendo en el suspense de la vida cotidiana, resaltando esos instantes decisivos que pueden cambiar sus existencias para siempre. Son historias que se desarrollan en un sugestivo mundo hipnótico, donde no todo es lo que parece, adentrándose en una ambigua percepción de la realidad. Se trata de una literatura con notable presencia de lo fantástico que algo debe a Julio Cortázar, Borges y Bioy Casares. En suma, un libro que muestra el dominio, ameno e inteligente, de la mejor narrativa breve.

▲Lo mejor

Unos personajes asediados por las insospechadas amenazas cotidianas

▼Lo peor

Poco negativo que decir, se trata de un libro de muy elaborada factura estilística