Juan Scaliter

El renacer tecnológico de Israel

La apuesta de este país por la tecnología hará que, en las próximas décadas, se coloque en la cabeza de la innovación mundial. la robotización y la automatización puede ser sus principales bazas.

Ese mayor uso de robots también redujo los salarios en un 0,4%
Ese mayor uso de robots también redujo los salarios en un 0,4%larazon

La apuesta de este país por la tecnología hará que, en las próximas décadas, se coloque en la cabeza de la innovación mundial. la robotización y la automatización puede ser sus principales bazas.

Conflictos, guerras, religiones...Estos son algunos de los problemas que enfrentaba Israel a inicios del siglo XXI. Parecía un callejón sin salida política y un atasco económico para esta nación. Y sin embargo... Dos décadas atrás, Israel se había convertido en el líder mundial en ciberseguridad. Todas las empresas vinculadas a tecnología presentes entre las 500 más ricas del planeta tenían oficinas en Tel Aviv, incluso las chinas, tan celosas de su intimidad. Y es que la conocida como Start-up Nation (el país start-up) promovía en aquellos tiempos un ambiente fértil para la creación de nuevas iniciativas tecnológicas. En el país se crearon las primeras empresas y soluciones vinculadas a la hoy omnipresente seguridad cibernética en trenes, coches autónomos, hogares inteligentes y sistemas de internet de las cosas (IoT).

Gracias a las inversiones obtenidas (en 2017 la empresa vinculada a coches autónomos Mobil Eye fue adquirida por Intel por unos 15.000 millones de euros), los emprendedores continuaron apostando por otras tecnologías más allá de la ciberseguridad. Ya en 2022, los expertos vieron las ramas tecnológicas que más impacto conseguirían.

Automatización inteligente

Esta nueva forma de inteligencia artificial fue concebida para analizar de forma automática si cada empresa estaba invirtiendo adecuadamente sus recursos (financieros y humanos) y ayudarle a reducir los costes aumentando la efectividad. Se trata de un sistema informático que mira 20 años adelante, analizando el sector del mercado, los recursos de la empresa, la competencia, precios, clima, estabilidad política y decenas de otras variables para simular decenas de miles de situaciones y buscar la más productiva.

Gracias a las enormes zonas desérticas, un sistema de transporte que dio un salto cualitativo en apenas 10 años, los puertos y unas distancias relativamente pequeñas, las regiones antes despobladas de Israel se transformaron en enormes fábricas de robots centrados principalmente en el contacto con humanos y en el hogar. Los expertos del país vieron en el envejecimiento de la población y en la salud dos recursos muy interesantes para explotar. Así fue cómo desarrollaron los robots de primera respuesta que, sin ser médicos, permiten un análisis rápido y efectivo de la salud, anticipan problemas y hasta hacen pequeñas intervenciones de urgencia. Para los mayores de 70 años (ya casi un tercio de la población global) que vive sola (más de la mitad), se trata de una compañía no solo efectiva en lo físico, también en lo emocional.

Algo similar ocurrió con los robots destinados a promover el estado físico. Estos pueden comprarse, como antaño se adquiría el equipo de artefactos de un gimnasio, o alquilarse. Ellos nos acompañan a correr, caminar, nadar, su cuerpo se transforma en objetos de resistencia para hacer pesas y nos alientan y dan consejos... y hasta nos alertan si hay algún problema, ya que están conectados a nuestros dispositivos médicos internos.

Trabajo abierto

Esta fue la verdadera revolución de Israel, más aún que las dos anteriores. Este país ha sido el primero en propiciar un modelo de trabajo abierto y colaborativo a nivel global, instalando no solo los conceptos, sino también las herramientas adecuadas para que cualquiera pueda trabajar desde su país en Israel. Lo que realizó el modelo de código abierto para el software (el famoso Open Source, como el de Linux) es lo que hizo la economía abierta para el talento profesional.

Cada vez con más frecuencia, los «empleados» que trabajan en Israel (aunque no vivan allí y paguen sus impuestos en nuevos modelos tributarios), venden su tiempo y servicios en línea. La oficina y la empresa ya no están en el mismo sitio físico y las comunidades de empleados se comunican al instante, sin importar el país o el idioma gracias a traductores digitales.