La extraña teoría sobre el origen de la palabra 'chumino'
Todo vendría de un divertido malentendido ocurrido varios siglos atrás, y así quedó igualmente
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Según la biología, para considerar un organismo como 'ser vivo' debe ser capaz de realizar las tres funciones básicas por sí mismo: nutrición, relación y reproducción. No es de extrañar entonces que esta tríada forme parte de los grandes temas universales del hombre: la comida, la amistad y el amor. Los programas de cotilleo aúnan los tres factores, por eso resultan tan adictivos de ver.
Si se mira el uso diario que hace cada persona del teléfono móvil, podrá comprobar que gran parte de la población incurre todos los días en estos ejes: ve vídeos de recetas, habla por mensajería con sus conocidos y consulta alguna página 'para adultos' con la que excitarse, o similares. Por mucho avance tecnológico que hayamos conseguido, las necesidades más básicas de la humanidad siguen siendo las mismas, no han cambiado más que en la forma, pero no en el contenido.
Una excelente forma de comprobar la prevalencia de las tres funciones vitales básicas en la mente humana es prestando atención a los sinónimos. Son una parte del lenguaje que expresa el mismo concepto, pero con matices. Cuantas más maneras hayan en un idioma para referirse a la misma realidad, tanta más importancia se le dará, probablemente, a esa idea.
Con el verbo 'comer' o la palabra 'comida' podríamos bastarnos, pero en cambio tenemos: 'jalar', 'engullir', 'alimentarse', 'manducar', 'devorar', 'ingerir', 'zampar', 'tragar' y un largo etcétera, que dan muestra de toda su riqueza. Lo mismo sucede con las relaciones humanas, que se pueden manifestar como: pareja, amigos, rollos, aventuras, compañeros... Infinidad de matices por todas partes.
Leonardo Dantés ya dio una elucubrada lista con decenas de formas de llamar al 'miembro viril' en lo que se convirtió en su mejor 'single'. Para las mujeres, existen también multitud de términos con los que referirse a sus genitales. Puede que ningún artista les haya dedicado aún una canción, pero son de lo más variado y curiosos, algunos con historias de lo más retorcidas detrás.
Si bien muchos sinónimos de vagina, sean o no eufemismos, hacen referencia a su parecido con algún objeto o comida, no todos comparten esta cualidad. Hay un término con una sonoridad que encaja perfectamente con el lenguaje español, pero que procede de una divertida confusión con una expresión vulgar en otro idioma: hablamos de 'chumino'.
Según una teoría que trata de explicar el origen del término, la palabra 'chumino' podría haberse originado en el puerto de Málaga en el siglo XIX o antes. En aquella época, era un punto comercial igual o más importante que el de Barcelona, por lo que recibía muchos visitantes de otros países europeos, como Gran Bretaña o Francia.
A través del comercio se ha conseguido siempre el intercambio cultural y el enriquecimiento no solo económico, sino también cultural, de los pueblos. En esta ocasión, parece que más bien se trataría de un 'invent' a la española. Dados como somos a castellanizar muchos términos que nos llegan del 'anglo' (fútbol, tuitear, bistec...), parece que esta teoría sería bastante verosímil.
La hipótesis que defiende es que, cuando los barcos con marineros de habla inglesa llegaban al puerto de Málaga, antes incluso de atracar del todo gritaban a las prostitutas del muelle, ansiosos como estaban de contratar sus servicios. Estos angloparlantes se desgañitaban desde la cubierta rogándoles a las 'señoritas de compañía' que les enseñaran sus 'partes íntimas' a la voz de "Show me now!" ("enséñamelo ahora").
Al no entender nada de lo que les decían, pero siempre saber por contexto que se referían a mostrar sus bajos a los ingleses, la gente dio por hecho que "Show-me-now" era una sola palabra y que significaba vagina. Al intentar pronunciarla, los españoles vocalizaron según nuestras lengua, por lo que el término se quedó como "chumino". Así lo contaba en un vídeo que se ha hecho viral en los últimos días la artista andaluza Lucía Vepa (@lucvepa), que fue entrevistada en el pódcast 'Aquí se escucha'.
Una situación similar ha ocurrido con las famosas 'patatas quinegua' de las Islas Canarias. Aunque pueda parecer una palabra 100% isleña, en realidad no es más que la deformación de lo que se podía leer en los sacos de tubérculos que llegaban hasta el archipiélago desde Inglaterra: "King Edward". Leyéndolo sin 'entender ni papa' de inglés, se le cambió cambiando el nombre a la variedad de patata.