Los doce héroes españoles de la Guerra de Vietnam
Franco se negó a enviar tropas a pesar de que el presidente estadounidense Johnson se lo reclamó: tenía claro que iban a perderla y por eso solo fueron 12 sanitarios militares que levantaron un hospital civil
Creada:
Última actualización:
El presidente estadounidense Lyndon B. Johnson no daba crédito. Cuando reclamó apoyo militar a Francisco Franco para inclinar a su favor la Guerra de Vietnam que se le resistía, éste le contestó sin ambages y por carta que no iba a enviar tropas. Pronosticaba en sus misivas que los estadounidenses no podían ganar la contienda y, para mayor sorpresa, ensalzaba al líder militar comunista Ho Chi Minh. Johnson debió pensar que no era posible. ¿Franco alabando a un comunista? Pero era cierto. Por esa razón España no prestó apoyo militar a los Estados Unidos pero en su lugar envió a una docena de sanitarios militares que serían reconocidos y queridos por la población local.
Se trató de los llamados “Doce de la fama”, un destacamento que demostró un comportamiento heroico y humano en medio de una de las guerras más despiadadas de la historia. Se establecieron en el delta del Mekong, en la comarca de Go Cong, y allí bregaron durante cinco años para reflotar un hospital civil que había sido gravemente dañado. Se enfrentaron a condiciones horribles, muy peligrosas, y en las que eran mirados con recelo por las dos partes. Durante el tiempo que estuvieron allí, el destacamento de médicos alemanes murieron porque en la guerra a veces no se pregunta antes de disparar. Sin embargo, los españoles lograron el reconocimiento de los propios vietnamitas.
Esta fue también la historia de la primera misión humanitaria española, la conocida como Misión sanitaria de Ayuda a Vietnam del Sur involucró finalmente a casi 50 españoles entre 1966 y 1971, en los que proporcionaron cuidado médicos a la población civil de la región, habitada por unas 20.000 personas entre las que había campesinos y refugiados pero, también, guerrilleros del Vietcong. También eran temibles las enfermedades como la malaria, la tuberculosis, el cólera o la lepra que curaron en muchos de sus pacientes y que se arriesgaron a contraer.
Rehabilitaron un centro hospitalario maltrecho y destartalado y después, con muy precarios medios, ofrecieron tratamiento a la población local. Su labor también fue conocida y aplaudida por el ejército estadounidense, que les cedió buena parte del equipamiento del que carecían. Trataron por igual a unos y otros, sin hacer distinciones entre bandos. De forma completamente inesperada, todos los integrantes de la misión española regresaron sanos y salvos a casa.
De las andanzas de estos españoles ha escrito el abogado Emilio González Romero su novela “El puente de Go Cong”, que obtuvo el Premio de Narrativa Ciudad de Alcalá de Henares y también el ensayo “Good Morning Go Cong. Una historia de españoles en la guerra de Vietnam” (Rialp), escrito por Andrés López-Covarrubias. Fue una misión “intrascendente para la guerra, pero excepcional para Go Cong, una población que acabó inmensamente agradecida a aquellos extranjeros que hablaban tan raro”, asegura González Romero. Ramón Gutiérrez de Terán fue el militar que más tiempo permaneció allí de todos ellos, y su particular historia es la que sirve de hilo conductor para el libro de López-Covarrubias