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Hamburgo

Jonas Kaufmann pierde los nervios

La acústica del Elbphilharmonie de Hamburgo traicionó al tenor y este terminó cargando contra un público que le abucheó

Kaufmann en el pasado Festival de Peralada
Kaufmann en el pasado Festival de Peraladalarazon

La acústica del Elbphilharmonie de Hamburgo traicionó al tenor

Cuestiones de acústica, dice el tenor, en lo más alto del podio de la lírica, hicieron imposible que se le escuchara debidamente en el Elbphilharmonie de Hamburgo con «Lied von der Erde» de Mahler junto a la Orquesta Sinfónica de Basilea. Él, que no era la primera vez que cantaba allí ya lo había advertido. Se acomo fuere, empezó el recital y comenzaron las voces. Los abucheos. Los gritos. Los «¡No se te oye!». «¡No podemos escucharte!» atronaban la sala. Y se producían las primeras deserciones, lo que en un concierto de Jonas Kaufmann no es nada habitual sino todo lo contrario. Otra parte del público optó por buscar un mejor acomodo en las primeras filas, donde el sonido llegaba mejor. No fue nada cómoda la situación para el tenor, recién casado, y abucheado, una situación insólita. Parece que no es la primera vez que esta sala traiciona a los grandes, como ya le ocurrió a Nina Stemme tiempo atrás. No estamos hablando de un teatro de ópera y parece que gran parte de quienes se quejaron estaban en la parte trasera del escenario, con lo que la visibilidad y, sobre todo, la emisión de la voz, no eran las idóneas. lgunos de los presentes comentaron que nada tiene que ver escucharle cantando ópera que en un recital, en el que, en ocasiones (se habla incluso del Met) su voz es inaudible.

La noticia corrió la pólvora y un medio local, el «Hamburger Abendblatt», se apresuró a recabar la opinión del cantante. Y ahí es cuando la bola de nieve que ya había alcanzado un tamaño considerable, se hizo aún más grande. El tenor declaró sin reparos que «ese no es el público habitual que va a escucharle» y que el patio de butacas estaba lleno de «turistas que habían acudido al reclamo» que apenas se esforzaron por escucharle. Se pueden imaginar cómo han sentado al respetable las declaraciones. «Esta sala desde luego no ayuda... En cuanto a mis próximos conciertos en Hamburgo no quiero decir “nunca más”, pero puedo imaginarme dando el próximo recital en Laeiszhalle, una sala donde es un placer cantar».