Los libros de la semana: de una Juana de Arco empoderada a la Extremadura rural
Ana Rodríguez Fischer vuelve con una historia alrededor de la poeta Anna Ajmátova, y Linda Kinstler recupera la memoria de su abuelo, Herberts Cukurs, «héroe» nacional y verdugo nazi
Madrid Creada:
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«Antes de que llegue el olvido», Ana Rodríguez Fischer ★★★★
Ajmátova, en la durísima encrucijada del estalinismo
Ana Rodríguez Fischer desarrolla una formidable historia alrededor de la poetisa y convierte esta novela en un alegato contra el terror político y la intolerancia ideológica
Por Jesús FERRER
La escritora rusa Marina Tsvietáieva se suicidó en 1941, víctima de una atormentada vida donde mucho tuvo que ver la represión del estalinismo. La poeta Anna Ajmátova esperaba encontrarse con ella en una desolada ciudad a donde fue evacuada a causa del horror bélico de Leningrado. La había conocido tiempo antes en Moscú y la admiración mutua había fraguado una sólida amistad. Poco se podía imaginar, esperando reunirse de nuevo con ella, que no la volvería a ver. A partir de esta dramática circunstancia, Ana Rodríguez Fischer recrea una apasionante ficción en «Antes de que llegue el olvido», novela ganadora del reciente Premio Café Gijón. Con un minucioso ejercicio de documentación, la recreada ambientación de lugares y situaciones, y la extrema sensibilidad con la que se reflejan los conflictos íntimos de los protagonistas, esta historia fluye como un alegato contra las guerras, la intolerancia ideológica y el terror de ciertos procesos históricos.
El papel del crítico
Veinte años después de aquel frustrado encuentro, Anna escribirá la figurada carta a Marina que conforman estas páginas y con la que testimonia su herida sensibilidad poética, los agitados avatares de su atormentada vida y el dolor de irremediables pérdidas personales. Revelará sus ilusiones en emotivas palabras que se verán encaradas con la dura realidad posterior: «Quizá te resulte pueril lo que voy a contarte, pero aquella joven, casi una niña aún, anhelaba tener un hada madrina que pusiera en sus manos un anillo. ¡Un anillo con poderes mágicos!». Esta obra supone una profunda reflexión sobre el papel crítico del intelectual en la sociedad contemporánea; desfilan, así, por ella las duras experiencias de diversos amigos de las protagonistas, como Maiakovski, Esenin, Pasternak, Bulgákov o Mandelstam. Con una prosa de inmejorable ritmo narrativo y el rigor de una precisa documentación, el lector se ve sumergido aquí en una inolvidable ficción de conmovedora fuerza literaria y extraordinaria dimensión histórica.
▲Lo mejor
La conjunción entre la intimidad de los personajes y su agitado entorno social
▼Lo peor
Nada que objetar negativo sobre una tan elaborada y bien resuelta novela
«Juana de Arco», Katherine J. Chen ★★★★
Una Juana de Arco feminista, posmoderna y empoderada
La escritora Katherine J. Chen remata una gran novela histórica y logra imprimir una percepción moderna al personaje romántico
Por Lluís FERNÁNDEZ
Artística y literariamente hablando, la construcción canónica de Juana de Arco es de corte romántico. Su figura tiene los elementos de las santas con una visión divina y un mensaje. Juana oía voces de arcángeles que la conminaban a liberar Orleans de los ingleses. Dos de las películas sobre su misión divina y su martirio por la Inquisición fueron la muda de Carl T. Dreyer «La pasión de Juana de Arco» (1928), con Marie Falconetti, filme que inició el interés por el personaje histórico a raíz de su canonización en 1920, y la «Juana de Arco» (1948) hollywoodiense con Ingrid Bergman. Su mito como guerrera y santa había cuajado y su historia parecía inamovible hasta que Katherine J. Chen la ha resignificado en clave posmoderna.
Una percepción nueva
Ella la libera de las voces que la conminaban a liberar Orleans de ingleses y borgoñones. La transforma en una aldeana, una guerrera empeñada en devolver a Francia su unidad. Esta Juana feminista es una campesina maltratada por un padre violento, pragmática y de una fortaleza inusual. Más cercana a una joven hombruna que a la santa idealizada de lo prerrafaelitas. Katherine J. Chen opone la fuerza del cuerpo a la de la fe. Y lo hace recreando los años juveniles como una etapa de formación y resistencia que la convertirán en una luchadora dispuesta a guiar un ejército fascinado por su bravura y estrategia militar. El relato es costumbrista y la voz interior de la protagonista suple la inspiración divina. El relato sigue el modelo de Hilary Mantel: narración en tercera persona del presente de indicativo. Como un presente continuo: la acción sucede en el instante mismo que se narra. Una voz que parece surgir del interior de. Un flujo de conciencia que bascula entre el pensamiento y el suceso, y que procura al lector una proximidad inusual a su humanidad. Una gran novela histórica, de gran belleza estilística, que rompe los moldes tradicionales y consigue cambiar la percepción del personaje de la poucelle tradicional por una Jeanne d´Arc empoderada y actual.
▲Lo mejor
El cambio de la percepción tradicional por una Juana de Arco actual
▼Lo peor
Algunos capítulos en exceso discursivos que entorpecen la narración
«Ven a este tribunal y llora», Linda Kinstler ★★★★★
Cukurs o aquel «héroe» letón que fue verdugo nazi en Riga
Linda Kinstler recupera la memoria de su abuelo, que estuvo en el mismo comando, y reconstruye la historia del famoso criminal
Por Diego GÁNDARA
Es curioso, pero el héroe nacional de Letonia, Herberts Cukurs, fue un criminal de guerra nazi. Aunque los motivos, claro, por los cuales fue aclamado en los años treinta, ser un pionero de la aviación apodado como el «Lindbergh báltico», no son los mismos por los cuales era asesinado en Montevideo en 1965 por el Mossad: Cukurs, conocido como «el carnicero o el verdugo de Riga», había pertenecido al comando Arajs, un escuadrón responsable de la muerte de más de treinta mil judíos durante el gueto de Riga. Pero Cukurs, antes de la llegada de las tropas soviéticas a Letonia, había conseguido huir y refugiarse con una identidad falsa en Brasil. En 1950, tras ser descubierto, cambió de ciudad y se dedicó al alquiler de hidropedales. Hasta que, engañado por un supuesto empresario austríaco que le propuso un negocio similar en una playa de Montevideo, fue emboscado por cuatro agentes del Mossad que, después de asesinarlo, metieron su cuerpo en un baúl con una leyenda firmada por «Los que no olvidan».
La voz de las víctimas
Linda Kinstler, nacida en California en 1991 pero hija de unos padres emigrados de Letonia, al descubrir que su abuelo había pertenecido al mismo comando que Cukurs, se encontró no sólo con la historia de «el carnicero», sino con el hecho de que éste era el centro de una investigación judicial en Letonia y que, a pesar de llevar muerto varios años, sería juzgado. «Ven a este tribunal y llora» es el resultado de aquel descubrimiento. Un libro en el que se dan cita el ensayo, la historia y la filosofía del derecho, y en el que Kinstler, mientras rastrea su pasado familiar, indaga en Cukurs, un héroe nacional que, a pesar del blanqueamiento de su biografía, podía llegar a ser, incluso después de muerto, absuelto. Profuso en información, pero con una reflexiva claridad para sumergirse en cuestiones legales y morales, el libro invita a pensar en los crímenes del nazismo pero desde otra óptica: desde el lugar de las víctimas, las voces de los supervivientes.
▲Lo mejor
La manera en que la autora combina su pasado con la historia de Cukurs
▼Lo peor
Nada, el libro se mueve muy bien entre la memoria y el peligro del olvido
«Bajo tierra seca», César Pérez Gellida ★★★★★
Pérez Gellida, un sucio «noir» en la Extremadura rural
El Premio Nadal recayó en este volumen que viaja por las tierras más pobres para mostrar un paisaje humano peligroso y brutal
Por Ángeles LÓPEZ
No estamos en Valladolid (ciudad emblemática en la obra de Gellida), sino en Extremadura. Y no ha muerto nadie… de momento. Se ha quemado una hacienda y todo lo negro, negrísimo, como cantado por la voz funeraria de Leonard Cohen, está por llegar en este rural «noir». El autor ha hecho el pino puente y se ha reinventado él solito con esta entrega ganadora del Premio Nadal que se entregó en enero de este año. Situémonos: principios del siglo pasado. En una de las mayores haciendas de la región, regentadas por La Viuda, se produce un incendio. Ella ha desaparecido y el capataz de la finca, Jacinto Padilla, es detenido cuando intentaba huir con una bolsa llena de dinero y alhajas. El teniente Martín Gallardo (un tipo educado en la cultura del taco que se caga constantemente en todo), junto al sargento Darío Pacheco, serán los encargados de investigar lo sucedido. A través del capataz (imposible no acordarnos del protagonista de «El cartero siempre llama dos veces», y ese personaje impelido por una mujer a matar a su marido) nos adentramos en la compleja personalidad de una mujer que ya desde niña aprendió el poder del sexo para dominar a los hombres…sin olvidar disfrutar del placer.
Un artilugio perfecto
Es complicado adelantar mucho más de la trama, ya que Gellida la hace y deshace en pocas páginas, con la facilidad y la seguridad de quien posee varios ases en la manga, de quien domina por completo un truco de magia que lleva años perfeccionando. La historia, al final, acabará por explotar en los morros del lector cuando menos se lo espere. Desde su «Memento Mori» lo repito: lean sus libros, devoren todo lo que publique; el «efecto Gellida» que vaticiné hace unos cuantos años se ha convertido en este momento en un artilugio literario perfecto y despiadado. Una «page-turner», un verdadera arma de entretenimiento cosido con la mejor de las narrativas al servicio de un thriller rural redondo, oscuro, sucio y violento.
▲Lo mejor
Cómo explica un entorno hostil que nos hace entender a los personajes
▼Lo peor
Gellida ha dejado esta vez el listón muy alto, bueno, lo hace en cada novela