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Historia

México

López Obrador y la (des)fundación de Veracruz

El presidente mexicano, el hombre que exigió al Rey de España un «perdón» por las «crímenes» de la conquista, no ha resistido la tentación de viajar a Veracruz para celebrar la fundación de Veracruz.

Ilustración del siglo XVI que muestra la construcción de la Villa Rica de Santa Cruz entre los españoles y los indios
Ilustración del siglo XVI que muestra la construcción de la Villa Rica de Santa Cruz entre los españoles y los indioslarazon

El presidente mexicano, el hombre que exigió al Rey de España un «perdón» por las «crímenes» de la conquista, no ha resistido la tentación de viajar a Veracruz para celebrar la fundación de Veracruz.

El 22 de abril de 1519, Hernán Cortés y los suyos fondearon en los arenales de Chalchihuecan. Cuenta Bernal Díaz del Castillo (lo más parecido a un periodista en los hechos de América) que «en aquélla sazon era hora de la Ave María, y en el Real teniamos una campana, y todos nos arrodillamos delante de una Cruz que teniamos puesta en un medaño de arena el mas alto, y delante de aquella Cruz deciamos la oracion de la Ave María». Una parte de la expedición, azuzada por Diego Velázquez, abogaba por volver a Cuba y no adentrarse más en territorio mexicano, pero la mayoría se conjuró para ir siempre adelante. Nombraron capitán general a Cortés y, añade Díaz del Castillo, «luego ordenamos de hacer y fundar, é poblar una villa, que se nombró la Villa rica de la Vera-Cruz; porque llegamos Juéves de la Cena, y desembarcamos en Viérnes Santo de la Cruz».

Hace 500 años de esos hechos, la fundación del primer Ayuntamiento en la América continental, símbolo como ningún otro de un camino histórico, para bien o para mal, con sus luces y sombras, recorrido a medias entre España y México. Curiosamente, Antonio Manuel López Obrador, el hombre que lo mismo da un balón de oxígeno a Maduro que exige al Rey de España un «perdón» por las «crímenes» de la conquista obviando el hecho de que su sangre es tan española como la nuestra y la de su propio país, no ha resistido la tentación de viajar a Veracruz para celebrar a su manera populista e interesada la fundación (por parte de los salvajes castellanos) de la ciudad «Cuatro veces heroica». Cuesta creer que haya pisado sin menoscabo de su integridad (siquiera un ligero sarpullido) el mismo terreno que Cortés y los suyos ganaron para el monarca de España y la religión de Roma, la ciudad que nombraron con su propio idioma, en la que dieron bautizo a los primeros católicos de México y donde tuvieron los primeros tratos diplomáticos con Moctezuma.

Nada de ello ha arredrado a AMLO, que desde la terraza de un hotel en el Malecón del Puerto de Veracruz ha vuelto a reclamar las disculpas de España. «Este es el debate, cómo conmemorar la conquista: la invasión o verlo como el encuentro de dos mundos es un asunto pendiente. En el caso de los veracruzanos ya lo resolvieron, con música, alegría y cultura, pero todos les debemos una explicación a los pueblos originarios porque hubo abusos y a nadie se le niega el perdón», dijo. Si los veracruzanos «ya lo resolvieron», ¿qué han de resolver ahora los españoles tras cinco siglos de una historia que es tan de ellos como nuestra? Frente a una España incapaz no ya de consensuar su historia presente, pasada y futura, sino presa de un histérico sentido de la culpa, el mensaje interesado de AMLO, que muchos no le compran en México, ha calado en esta España que no ha sabido conmemorar la gesta de Cortés como merecía.

Hace cinco siglos, hombres como nosotros, de nuestros pueblos y ciudades, fundaron un mundo completamente nuevo con los mimbres del pasado en una tierra lejana y exótica para ellos. Y hoy solo se nos pide, aquí y allí, que nos avergoncemos del curso inevitable de la historia, de la sangre que dimos y de la que quitamos. Tan ridículo todo que es para desfundar Veracruz de cabo a rabo, piedra a piedra, exclusivamente para que AMLO no venga cinco siglos después a deshonrarnos a nosotros y a ellos.