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Cine

"Mamántula": a sangre, veneno y semen | Festival de San Sebastián

Ion de Sosa dirige la película más salvaje, radical y original del año, imaginando una visita arácnida en clave "queer" desde el espacio exterior

"Mamántula": la última felación en Berlín | Festival de San Sebastián
"Mamántula": la última felación en Berlín | Festival de San SebastiánAPELLANIZ Y DE SOSA / TASIO

Envueltos en olas culturales, de las que vienen para quedarse y de las que arrasan tan rápido como desaparecen, es una auténtica proeza que existan películas como la gloriosa "Mamántula". El nuevo mediometraje de Ion de Sosa, uno de los directores de fotografía más respetados en nuestro país ("Espíritu sagrado", "El fantástico caso del Golem"), se arrodilla ante sus referentes pero, a la vez, encuentra su propio punto de apoyo, su propia voz y su propio estilo. No se trataría de algo tan noticioso en un festival de cine tan ancho como el de San Sebastián, si no fuera porque todo ello se logra con una historia sobre una araña extraterrestre que comienza a matar en ambientes "queer" de Berlín mediante felaciones. Así, como suena.

Y es que, de hecho, esa presentación de cartas no puede ser más explícita y directa, con un pene en pantalla en la primera escena del filme: "Ha habido mucha inteligencia emocional y de planificación, para ser eficaces sin ser explícitos. ¿Cuándo pulsamos ese botón? Cuando nos conviene, como cuando sacamos las pollas al principio. Es fantástico porque son eficaces. En “Mamántula” hay mamadas y arañas, pues primero las pollas y luego las picaduras, para que todo el mundo pudiera entrar primero en la película", explica elocuente De Sosa, en entrevista con LA RAZÓN y como responsable de la apuesta más salvaje, radical y original del año en el cine español.

"Mamántula", de Ion de Sosa, participó en la sección Zabaltegi Tabakalera del Festival de San Sebastián
"Mamántula", de Ion de Sosa, participó en la sección Zabaltegi Tabakalera del Festival de San SebastiánAPELLANIZ Y DE SOSA / TASIO

Un sueño y una pesadilla

Y sigue, sobre el curioso origen del proyecto: "El primer germen viene de Moisés Richart, que es el actor principal aquí y también de “Sueñan los androides”, que es otra película mía. Me invitó a una paella y me dijo que tenía una idea, la de “Mamántula”. Una araña que te absorbe la vida a través del pene, a través de una felación. Pensé en lo bueno que era el nombre y dije que lo íbamos a hacer. Como una especie de compromiso, me hice un tatuaje de la cara de Moisés, que llevo en el muslo derecho", recuerda el director, que estuvo luego muchos años continuando y abandonando el proyecto, hasta que recibió una llamada de su amiga Paola Álvarez, finalmente productora del filme: "Me llamó desde Berlín mi amiga Paola, y me contó la pena que le daba que hubiéramos abandonado el proyecto. Me explicó que se iban a lanzar unas ayudas al cine experimental allí, pero yo le dije que no, que quería hacer algo más grande y que no me identificaba con lo “underground” de nuevo. Esa misma noche, tuve un sueño que no me dejaba dormir y a las 4 de la mañana le escribí un mensaje diciéndole que sí, que había que perseguirlo", recuerda De Sosa.

Firmada junto a Mamen Díaz, Violeta Rodríguez, y Julián Génisson, aunque en fases embrionarias también participarán nombres como el de Marc Ferrer, "Mamántula" es como meter en una batidora la "Cruising" (1980) de William Friedkin, el "Vinieron de dentro de..." (1975) de David Cronenberg, algo de "Twin Peaks" y algo de "Expediente X", para aderezar el «smoothie» resultante con una historia policial en forma de "thriller" y un diseño visual al alcance de muy pocos en el cine español. "De Cronenberg, de su "Vinieron de dentro de...", me inspiró mucho la simpleza, la efectividad de lo que vemos, y por poner el foco en la emoción y el miedo. El asco, esa forma de enfrentarnos a los cuerpos con organicidad, con esa fecha de caducidad, incluso, que nos ponen. El miedo a la muerte, también, que hay en las películas de terror. Esas sustancias viscosas, creíbles y verosímiles, como inspiradas en las pinturas de Francis Bacon. Nunca antes nadie ha visto cómo queda un cuerpo cuando le ha picado una mamántula, entonces nos lo teníamos que inventar, con la directora de arte, Carmen Maín. Tenían que estar como hinchados de una picadura y luego deshinchados de que los han absorbido. Quizá hay algo también de Anish Kapoor, rojo intenso, de cúmulos de cera", apunta el director sobre el extraordinario arte que acompaña a los efectos del filme.

"Yo quería contar una historia completa, enseñar y no esconder. Quería que se viera trabajo y no pereza, quería que se viese valentía, quería que se viese que todos los melones que abrimos, somos capaces de cerrarlos. No nos escondemos ni de la desnudez ni de lo explícito. Ni de enseñar la araña, ni de la muerte, ni de jugar con el género", explica meridiano De Sosa, sobre el vigor de una película que, rozando la hora de duración, es capaz de entregarle más experiencias al espectador que algunas que tontean con las tres. Y continúa, sobre la trascendencia más allá de las hechuras canónicas del cine "underground" o el cine experimental: "No queríamos cosas experimentales, queríamos que las acciones tuvieran consecuencias. Queríamos entrar en contacto con el público y que significara algo para el espectador. Salir del ombliguismo críptico y buscar la comunión, la empatía y la comunicación para compartir", sentencia.

"Mamántula" se desarrolla en un irreconocible Berlín y en su escena "queer"
"Mamántula" se desarrolla en un irreconocible Berlín y en su escena "queer"APELLANIZ Y DE SOSA

A sangre, veneno y semen, "Mamántula" se desarrolla con un onirismo y una insolencia impropias, con una soltura que pocas veces se ve ya no solo en nuestro cine, si no en el global, y con unas ganas de epatar que van más allá de lo intelectualoide sin olvidar un discurso sólido, por ejemplo, sobre lo "queer": "Está cuidada y hecha a base de eso y de aprender. Ha surgido una cosa muy importante para mí y es que nada se ha llevado a cabo sin un diálogo abierto, tranquilo, teniendo en cuenta cómo lo harían ellos, nunca desde lo impositivo. Desde ese respeto, se ha hecho una película con una delicadeza super guay. Ha sido un viaje precioso, y me llevo lecciones porque no sabía cómo tratar ciertos temas. He aprendido mucho sobre sensaciones, géneros o genitalidad, por ejemplo. Y que eso no tiene nada que ver con la preferencia, la identidad o la orientación sexual", se despide Sosa, esperando estrenar pronto en salas comerciales..