Los libros de la semana
Michael Cunningham cuenta todo lo que se llevó la pandemia en «Día»
Al regreso del novelista, se suma la novela de Caroline O’Donoghue, una reflexión sobre la juventud en clave de humor, y un duro testimonio del abuso a menores de Neige Sinno
«Día», de Michael Cunningham ★★★★★
El amor en tiempos del Covid
Michael Cunningham regresa con una profunda y gran historia sobre la desintegración de una pareja y de los vínculos
Esta novela no es una novela sobre la COVID, aunque sí es una novela que transcurre antes, durante y después de la pandemia y muestra muchos de los problemas y los conflictos, especialmente amorosos, emocionales, que acarreó. Problemas que pusieron en jaque las relaciones, no sólo con los otros sino con uno mismo y que, vistos ahora con distancia, acabaron siendo una oportunidad, no para ser mejores personas, sino para replantearnos aspectos de la vida que si la pandemia no hubiera tenido lugar, habría sido imposible que salieran a la luz.
Octava novela de Michael Cunningham (Cincinnati, 1952), autor de «Las horas», por la cual recibió el Pulitzer en 1998 y que fue llevada a la pantalla por Stephen Daldry, «Día» se centra en el tiempo de pandemia a partir de un día 5 de abril pero en tres años diferentes (una mañana en 2019, un atardecer en 2020 y una noche en 2021) y que tienen que ver con lo que ocurre en una familia en un piso de Brooklyn, donde viven la pareja formada por Dan e Isabel más el hermano de ésta y los hijos de la pareja.
Sin nómina
La novela se inicia cuando Dan, un padre que acaba de salir de un centro de rehabilitación y se ha vuelto un hombre amable, e Isabel, una madre que es una editora de fotografía pero cuya nómina no se incrementa desde hace años, empiezan a distanciarse. Un escenario propicio que funciona como una anticipación de lo que vendrá cuando llegue el virus (un virus que, por otra parte, el narrador jamás menciona) y las cosas comiencen a tambalearse.
Porque el virus, en la novela, no es más que una metáfora de eso que nunca acaba de funcionar, ese malestar nen la cultura del cual todos pretenden escaparse aunque nunca lo consigan: ni la pareja formada por Isabel y Dan ni el hermano de Isabel, que vive en el ático del piso y debe irse porque los hijos han empezado a crecer y necesitan espacio. «Día», en todo caso (el regreso de Cunningham al género después de diez años) es una novela preciosa, llena de momentos profundos que nos hacen reflexionar no sólo sobre el poder redentor del amor, sino sobre las diversas formas de amor que nos hacen habitar en un lugar, en este mundo.
▲Lo mejor: La capacidad de Cunningham para tomar el pulso de las relaciones amorosas
▼Lo peor: Lo peor: Nada que cuestionarle a esta novela hermosa y bien traducida
Por Diego GÁNDARA
«Triste tigre» de Neige Sinno ★★★★
Cómo sobrevivir al incesto y a la violación
«Triste tigre» es un duro testimonio que afirma que las personas que han sufrido abusos en la familia arrastran ese trauma toda la vida
«Triste tigre» escuece, lastima, repugna y atrapa. Nada nuevo bajo el sol, pero sí el modo de tratarlo: la pederastia en el seno familiar. Al menos la autora ha tenido, en dos ocasiones, ocasión para denunciarlo: la primera ante la justicia, a los 19 años; la segunda con este libro testimonial que se clava en el lector como una espuela. Es una obra devastadora que se inserta en la narrativa testimonial, explorando el trauma del incesto y la violación desde una perspectiva tan personal como literaria. Al igual que Maggie Nelson en «Los Argonautas», la autora recurre a múltiples referencias culturales y filosóficas para contextualizar su experiencia, encontrando eco en Virginia Woolf, Alejandra Pizarnik y Toni Morrison.
Esta intertextualidad permite articular el sufrimiento y subrayar la naturaleza del abuso, enmarcándolo no como un problema privado, sino como una cuestión política y social. Más allá del victimismo, la sociedad es incapaz de abordar de manera adecuada el incesto, algo que esta obra critica con crudeza. Se denuncia cómo los relatos dominantes en el inconsciente colectivo, han tergiversado el relato del abuso, convirtiendo a la víctima en culpable. Este testimonio deja claro que tal situación es una imposición brutal que altera la vida de esa persona, moldeando su carácter, sus miedos y su identidad para toda la vida. Lo que distingue a esta obra de otros testimonios es la resistencia a las narrativas convencionales de resiliencia y perdón.
Heridas que no cicatrizan
Al igual que Robert Antelme en «La raza humana», se exploran los límites de la humanidad, incluso de los perpetradores, sin ofrecer soluciones redentoras. No se busca consuelo en el perdón ni en la superación, sino que se expone con crudeza que las heridas del abuso no desaparecen y que la vida de las víctimas quedan entrelazadas con la de sus agresores. Un testimonio contundente de la impotencia del lenguaje frente a tragedias profundas.
Aunque la literatura ofrece una vía para expresar lo inefable, no se encuentra una redención total. La escritura es un acto de resistencia y confrontación, un esfuerzo por romper el silencio impuesto por el agresor y la sociedad. Esta narración busca iluminar la oscuridad y la complejidad del trauma, mostrando que el dolor y la violencia persisten, incluso cuando las palabras logran quebrar el silencio..
▲Lo mejor: La poderosa confesión de una infancia arruinada por un padrastro terrible
▼Lo peor: Comprobar, vivir, sentir, gracias al palabra, cómo esa pequeña niña toca el mal
Por Ángeles LÓPEZ
«El factor Rachel» de Caroline O’Donoghue ★★★★
¿Cuántos años son en realidad veinte años de una vida?
Caroline O’Donoghue firma una historia generacional y de evocación sobre la juventud y los años que han quedado atrás
Veinte años no es nada, dice la letra de un reconocido tango. Y esta novela de la escritora irlandesa Caroline O’Donoghue (Cork, 1990), al parecer, lo confirma del todo. Porque más allá de los sueños y de los deseos que se tienen a esa edad, con el paso del tiempo uno se da cuenta de que, la verdad, veinte años no son nada: apenas un rosario de sensaciones, de vivencias y de vibraciones que se sienten muy adentro, aunque no dejen de ser, de alguna manera, algo superficiales.
Así, «El factor Rachel», novela de corte juvenil y dotado de cierto tono divertido, se centra en la vida de una chica irlandesa, que estudia en la universidad y trabaja en una librería a fin de costearse los estudios que está haiendo y que, claro, se llama Rachel y tiene veinte años y un amigo al que acaba de conocer, James, que tiene su misma edad.
Compañeros de piso
Poco a poco, el vínculo que existe entre ambos se afianza tanto que no dudan en decidirse y en compartir un piso barato que además de barato se vuelve caótico pero, eso sí, feliz: es el lugar en el que ambos conviven y se cuentan sus historias íntimas: James, el enfado que se agarra cada vez que alguien piensa que es gay; Rachel, la atracción que siente hacia el doctor Fred Byrne, un profesor que está casado con una mujer terrible y al que no sabe de qué manera seducir, más allá de que acaba encontrando una manera de hacerlo que es, ciertamente, bastante curiosa e ingeniosa.
La novela, en general, es una novela ligera, porque está sostenida a partir de unas situaciones graciosas e hilarantes, pero Caroline O’Donoghue consigue, pese a todo, retratar una época en la que los sueños y las aspiraciones se cruzan con los tropiezos de esa edad y en la que las amistades y los vínculos que se tejen parecieran durar para toda la vida. «El factor Rachel», en ese sentido, es un cálido retrato de la juventud perdida y dejada atrás, de una época en la que uno cree que tiene el mundo entre las manos. Una ilusión que dura un instante, un instante que son, nada menos, que veinte años y que, vistos a una distancia prudencial, la verdad es que esos veinte años no son nada..
▲Lo mejor: El tono, el ritmo, las situaciones hilarantes que viven los personajes del libro
▼Lo peor: Que la trama se desenvuelve más a través de impresiones, de sentimientos
Por D. GÁNDARA
«Matamonstruos» de Jon Bilbao ★★★★
Jon Bilbao, adiós al western apocalíptico
El novelista regresa a su particular personaje John Dunbar y le da fin en una obra que contiene todos los ingredientes de sus libros anteriores
En 2020 Jon Bilbao (Ribadesella, Asturias, 1972) iniciaba con su novela «Basilisco» las aventuras de John Dunbar, legendario pistolero en un contexto de western apocalíptico, donde la violencia era la principal norma de vida. Continuó esta historia en «Araña» (2023) y la concluye con la publicación ahora de «Matamonstruos». Con esta saga afirma los caracteres de una original escritura que combina ficción futurista, suspense metafísico, relato fantástico, horror mítico y trama aventurera. El protagonista, apodado «Basilisco», desea dejar atrás su brutal pasado y asentarse con su familia –Lucrecia y su hija Felicidad– en pleno territorio indio. No le será fácil lograr esa pretensión, porque deberá encararse a los misteriosos seres fantasmales que le persiguen.
Deberá afrontar además un conflicto sentimental con su pareja, y tutelar al hijo de un antiguo enemigo. Por otro lado, y en paralelo a esta acción, el autor regresa a su pueblo natal con la intención de instalarse en la vieja casa familiar. De este modo, en original ejercicio autorreferencial, personaje y escritor aúnan sus vidas compartiendo realidad y ficción, vida y literatura. En este sentido, se hace evidente la huella que han dejado en su literatura Kurt Vonnegut, G.B. Ballard, Phillip K. Dick y H.P. Lovecraft.
No limpia, no cura
En el prefacio a cargo del propio autor este recuerda el terror que le inspiró siendo niño el trailer de la película «Tarántula». Ya adulto y escritor, consciente del poder de la ficción, señala aquí que «solía leer declaraciones de otros escritores en las que afirmaban que la ficción no ofrece respuestas, no alberga verdades, no resuelve nada, no construye, no restaura, no limpia, no cura».
La literatura de Jon Bilbao desmiente esta afirmación, porque su imaginado universo edifica una metarrealidad poblada por seres y conflictos representativos de arraigadas inquietudes existenciales. El pistolero pretende redimirse de su violenta condición atravesando unos peligrosos trances purificadores, y el autor hace balance introspectivo de su trayectoria vital, convirtiendo la vieja casa familiar en un poderoso elemento catártico. .
▲Lo mejor: La combinación que existe entre ficción narrativa y el relato autobiográfico
▼Lo peor: Sin ser importante, en algún momento se dispersa la trama argumental
Por Jesús FERRER
✕
Accede a tu cuenta para comentar