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Entrevista

Michael Winterbottom: "En Inglaterra no se nos cuenta casi nada de nuestro pasado colonial"

El realizador británico presenta «Shoshana», sobre el protectorado inglés en Palestina, en el Festival Internacional de Cine de Gijón

Michael Winterbottom: "En Inglaterra no se nos cuenta casi nada de nuestro pasado colonial"
Michael Winterbottom: "En Inglaterra no se nos cuenta casi nada de nuestro pasado colonial"FICX

Estrecha la mano con fuerza, se preocupa de que todo el mundo esté cómodo y pone por delante la educación. Es como si no pudiera parar de dirigir. Sin embargo, al hablar, Michael Winterbottom (Inglaterra, 1961), se aleja de los ritmos maníacos de la industria del cine y se presenta como un humanista británico de izquierdas, por ese orden, y con esa importancia. Sabe, además, que la conversación fluirá como el Piles en las lindes de la cancelación porque sabe, también, que su nueva película no puede tener un contexto informativo más propicio. El director de «Welcome to Sarajevo» (1997) «Wonderland» (1999) y «24 Hour Party People» (2002), otrora capaz de rodar hasta dos películas al año y presente en Asturias estos días para el Festival de Gijón, regresa con «Shoshana», un thriller de espías ambientado en los últimos días del protectorado británico en Palestina, justo antes de la creación del Estado de Israel.

Aury Alby (izda.) y Harry Melling en "Shoshana"
Aury Alby (izda.) y Harry Melling en "Shoshana"LA AVENTURA

PREGUNTA. ¿Cuándo comenzó a trabajar en la película? ¿Esperaba que viera la luz en un momento así?

RESPUESTA. En absoluto. Llevo unos 15 años intentando sacar adelante este guion. Me invitaron al Festival de Jerusalén y, como estuve un montón de días, me leí un libro sobre cómo terminó la ocupación británica de Palestina. Como inglés, no sabía apenas nada, y no es que haya un montón de películas al respecto. En Inglaterra no se nos cuenta casi nada de nuestro pasado colonial.

-¿Qué le interesaba de la historia de Shoshana Borochov?

-Contar lo cosmpolita de ese tiempo en ese lugar. Casi todo el mundo que llegó a Palestina era un inmigrante de primera generación, normalmente del este y de centro de Europa. Los padres de Shoshana salieron del imperio ruso, por eso quise que la interpretara Irina Starshenbaum, que es rusa pero no habla hebreo. ¿Qué pasó? Justo ahí estalló la guerra en Ucrania y tuvimos que hacer todo vía Zoom. Por una razón o por otra, esta película estaba condenada a verse afectada por la política.

"Si te metes en un tema tan jodido y complicado, tienes que tener claro que no hay respuestas obvias"

Michael Winterbottom

-¿Le preocupa que el descarnado contexto pueda adulterar el visionado de la película?

-Lo que está pasando es terrible y no tiene demasiados matices. Todos desearíamos que no ocurriera, pero hay poco que yo pueda hacer para que la gente no lea la película en un contexto contemporáneo. El estreno inglés, de hecho, nos pilló en el mismo fin de semana de los ataques. Y todo el elenco israelí de la película estaba pendiente de sus teléfonos, de sus amigos y familiares. Claro, la película también trata sobre la pelea de la derecha y la izquierda en el seno del Estado de Israel, pero su corazón es en realidad cómo la violencia política acaba afectando también a las vidas más corrientes.

-Como artista y hombre de cultura, ¿le da miedo que le llamen sionista, o que le cancelen por elegir la perspectiva judía?

-Cuando haces una película, intentar mostrar una vida desde el más absoluto respeto. Si te ciñes a eso, no puedes tener miedo. A partir de ahí, debes entender que la película no termina contigo. Le estás pidiendo dos horas de su vida a la gente y has de lograr que empaticen. Entonces, si te metes en un tema tan jodido y complicado, tienes que tener claro que no hay respuestas obvias. Hace unos años hice un documental sobre la incesante muerte de niños en Gaza y por suerte no tengo redes sociales, porque estoy seguro de que a más de alguien le gustaría insultarme por ello. Solo están llenas de gente gritándose entre sí.

La nueva película de Michael Winterbottom, "Shoshana", se ambienta en el protectorado inglés de Palestina
La nueva película de Michael Winterbottom, "Shoshana", se ambienta en el protectorado inglés de PalestinaLA AVENTURA

-¿Ha asumido Inglaterra, o Reino Unido, su parte de culpa en el conflicto? ¿Cree que se ha hecho lo suficiente en esa materia?

-No, pero porque ningún país con un pasado colonial va a aceptar sus errores. Lo fácil es justificarlo en pasado, echándole la culpa a los muertos. ¿Quién cojones le dijo a Inglaterra y Francia que tenían el poder de controlar nada en ningún país que no fuera el suyo? Y eso acaba transmitiéndose a las personas. Todos los testimonios del libro que me llevó a la película eran de oficiales británicos preguntándose qué demonios hacían allí, por qué estaban administrando aquello. Muriendo, incluso, tan lejos de casa. El poder colonial es corrupto e intrínsecamente malo, da igual de qué manera más o menos benévola se lleve a cabo. Pido disculpas en nombre de todos los ingleses vivos y muertos (ríe).

Protagonizada por Starshenbaum, Aury Alby y Harry Melling (les sonará de «Gambito de dama»), la «Shoshana» de Winterbottom (en la imagen) es una exploración adulta del conflicto: no hay buenos ni malos, solo colonialistas y colonizados. Entre la élite sionista y socialista llegada a Israel, el conservadurismo británico y la mirada perdida de la población local palestina, el director sabe analizar el complicado contexto y levanta un thriller que cruza romántico «El tercer hombre» (1949) con «El puente de los espías» (2015).

Una historia de amor en pleno éxodo

-Después de una filmografía cargada de personajes que se meten de todo, viajan sin parar y viven por encima de sus posibilidades, firma aquí una película casi neoclásica...

-¿Es verdad, no? Es estática por momentos. Resulta complicado y tiene mucho que ver con las que vi y los libros que leí antes de rodar. No me gustan nada las películas de época, porque odio la preparación, los diseños de producción eternos. Yo soy yo y mi cámara. Al hacer una película de época estás casado con más cosas. Creo que la principal influencia es «The Quiet American», un libro de Graham Green sobre la ocupación francesa de Vietnam en 1952.

-Este año, con las películas de Molly Manning Walker, Charlotte Regan o Luna Carmoon, parece que por fin se está dando un relevo generacional y de clase en el cine británico. ¿Es una sensación o algo real? ¿Se ha roto la barrera económica?

-Cuando yo llegué al cine, hace cuarenta años, solo podías trabajar con el carné del sindicato. Y ese carné mucha gente lo obtenía por herencia familiar, por dinero o por enchufe. El cine siempre ha sido así. Pero en Inglaterra especialmente, más allá de la clase, lo que más importa es poder vivir y trabajar en Londres. Todo pasa allí. Obviamente, si eres rico no tendrás ningún problema. Pero un chaval con talento de Londres tendrá más oportunidades que uno de Blackburn, que es de donde salí yo. Me parece la hostia que en las encuestas o en las subvenciones te pregunten por tu origen étnico o tu sexualidad, pero no por quiénes son tus padres, dónde creciste.