Camarón de la Isla, innovador e imborrable
Rocío, Gema y Luis Monje, hijos del cantaor, lanzan “Capitán de mis sueños”, álbum donde interpretan canciones y rinden tributo al de San Fernando
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Recuerdan asomarse a su habitación y verle envuelto de música. “Cogía las cintas de casete, las destornillaba y les daba la vuelta, las escuchaba al revés, y ahí recogía giros, voces, cogía sus tonos y músicas nuevas”, explica a LA RAZÓN Luis Monje, y lo confirma su hermana Gema: “Él investigaba mucho, imagínate hasta dónde llegaba su mente”. Hablan de su padre, de José Monje Cruz, del gran Camarón de la Isla. “Fue un revolucionario para el flamenco”, asegura Rocío Monje, “cuando era un género muy arraigado, con raíces muy intensas y para un público muy selecto, mi padre supo llevarlo a toda clase de personas, él creaba tendencia”. Los tres hijos del genio de San Fernando, el que sigue siendo una leyenda con “Volando voy” o “Como el agua”, no solo rinden homenaje a Camarón con sus tiernas palabras, sus cálidos recuerdos, sino también con “Capitán de mis sueños”. Se trata de un álbum que acaban de lanzar y que “recoge los temas cantados por mi padre, que parecen que son fáciles, pero no lo son para nada”, continúa Luis, “nos decidimos por estas 8 canciones -incluyen “La leyenda del tiempo”, “Rosa María”, “Na más que r día” o “Romance de la Luna”-, que son algunas populares, pero también otras que no son tan escuchadas”.
“La pureza no se puede perder cuando uno la lleva dentro de verdad”, decía Camarón, y esa certeza fue la que le hizo navegar en contra de cualquier tormenta. “Tuvo sus críticos, pero él sabía lo que estaba haciendo, no le afectó en ningún sentido”, dice Rocío, “vivió en el cambio a la democracia, cuando los gitanos estaban muy castigados y perseguidos, y él supo cambiarlo todo, el gitano pudo salir a la calle y decir ‘yo soy gitano’ sin problemas. Mi padre era muy moderno”. A lo que Gema añade que “estaba muy avanzado a su tiempo, cuando ningún hombre se hacía pendientes él llevaba dos o tres, lo recordamos con todo el cariño del mundo”. Y fue ese talento relacionado con la innovación, con el progreso, cuidando las raíces del flamenco para impulsarlo a la modernidad, lo que le hizo un pionero. Los Monje apoyan el “flamenco fusión” actual, “porque las cosas tienen que avanzar”, continúa Rocío, “yo escucho la canción ‘Me Maten’ de C Tangana o a Rosalía, quien ha tenido muchas críticas”. “El flamenco es un género -dice Luis- que lo puedes mezclar con cualquier otro, al igual que hacía mi padre, que escuchaba todo tipo de música”.
Un genio universal
Camarón murió joven -con 42 años-, pero su vida, al igual que otros grandes artistas y figuras de la historia, fue tan corta como intensa. Es considerado aún como el mejor cantaor de flamenco contemporáneo, un personaje de oro para los tablaos y la cultura española, que supo revitalizar hasta las sombras más oscuras no solo de la música, sino también a nivel social. Así, con “Capitán de mis sueños”, Luis, Gema y Rocío rinden tributo, por tanto, al desbordante arte e impecable genio e ingenio a la hora de actuar de Camarón de la Isla. Ante una fecha tan cercana como es el 30 aniversario de su fallecimiento, que se cumplirá el próximo 2 de julio, ofrecen este repertorio que ha traspasado el tiempo y a generaciones, y para el que han contado con artistas como Carlos Benavent, Tino di Geraldo, Israel Fernández o Jorge Pardo. “Ha sido una satisfacción hacerlo”, asegura Luis, “porque es algo universal, vayas a donde vayas conocen a Camarón, de hecho, hasta su panteón han llegado a venir tribus africanas”.
Una expectación hacia la vida y obra de su padre con la que han aprendido a convivir: “No nos molesta que vendan cosas de él porque les da de comer a mucha gente y él vivió para ayudar”, expresa Gema, “lo que sí nos molesta, por ejemplo, es que hagan unos calcetines con su cara, una servilleta con la que te limpias y la tiras, un cenicero para que apagues un cigarro en su cara, o un reloj, para que le pinchen con la aguja su cuerpo o su cara. Así lo denigran como persona y como artista. Nosotros nunca hemos llamado la atención a quien vive de vender cosas de él, pero es muy complicado”. Con esto, sí que guardan sus recuerdos emocionales, imborrables, así como los materiales: “Mantenemos todas sus cosas, hasta un paquete de tabaco cerrado, de Camel, cuando estaba dibujado el camello, también cucharas, tenedores... No le gustaba tirar nada”, concluye Luis.