Entrevista

Julián Hernández, líder de Siniestro Total: “La gente se escandaliza por cualquier tontería”

La voz que cantó “Bailaré sobre tu tumba” recuerda con LA RAZÓN los mejores momentos de la mítica banda, que se despide de manera definitiva el 6 y 7 de mayo en el WiZink Center de Madrid

El grupo vigués Siniestro Total en una imagen de archivo
El grupo vigués Siniestro Total en una imagen de archivoEUROPA PRESSEUROPA PRESS

Sobre el escenario, Julián Hernández ha cantado «Bailaré sobre tu tumba», «Cuánta puta y yo que viejo», «Es que me pica un huevo», «Más vale ser punkie que maricón de playa» o «Las tetas de mi novia tienen cáncer de mama». Un repertorio que los seguidores de Siniestro Total tararearán los próximos 6 y 7 de mayo, en el WiZink Center de Madrid, en su concierto de despedida al que asistirán todos los miembros de la mítica banda vigues. Una cita para escuchar al mejor rock-punk español de los últimos 40 años.

Concierto de despedida en el WiZink Center... ¿Muchas sorpresas? (Miguel Ríos convocó a a Rosendo, Amaral, e ¡incluso cantó con Javier Bardem!)

(Risas) Nuestra intención es llamar a la gente que estuvo con el grupo desde el principio, a otros, no les vamos a hacer esa putada. Si vas a citar a amigos, tienen que currar y eso lo hacemos nosotros. Alguna sorpresa habrá pero... los que llamaría, ¡están todos muertos! y no podemos, aunque sí invocar a los dioses, o a princesas como Leia, que fue el primer holograma que vi en el cine. En serio: estamos flipando con la acogida.

Su concierto de despedida se titula «40 años sin pisar la Audiencia Nacional». Ha pasado por allí tanta gente que de los pocos que quedan por pasar son ustedes... o el Rey Emérito.

¡Con lo que fuimos! (Risas). Lo hemos conseguido porque la Audiencia Nacional tendía cosas más importantes. La judicialización de estas cosas es el gran problema, aunque te crucifiquen en las redes. La justicia tiene demasiado trabajo parece ridículo que se dedicara a perseguir a letristas de canciones. Pero es verdad que el emérito se ha escaqueado. Bastante más que nosotros, pobrecitos, que no tenemos un dólar por barril de petróleo, ni somos comisionistas en venta de armas a Arabia Saudí para bombardear Yemen.

Es el único miembro original de la banda que se mantuvo. Tras cuatro décadas y convulsiones internas, ¿cuál es la clave para ser el único superviviente?

Cabezonería, sin más. Y que fui un trepa. Empecé en la batería, luego pasé a la guitarra y después, a cantar. Fue un ascenso por constancia. Siniestro no es como Ilegales, que es Jorge Ilegal y es casi un proyecto de autor. Esto es diferente. Yo empecé a hacer letras para el grupo porque nadie las escribía. Y hasta ahora. Vaya por delante que Jorge tiene más mala uva que yo. Hay que llevarse bien con él (risas).

Pero si eres un gatito...

Sí, abandonado debajo de un coche (risas).

¿Qué queda de quienes se hicieron llamar: Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano?

¡Qué bueno recordarlo! Fue el primer nombre. Estábamos en un bar y Mari Cruz Soriano salía en la tele. Decidimos llamar así a aquella maqueta que grabamos en vernos de 1981. Pero era un nombre demasiado inmanejable... (risas).

¿Cómo fue el reencuentro con Miguel Costas y el primer ensayo después de treinta años?

Nos vimos viejos. Sirvió un: «Hola, ¿qué hay?»; «pues nada, vamos a tocar». Tan difícil y tan fácil como eso. Nos lo estamos pasando en grande ensayando.

¿Dejarán de lado aquellas canciones que fueron muy gamberras, como «Hoy voy a asesinarte» o «Las tetas de mi novia» y hoy no pasarían el filtro de la corrección?

Autocensurarnos, en absoluto. Otra cosa es que nos apetezca tocar ciertas canciones y otras no... Estamos judicializando un tema que nada tiene que ver. Lo que se cuenta en una canción no tiene por qué ser la opinión del señor que canta. En «Hoy voy a asesinarte», no soy yo el protagonista. La gente se escandaliza por cualquier tontería. Esto ya era así en el 82, pero sin redes sociales. No nos planteamos ni la más mínima autocensura para esta despedida. Si alguien dice lo mismo en una novela o en un cómic, no pasa nada, pero sí se persigue al cantante, ¡por favor! Un poco de cerebro.

Siniestro Total es un grupo gallego de música punk-rock formado en Vigo en 1981
Siniestro Total es un grupo gallego de música punk-rock formado en Vigo en 1981larazon

«Bailaré sobre tu tumba» estuvo en un listado de temas que incitaban al odio... ¿nos hemos vuelto pastoriles?

Se llama humor negro y por cierto, ¿cómo es eso de incitar al odio? Tendríamos que cargarnos una tradición literaria que atraviesa a El Bosco, Quevedo o Álex de la Iglesia. Además, no puede haber un delito de odio porque tendría que haber un delito de amor, ¿cómo se arregla esto?

¿En el 82 todo era distinto o lo recordamos mal? Porque yo siento que éramos más libres, más irreverentes...

Irreverentes que es un sesgo literario. Pero no lo creo. Cuando pasé a Ordovás, la primera maqueta de Siniestro se tiró un mes pensando si la ponía o no. No era tan sencillo. Entonces, tampoco. Y empezó con un tema más light... Vemos el pasado como mejor pero no lo fue, solo fue anterior. La humanidad lleva igual de chunga toda la vida.

Cuando escuchas esas letras de los raperos, ¿crees que son más agresivas que las que hacíais vosotros?

No son más agresivas, necesariamente. Son distintas. Ellos se lo toman un poquito más a pecho. Nosotros veníamos de una etapa en la que había que inventar de una forma más sutil de contar las cosas. Éramos herederos de La Codorniz, todo tenía que ser, aunque no fuera cierto, más disimulado. El rap me gusta, pero es un poco endogámico y hablan mucho de sí mismos y su entorno y, como decía Fellii, «todo es autobiográfico y nada lo es».

¿Qué es la contracultura, hoy?

(Risas) Esa es la pregunta del millón. Existe y venía de la idea de la cultura underground americana. De los cómics, del cine independiente, como oposición a la cultura oficial. Un modo de salirse por la tangente. En España es difícil porque la cultura oficial reniega de muchas cosas que son cultura en términos generales porque somos muy oficialistas.

Valle-Inclán, con el ciclo de «Ruedo Ibérico», ¿se quedó corto? Igual tendrías que hacer un tema con todo lo que está pasando: encarcelamiento de cantantes, Dumbo acusado de racista, quieren prohibir «Los cinco» o «Pipi Calzaslargas».

Ahora la corrección política está en todo. Dumbo es una película racista porque los cuervos son negros y hablan como negros. O Speedy Gonzales, porque ponía de vagos a los mexicanos... Tintín en el Congo, Los cinco... Eso se llama Zeitgeist, espíritu del tiempo. La violencia desquiciada del Quijote no sería aceptable, o el destape en el cine español. Es tremendo...

Le veo muy hegueliano...

No sé, lo que pasa es que se blanquean cosas del pasado. Recuerda la historia española, totalmente «limpia», y creemos en un mito como la Reconquista y que duró ocho siglos. Nunca existió. Ni la convivencia de tres culturas en la Península.

¿La retranca nos redime de la tontería?

La retranca es muy útil y el gallego lo maneja muy bien. Decía Moncho Alpuente, uno de mis maestros, que «no hay un sentido del humor español pero sí existe un sentido del humor gallego».

Ser teloneros de Madonna fue raro de narices pero... ¿Cómo es?

Madonna era una estrella en un camerino inmenso y nosotros en un cuchitril. Ella pidió vaciar Balaídos para hacer la prueba de sonido. Los técnicos eran viejos rockeros con camisetas de AC/DC y en cuanto probamos nosotros Miña Terra Galega y vieron que era una versión de Sweet Home Alabama nos hicimos colegas. Vimos las pruebas de Madonna escondidos debajo de la mesa de sonido. Al final fue una experiencia brutal y estuvo muy bien hacerlo.

En una lista de éxitos no hay un grupo de rock ni de refilón... ¿ha perdido la batalla?

El rock ya no forma parte de una cultura generalista. No ha muerto, como no lo ha hecho el vals o el tango... pero ya no tiene la influencia que tuvo en la sociedad. Muchos hacen buen rock pero no tiene protagonismo. La caída de esa influencia coincide con la muerte de Frank Zappa y Kurt Cobain, a principios de los noventa, solo por marcar un jalón en el tiempo, no hay rock.

Ahora, ¿retomará la «Lógica» y las lecturas de Chomsky y Saussure?

(Jajaja) Hay cosas que hacer, como cuidar a cuatro gatos. Cuando tienes tantos, te señalan por la calle. Quedan muchas cosas por hacer: música -no conciertos-, trabajar en las ediciones de discos...algún libro. Ya escribí ¿Hay vida inteligente en el rock and roll?, y la novela Sustancia negra. La religión es un asunto presente en muchas de las letras que Julián Hernández ha escrito para Siniestro Total, ¿por qué habla tanto de religión? Y eso que no soy católico pero sigo la máxima: «Conoce a tu enemigo». La religión pesa mucho en España. Todos hemos crecido dando gracias antes de comer por los alimentos recibidos... Los libros sagrados son apasionantes, la cultura judeocristiana, las leyendas asirias, el animismo primitivo. Borges decía que la burguesía argentina cree en el más allá, pero no le interesa. A mí, me pasa al revés. No soy creyente. La religión es algo muy divertido.

Casi va a coincidir su último concierto en Madrid con la llegada de Feijóo a la capital... ¿Le alegra o le entristece que haya dejado la Xunta?

Feijoo llevaba toda la vida esperando su oportunidad y la ha aprovechado. Es un tecnócrata listo que se coló por la banda cuando vio hueco, y ya está en Madrid. Cuando un político dice «lo primero será Galicia», lo primero que hace es marcharle a la primera de cambio. Pero somos grandes exportadores: exportamos a Franco, a un presidente de la Conferencia Episcopal, a Antón Reixa como presidente de la SGAE, a un presidente del Gobierno y ahora a Feijóo. ¡Atamos a los perros con longanizas!

No cerrarán su último concierto con el himno ruso como hicieron durante un tiempo, ¿no?

No, pero no por lo que está pasando... Llevamos más tiempo preparando el concierto de lo que lleva la guerra. Además, la Unión Soviética tiene poco que ver, por mucho delirio que fue, con la actual Rusia. Durante una temporada acabábamos con una versión del himno ruso, que es precioso y se puede cantar. Mucho más bonito que el himno de España, una marcha militar sin letra.

Quizá os sirva para terminar una frase de Evaristo Páramos, cantante de La polla records: «Galicia es lo más grande»...

¡Qué grande, Evaristo! Alguna idea tenemos pero no te lo voy a decir... porque me cortan los huevos.