"Macarena": 30 años de alegría y cosa buena
Movistar+ repasa en un documental cómo la canción de Los del Río nació, creció y triunfó en todo el planeta, llegando a los oídos de Juan Pablo II o a superar en escuchas a Elton John
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La calle Real es el epicentro de Dos Hermanas, su columna vertebral. Conecta la estación de trenes con el Ayuntamiento, lo externo con la idiosincrasia nazarena. Una vía sencilla, con su teatro, sus notarías, sus botellines y sus terrazas, donde sus vecinos rezan, consumen, juegan o conversan. Entre ellos, Antonio Romero y Rafael Ruiz, Los del Río. Son habituales transeúntes de esa calle, pasean entre sus plazas cómodos y orgullosos, pues siguen viviendo donde sienten que pertenecen, donde comenzó todo. «Las estrellas están en el cielo, y en la tierra estamos los obreros, los trabajadores», explica Antonio. Han dado la vuelta al mundo, incluso lo han conquistado, pero rehúyen de lo ostentoso, de lo que se aleje de la realidad. ¿Qué hay más auténtico que el sevillano que siente el Guadalquivir en su ADN, cuya Meca es el bar del barrio, y que se debe a lo palpable, lo terrenal?: «Cada uno se monta en el andamio que le corresponde, y el nuestro son los escenarios. Respetamos al trabajador al máximo, porque no hay en la vida una cosa más importante que tener salud y poder trabajar». Lo afirma un dúo con los pies en el suelo, aún habiendo hecho bailar a Bill y Hillary Clinton: también llevaron la música española al intermedio de la Super Bowl, cantaron junto a Lola Flores y Julio Iglesias, le sacaron una sonrisa a Juan Pablo II, o superaron en escuchas a los mismísimos Elton John o Whitney Houston. Son historia de la música, y hace 30 años que conquistaron el mundo al ritmo de «Macarena».
Pero antes de que llegase este hit mundial, ese virus benigno que se expandió imparable por todo el planeta, Antonio y Rafael llevaban sus otras tres décadas haciendo música. Habían alcanzado apenas la mayoría de edad cuando empezaron a grabar: «Era el año 66, y comenzamos en Sevilla, en El Guajiro», recuerda Antonio. Allí cantaron con Farruco, Matilde Coral, Rafael Negro, Valderrama o Antonio Mairena. Después, continúa, «pasamos a Madrid, al tablao de Las Brujas, con Terremoto de Jerez, Manolo El Sordera, Manolo Sanlúcar, Paco de Lucía, Camarón...». Eran finales de los 60, y en la capital «estaba la mayor grandeza que he visto yo a nivel musical en el mundo», define el autor de «Macarena». Y aseguran tener miles de anécdotas de entonces, con nombres como Rocío Jurado o Dúrcal de por medio: son tanto testigos como parte del jugo de nuestra cultura. Y todo ello se debe a un arte: el flamenco, «porque yo siempre me inspiro por soleá de Triana, de Lebrija o por bulería de Jerez». Es una música, continúa Antonio, «que la pongo a pelear con el blues o el jazz, porque el flamenco es más difícil que barrer una escalera hacia arriba. Es algo tremendo, y en España tenemos a los mejores autores y músicos», zanja. Y lo que dicen Los del Río va a misa, nada menos que ante los ojos de la Virgen de la Macarena, que hace 30 años obró un milagro.
La fe es en Dos Hermanas (y gran parte de Andalucía) más potente que cualquier órgano administrativo. A ella, con su intrínseca seriedad y respeto, se rinden diferentes generaciones, y con ella se mantienen las esperanzas. Y el éxito rotundo de «Macarena» siempre lo achacarán, apunta Rafael, «a un regalo de la Virgen de la Macarena por nuestra constancia, nuestro trabajo y sacrificio en la música». Otros apuntan al azar. Al estribillo sencillo, a la fórmula simple pero pegadiza. No existe una receta para hacer que una canción se conozca en cada rincón del mundo, que la bailen personas de toda nacionalidad y cultura. Pero sí hay una historia de ascenso, un momento en el que todo cambió, y ello lo recoge «Macarena. El himno de un planeta», un documental que se estrena mañana en Movistar+ y que refleja, en dos capítulos, desde que Romero escribió la letra hasta que estuvo 14 semanas consecutivas en el número 1 de la Billboard.
[[H2:«¡Aaay!»]]
En 1991 Los del Río vivieron su primer, definen, «respingazo, con ‘‘Sevilla tiene un color especial’’. Se convirtió en el himno de la Exposición del 92, y todo el mundo decía que qué podíamos conseguir más importante después de esa canción», recuerda Antonio. Y en 1993 aparece «Macarena», que ya no es himno de una ciudad, sino de todo un planeta. Aquel año viajaron a Caracas, y en una fiesta encontró Antonio la inspiración: a una bailarina le dijo «dale a tu cuerpo alegría Magdalena, que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena». Y cambió el nombre por el de su hija Macarena. Ya tenían la letra. Una vez en España, acudieron al estudio del productor sevillano Jesús El Bola, que trabajaba entonces con Camáron o Paco de Lucía. Y juntos confeccionaron la primera versión, que «se publicó un 22 de marzo en Dos Hermanas, en una fiesta. Y luego llegó a la Feria de Sevilla, donde la presentamos con Televisión Española». En aquella caseta sonó el primer «¡Aaay!», «y no imaginas la que se formó. Al día siguiente todo el mundo en la feria pedía que pusieran la Macarena. Se hizo la reina de Sevilla. Tenemos que pedir disculpas por ello a todos los que sacaron discos de sevillanas ese año», recuerda Rafael.
Aquello salió «de Dos Hermanas, de Sevilla, de Andalucía y de España», reivindica Antonio, pues «cuando una canción se mueve todo el mundo dice que es suya. Hubo un artista, Los del Mar, que recorrió el mundo haciendo gala con la Macarena. Yo la compuse, se comió el mundo, y se lo sigue comiendo». Esta canción es diversión y baile, pero también, como todo éxito y ningún fracaso, tiene sus disputas. Principalmente respecto a sus derechos. El remix que creó Fangoria fue el que llevó la canción a Miami, donde cayó en manos de los Bayside Boys, dos productores que crearon la versión que más resuena aún a día de hoy. Tanto Big Toxic, autor del remix de Fangoria, como Carlos de Yarza, creador de la segunda versión, aparecen en el documental explicando sus propias versiones de los hechos, junto a otros personajes de esta historia, como el mánager de Los del Río en su primera época, Jesús Pozo, o representantes de Universal Latinoamérica y Sony España. ¿A quién pertenecen los derechos de una canción tan interpretada y versionada? Los del Río están tranquilos, no han tenido dolores de cabeza al respecto. «Tienen más dinero los que no han hecho la Macarena que posiblemente el que la ha hecho. Pero nosotros no nos enterábamos de eso, la discográfica se encargaba de todo. Sí sabíamos que lo que se hacía se pagaba. Algunos están enfadados porque querían haber cogido un trozo más grande de la tortilla. Pues haberlo pegado antes», apunta Rafael.
La pregunta del millón (o de los millones): ¿cuánto se ha recaudado con «Macarena»? «Es difícil dar una cantidad exacta, y ni la sabemos», se sincera Rafael. Y Antonio detalla que «la SGAE y la Warner son los que recaudan, y a nosotros nos mandan lo que nos pertenece. Yo no estoy todo el día mirando la cuenta. Bastante hacemos ya con vestirnos todas las mañanas y salir a trabajar. La Macarena lleva 30 años generando dividendos , tenemos la gran satisfacción de que haya familias viviendo de ella. No sabes lo grande que es para un autor haber podido liberar a tanta gente con solo una canción». A celebrarlo, por tanto, con los suyos, en su pueblo, junto al mundo entero, y con alegría y cosa buena: «¡Aaay!».
LA COREOGRAFÍA QUE HIZO GANAR A BILL CLINTON
¿La guinda del hit de «Macarena»? La coreografía. Bill Clinton bien la utilizó en su campaña de 1996 (ganó las elecciones) como símbolo de unión, de interculturalidad. Pues es apta para todas las edades, géneros, culturas y tamaños. Se desconoce quién inventó ese baile de brazos extendidos, manos tras la cabeza, luego en la cintura, un salto y a repetir. En el documental de Movistar+ los entrevistados concuerdan en que alguien, en una fiesta, lo improvisó, y se fue expandiendo. Pero de señalar un nombre, ella es Mia Frye, bailarina estadounidense conocida por crear la rutina de baile del videoclip de «Macarena», creado para hacer de la canción una más competitiva a nivel mundial. Frye perfiló el baile, lo llevó a una nueva dimensión, lo interpretó en directo junto a Los del Río, hasta llegar a equiparar su nivel de importancia con el de la música.