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¿Sabe cuál es el superlativo de frío? ¿Y el de cruel? La RAE los explica

El uso de superlativos es muy corriente en el habla común, pero su formación muchas veces presenta dudas: aquí van unos ejemplos irregulares
La llegada de la nieve y el frío permite ampliar los kilómetros esquiables de las estaciones del Grupo Aramón
La llegada de la nieve y el frío permite ampliar los kilómetros esquiables de las estaciones del Grupo AramónGRUPO ARAMÓNEUROPAPRESS
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Sabemos fácilmente que de bueno, su grado superlativo es buenísimo y de malo, malísimo. Pero, cuando en los meses de enero y febrero bajan mucho las temperaturas y muchas veces queremos enfatizar que más que frío hace mucho frío, no sabemos cómo decirlo. No somos capaces de recordar el superlativo o nos asaltan las dudas de cuál es la forma correcta de decirlo. Para tener fresca la palabra por si queremos utilizarla en estos días, la Real Academia española tiene las respuestas: el superlativo de frío es frigidísimo. Y hay otros ejemplos de complicada construcción. ¿Cuál es la forma para sagrado? ¿ Y para cruel?
Y es que en algunas ocasiones la formación del superlativo es complicada de recordar. Para responder a las preguntas anteriores, por ejemplo, para sagrado debemos decir sacratísimo y para cruel, crudelísimo. ¿Y qué hacemos con enemigo? Pues este es una difícil: inimicísimo. De íntegro, lo correcto es decir integérrimo, como de mísero, misérrimo. Cuando alguien no es solo limpio, sino que es más que pulcro, diremos pulquérrimo. Y ya saben, de célebre, celebérrimo.

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