El adiós de Pablo, el valor de Nek y el oro de Morante entre el barullo
El novillero estuvo a punto de abrir la Puerta Grande y Hermoso de Mendoza cortó un trofeo, también, en la tarde de su despedida en la Feria de Fallas de Valencia
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Ocurrió todo despacio para aliviarnos de un ambiente hostil. Pasado de vueltas, ruido y barullo. Fallas anticipadas con ambientazo antes de que los llenazos revienten Valencia. Tres en 48 horas están previstos. Gloria bendita y buen tiempo. Morante se entretuvo entretanto, mientras, como preámbulo de las cosas bonitas que de pronto ocurren. Fue con el capote al segundo, a la verónica primero y en el quite después. El comienzo de faena lo tuvo todo de despaciosidad y torería. El toro tenía nobleza y ritmo, justeza de emoción también. La faena contó con la armonía siempre, cimentado a la arena, solvente y bonito. Un soplo de torería constante. Deslucido y al paso fue el quinto de Domecq y a pesar de que Morante comenzó la faena en tablas, muy metido en el tercio, la ilusión nos duró unos segundos. El toro, que iba tan parado que se orientaba, se cruzó en el camino del de La Puebla y este tiró por la calle del medio. Habilidoso con la espada para rematar la brevedad.
El novillero Nek Romero y sus claras ideas completaba este variado cartel. El novillo de Talavante, que pisará este ruedo durante el fin de semana, tuvo buen fondo, nobleza y repetición. Tranquilidad la faena del torero local, que quiso hacer las cosas bien y disfrutar del embroque del novillo, que era maravilloso. La estocada fue fulminante y efusiva la pedida de trofeo. (Se le solicitó el doble aunque cayó uno).
Se movió mucho de salida el novillo de Talavante que cerraba plaza, con codicia y repetición. Apretaba con celeridad en el engaño de Nek, que quitó después tan variado que cada lance iba de un palo: una tijerilla, una tafallera… Brindó a los compañeros antes de comenzar de rodillas con la muleta. Al centro se lo llevó y el novillo tuvo su miga. Iba largo y aparentaba, pero se lo tenía guardado porque al tercero le salía la mala baba y era más que posible que se llevara un derrote seco. Puso Nek seguridad y ganas. No era fácil. De uno en uno y muy cruzado logró los mejores momentos. Al ligar el novillo se amontonaba y protestaba. Se la jugó en unas manoletinas finales, que suponía, a todas luces, querer rebasar las líneas rojas. Calaron en el público, lástima que la espada demoró y también los ánimos.
Más frialdad tuvo Pablo Hermoso de Mendoza, a pesar de que era el adiós. Las corridas mixtas suelen pesar en este sentido. Sobriedad y clasicismo en la faena ante el noblón toro, pero sosote de Carmen Lorenzo, con el que no logró rebasar la frontera.
Con el cuarto hubo más transmisión desde el principio. Ya fue inverosímil el primer rejón de castigo y muy espectacular el galope a dos pistas dejándose llegar una barbaridad el toro. Expresión máxima con un buen cómplice, con el que se ajustó tanto que dejó en varias ocasiones que le tropezara la cabalgadura. El rejón cayó atrás y defectuoso, pero aun así había convencido a la gente con una actuación plena de entrega y paseó un trofeo. Fue una marcha discreta, de una tarde con una casi Puerta Grande (de Nek) y un ramillete de verónicas de Morante que fueron oro. El oro entre el barullo.
Valencia. Feria de Fallas. Se lidiaron dos toros para rejones, el 1º, de Carmen Lorenzo, noble y sosote, y el 4º, bueno, de El Capea; dos toros de Juan Pedro Domecq y dos novillos de Talavante. El 2º y 3º, nobles y con ritmo; 5º, deslucido; 6º, complicado. Más de tres cuartos.
Pablo Hermoso de Mendoza, rejón, descabello (palmas); rejón trasero y defectuoso (oreja).
Morante de la Puebla, de rioja e hilo blanco, pinchazo, estocada atravesada (saludos); estocada (pitos).
Nek Romero, de catafalco y oro, estocada (oreja); pinchazo, estocada, aviso (vuelta al ruedo).