La cornada grave de Espada que no lo pareció

Francisco José Espada ya había sido noticia porque el presidente le negó la oreja del primero de la tarde ayer en la corrida celebrada en la Monumental de Las Ventas, dentro del ciclo isidril. Román arrancó la del quinto. No había otra que concederla o se caía la plaza.

En el sexto Espada quemó todos los cartuchos, y un arrimón, mientras se cruzaba al pitón contrario, algo que tanto se valora en la plaza de Madrid, el toro de Algarra lo sorprendió, se arrancó y lo prendió. La voltereta fue fea. En apariencia tenía un agujero en la taleguilla, pero nada más. Se le notaba dolorido, pero no hizo un gesto de más.

Se repuso, siguió la faena y mató al toro y por su propio pie se fue a la enfermería.

La realidad era bien distinta. Una cornada grave fue de lo que nos informó el parte médico que firmó el doctor García Padrós. Una cornada con dos trayectorias en el muslo izquierdo. Una ascendente de 15 centímetros, que alcanza el pubis, y otra hacia dentro de 15 cm, que bordea el recto. Pronóstico grave.

Impensable que algo así ocurra en otra disciplina.