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Tarde de silencios, avisos y espadas romas

Ni los novillos hicieron gala de la usual raza del hierro gaditano, ni los novilleros dieron su mejor versión este jueves en Las Ventas
Tarde de silencios, avisos y espadas romas
Tarde de silencios, avisos y espadas romasAlfredo ArévaloPlaza 1
La Razón

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Menos de 24 horas antes de hacer el paseíllo en Madrid, un novillo de Adolfo Martín mando a la enfermería de la plaza de Arnedo a Alejandro Chicharro. El parte hablaba de 15 centímetros de cornada en el muslo derecho hacia el glúteo, y otros 6 hacia adentro. Pero el de Miraflores de la Sierra no quería perderse su compromiso en Madrid, la plaza que le ha lanzado y que le ha puesto como uno de los toreros con más proyección del escalafón menor. Por eso pidió que cerraran la herida para viajar a la capital y hacer el paseíllo Las Ventas.
Sin embargo, parece que pocos se enteraron, pues unas tibias palmas de reconocimiento no fueron suficientes para hacer que Chicharro saliera a saludar una ovación tras el paseíllo por tal gesto. Madrid, a veces tiene esas cosas. No obstante, Alejandro aprovechó la primera oportunidad que tuvo, un quite al segundo, para sacudirse el mal recuerdo con unas estrechas gaoneras. Después, en su turno, se dejó llegar al astifino tercero de largo en escalofriantes estatutarios, antes de una buena serie de derechazos tras la que el novillo comenzó a defenderse con escaso celo y todo se diluyó. Fue un soberbio tercio de banderillas protagonizado por Juan Carlos Rey y Tito lo único que levantó al público de sus asientos. Sobre todo el tercero, con Rey dejándose llegar el novillo hasta la barriga. Monumental. Chicharro se había dejado crudo al de Fuente Ymbro y lo pagó caro, pues el novillo desarrolló un violento genio que le impidió el temple al novillero y, con ello, el mando. Ahí murió la tarde.
Antes había tenido Valentín Hoyos un primero con más temperamento que raza, pues nunca empujó de verdad las telas que el salmantino propuso firmes, aunque finalmente trompicadas. Más templada fue su faena al cuarto, un novillo alto como un caballo pero noble y obediente, que acudió presto a los medios, donde Hoyos le citó de rodillas para comenzar. Hubo ritmo en las primeras series, pero el fondo se le escapaba al novillo a borbotones, mientras Valentín intentaba mantener el tono medio de su labor sin éxito.
Nek Romero mejoró la imagen que dejó en mayo, se nota la preparación para su alternativa (el 9 de octubre en Valencia de manos de Enrique Ponce). Aunque se tomó su tiempo, supo ver que ese punto de genio del segundo por el derecho necesitaba de una muleta en el hocico y mucha autoridad para extraer el buen fondo que tenía. Fue de mitad de faena en adelante cuando Nek se impuso, sobre todo al ver la calidad que mostró el novillo en los naturales. Y se justificó con el manso y parado quinto en una faena de esfuerzo sin recompensa. Eso sí, la espada es su tarea pendiente. La de los tres.
Jueves 3 de octubre de 2024. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Tercera de feria. Tres cuartos de entrada.
Se lidiaron novillos de Fuente Ymbro, serios. Deslucido el 1º, con buen fondo el 2º, sin celo el 3º, obediente el 4º, manso el 5º, y con genio el 6º.
Valentín Hoyos, de malva y oro, tres pinchazos hondos, aviso y cinco descabellos (silencio); y metisaca bajo, estocada y aviso (silencio).
Nek Romero, de verde botella y oro, dos pinchazos, media, aviso y tres descabellos (silencio); pinchazo y estocada desprendida (silencio).
Alejandro Chicharro, de gris perla y oro, cuatro pinchazos, estocada y dos avisos (silencio); y estocada tendida, aviso y dos descabellos (silencio).