Yorgos Lanthimos: "Es cosa del espectador pensar si la libertad es una prisión"
El celebrado cineasta griego vuelve a retorcer con oscuridad y acidez el espacio liminal de la ética y lo correcto jugando con las dinámicas de poder en "Kind of Kindness"
Cannes Creada:
Última actualización:
Hace un par de años, Yorgos Lanthimos se enteró de que sus dolores de espalda eran la consecuencia de una vértebra mal soldada que se rompió en su época como jugador de baloncesto en la primera división griega, en el Pagkrati BC. Por aquel entonces, ni siquiera se dio cuenta de que la vértebra hizo «crack», tal era su obsesión por la canasta. La anécdota nos dice bastante de su universo creativo, poblado por personajes que interpretan el dolor como una forma de relación con el mundo y que creen que pueden controlar el cuerpo y las sensaciones que emanan de él para sobrevivir en un universo en el que las emociones son extraños entes con vida propia, difíciles de gestionar.
Para ese aficionado al baloncesto que no se pierde ni un partido de la EuroLeague, que empezó haciendo anuncios en su Grecia natal, que prepara a sus actores utilizando juegos teatrales que engrasan su desinhibición y que no es demasiado amigo de desentrañar los misterios de su cine, «Kinds of Kindness» parece una vuelta a los orígenes, después del éxito, León de Oro y Oscar para Emma Stone incluidos, de «Pobres criaturas».
Vuelve a trabajar con su guionista habitual, Efthimis Filippou, tras el paréntesis de «La favorita» y «Pobres criaturas»…
Somos amigos. Nunca hemos dejado de trabajar juntos. De hecho, empezamos a pensar en este guion después de «El sacrificio del ciervo sagrado», en 2017. Nos inspiramos en la figura de Calígula, en el poder maníaco que ejercía sobre la vida de sus súbditos, y de ahí surgió la idea de hacer una película sobre el libre albedrío y el control que determinan nuestras relaciones afectivas. Hemos pasado varios años escribiendo el guion. Es curioso, porque luego el proyecto se convirtió en realidad relativamente rápido, durante la posproducción de «Pobres criaturas».
"Mi trabajo con los actores es darles la libertad de hacer lo que piensen y que no se avergüencen"Yorgos Lanthimos
¿Qué retos les planteó trabajar la estructura del tríptico?
Teníamos ganas de experimentar con la forma de una manera nueva, y se nos ocurrió pensar la película como un tríptico. Hubo un momento en que fantaseamos con la posibilidad de que las tres historias se desarrollaran en paralelo, pero yo quería que un mismo actor interpretara diferentes personajes, y habría quedado demasiado confuso. Las historias son muy distintas entre sí, y el hecho de que un mismo actor pase de una a otra siendo otro personaje le da consistencia al conjunto. El espectador se lleva algo de cada personaje consigo cuando cambia de trama y el efecto es interesante. Hay una continuidad, pero evitas lo literal. Por lo demás, me preocupé mucho de que el tono, la fotografía, la música, la puesta en escena, fueran idénticos para los tres capítulos del filme.
Da la impresión de que, en «Kinds of Kindness», como en «Canino» o «Alps», sus personajes tienen problemas para entenderse a sí mismos como individuos libres. ¿Cree que la libertad es una especie de prisión?
Supongo que la película plantea ese tipo de preguntas. Creo que muestra la complejidad de las relaciones. Y nos interroga sobre si sabemos lo que queremos cuando somos libres. O si eso es lo mejor para nosotros. O si tener algún tipo de estructura y reglas en nuestras vidas es algo positivo. ¿O, por el contrario, es positivo romper también con ellas? Esas preguntas están ahí, aunque me niego a darles una respuesta. No me gustan los absolutos. Es cosa del espectador pensar si la libertad es una prisión. De lo que estoy convencido es de que ser totalmente libre implica siempre una gran responsabilidad. Y cada persona se maneja en ese terreno de formas muy distintas.
"Nos inspiramos en la figura de Calígula, en el poder maníaco que ejercía sobre la vida de sus súbditos"Yorgos Lanthimos
Como es habitual en su cine, «Kinds of Kindness» es muy precisa en la puesta en escena y en su escritura. ¿Cómo trabaja con los actores? ¿Y cuánta libertad les da?
Mi trabajo es darles la libertad de hacer lo que piensen que es correcto, y que no se avergüencen por ello. Crear un clima de confianza es fundamental. Hacerles entender de que es importante que no se juzguen ni a sí mismos ni a sus colegas. Concebir el rodaje como un espacio donde intentamos cosas, que pueden resultar estúpidas o brillantes pero que, cada una a su manera, nos van a contar una verdad sobre el personaje, o sobre cómo el actor percibe y comunica esa verdad. A veces se trata de tener dos o tres versiones distintas de una escena para que, en montaje, una de ellas determine su tono. En general, sugiero cosas prácticas, como la velocidad a la que hay que decir un diálogo o si tienen que hacerlo de pie o caminando, pero me parecería falso o injusto por mi parte imponerle a un actor mi visión. Es su voz la que me interesa.
«Kinds of Kindness» ofrece una visión del mundo oscura y cruel. ¿De dónde procede esa falta de esperanza en su obra?
No lo sé, «Pobres criaturas» tiene un final feliz. No creo que la esperanza proceda necesariamente de la trama de una película. En realidad, es bastante divertida. Cuando el humor impregna situaciones terribles nos da una cierta esperanza en la existencia. Y también la da plantearnos preguntas, reflexionar. Ver películas es esperanzador. La catarsis no está arraigada en el argumento del filme sino en el acto colectivo de verlo, en su capacidad para generar debate, con los demás y con nosotros mismos.