Tenis

Roger Federer

Djokovic fulmina a Federer y ya está en la final del Abierto de Australia

El suizo desperdició un 5-2 a favor en el primer set y después fue superado con claridad (7-6 [7/1], 6-4 y 6-3)

Tennis - Australian Open - Semi Final
Djokovic celebra uno de los puntos que ganó en su semifinal ante FedererKAI PFAFFENBACHReuters

Vistos los precedentes (cinco victorias seguidas de Djokovic en Grand Slams, ningún triunfo de Federer en estos torneos desde 2012) y que el suizo llegaba algo tocado, el número dos del mundo se plantaba en la semifinal del Abierto de Australia, en el clásico del tenis, como claro favorito. Quizá por eso no se esperó el comienzo de su rival, explosivo, agresivo, ágil Federer, para hacer un break rápido y aunque le rompieran el saque después, repetir al juego siguiente. Iba a todo trapo el partido, rápido, bonito pese a los pocos intercambios. Y entonces el suizo lo tuvo, por dos veces: 5-2 y 0-30, a dos puntos de apuntarse esa primera manga. Lo resolvió Djokovic. Y después con su saque falló el vencedor de 20 Grandes, empezando por una doble falta. Ahí estaba el serbio, el tenista que se ha visto durante las últimas dos semanas en Melbourne: salvaje, casi invencible y en los momentos delicados, más sólido todavía. La resistencia del helvético llegó hasta el tie break... Su única opción era haberse adjudicado esa manga inicial, ver que era posible, pero si con 25 tiros ganadores, ocho saques directos y un nivel alto no lo logró...

A partir de ahí ya no hubo partido. Djokovic hizo prácticamente lo que quiso, mandando con su golpe de revés, con el que acorralaba a Federer en la esquina también de su revés para fulminarlo después. Piernas, elasticidad, profundidad (qué capacidad tiene para jugar largo casi siempre), el gran servicio que ha mejorado en los últimos tiempos... El serbio dominaba en la pista y su oponente sobrevivía con sus toques de genio, con un revés paralelo por aquí brillante, con una volea... Jugaba puntos, pero el encuentro era de Nole. Amenaza una y otra vez con hacer breaks, hasta que lo conseguía, para tener dos tercios de encuentro más o menos plácidos. El serbio, evidentemente, no es Millman ni Sandgren, contra los que Roger salvó de milagro dos rondas, incluidas siete pelotas de partido contra el estadounidense. Djokovic no permite eso.

Ahora el número dos del mundo luchará por defender el título ante Thiem o Zverev. Sería su octavo triunfo en el Abierto de Australia y si lo logra recuperará el número uno del mundo.