Simeone piensa en el más allá

Joao Félix recibió antes del partido el premio al mejor jugador del mes de noviembre y después se marchó a la grada, a ver el partido con el resto de compañeros de banquillo como un espectador más. No muy lejos de él estaba Koke. Ellos son los jugadores fundamentales en la evolución del Atlético esta temporada. Y a los dos, que están entre los más exigidos de la plantilla, les tocaba descansar. Simeone habla partido a partido, pero piensa en el más allá, en los partidos decisivos que le esperan la próxima semana. El Atlético se juega la supervivencia en la Liga de Campeones en Salzburgo y la autoestima en Valdebebas el próximo sábado. El partido a partido es historia.

El Atlético pensó en el futuro y se atascó en el presente. Luis Suárez, al que esperaba con ansia para recuperar gol, apenas recibía balones y los que le llegaban no los resolvía con acierto. Le faltaba claridad al Atlético sin Koke y sin Joao Félix. Y profundidad sin Carrasco. Aunque Lemar se esforzaba por hacer jugar a su equipo.

Simeone lo situó como interior en el centro del campo, junto a Saúl y Herrera, para que tuviera más contacto con el balón y se sintiera más útil. Y eso hizo el francés, aunque no acababa de encontrar socios que lo ayudaran en la tarea. Así que fue él mismo el que liberó al Atlético con un gol en el comienzo de la segunda parte. Para entonces, Lemar ya había ocupado un lugar en el costado izquierdo que había pertenecido a Vitolo en los primeros 45 minuitos. Al canario le costaba encontrar los caminos por la banda izquierda con la facilidad que los encuentra Carrasco. No debió de convencer mucho a Simeone, que lo sustituyó en el descanso por Llorente. Y por la derecha, Trippier tampoco aprovechaba su situación adelantada.

Hasta que el inglés recibió un pase en profundidad de Llorente y lanzó un balón que cruzó todo el área del Valladollid hasta que encontró a Lemar para que empujara el gol.

El Valladolid se había sentido con libertad para atacar el área y fueron varias las ocasiones en las que se acercó a molestar a Oblak. Tenía menos posesión, pero le cundía más en el primer tiempo, pero el tanto de Lemar le situó en la realidad.

Después del tanto, Simeone hizo un hueco a Koke y a Joao Félix en el campo. Y todo empezó a resultar más fluido. Ellos son los que manejan el juego del equipo, los que lo echan a andar. Y con el resultado a favor, además, todo resulta un poco más sencillo.

Luis Suárez apenas pudo disfrutar unos minutos de esa fluidez. Simeone lo sustituyó por Kondogbia y el uruguayo se fue sin marcar. Lo intentó desde el centro del campo, pero la pelota fue a las manos de Masip.

Simeone le dio los minutos necesarios para que recuperara el ritmo y se lo guardó para los partidos que vienen. Suárez ha estado más de tres semanas sin jugar después de su positivo por coronavirus y el Cholo lo quiere en perfectas condiciones para enfrentarse al Salzburgo y al Real Madrid.

Para el gol ya tenía a Llorente, que aprovechó una jugada sencilla para conseguir el segundo. Un pelotazo de Oblak a la cabeza de Trippier se convirtió en una asistencia a Llorente. Una jugada de la que el Atlético ya ha sacado provecho en varias ocasiones.

Pocas cosas disfruta más el centrocampista rojiblanco que una carrera con muchos metros por delante y sin más obstáculo que el portero entre él y el gol.

El banquillo rojiblanco ya tenía motivos para aplaudir. En la primera parte sólo se oyeron para festejar que el árbitro, por fin, había conseguido solucionar los problemas de conexión que le impedían escuchar la indicaciones de sus ayudantes después de que el partido estuviera varios minutos detenido.

El Atlético sigue disfrutando en la Liga y ya se permite reservar jugadores en los partidos menos comprometidos de la temporada. Además, va sumando jugadores útiles, porque los rojiblancos ganaron los tres puntos pero, sobre todo, han ganado a Lemar.