El derbi
Y Simeone se quedó callado
El entrenador del Atlético cambió al equipo en el descanso para buscar el empate. El gol de Carvajal, el segundo del Madrid, lo dejó mudo
Marcó Carvajal y Simeone se quedó hundido en el asiento del banquillo de Valdebebas. Sin gritos, sin gestos. Rendido ante un resultado que ya consideraba inevitable a esas alturas de partido. Había cambiado el sistema durante la primera parte para que Hermoso se ocupara de la banda izquierda por detrás de Carrasco, removió la alineación con tres cambios en el descanso y se vio cerca del empate con el remate de Lemar al lateral de la red.
Pero el segundo gol era un golpe demasiado duro para él. En sólo un partido había recibido los mismos goles que en los diez anteriores. Los dos goles que había encajado Oblak hasta el momento se han convertido en cuatro, pero lo peor para el Atlético es la sensación de que las certezas que ha ido armando con el paso de los partidos ahora se discuten.
La defensa de cinco, que convierte al equipo en una estructura más flexible con sólo desplazar un poco a Hermoso a la izquierda y adelantar a Carrasco, y que le funcionó contra el Barcelona, no resultó efectiva en Valdebebas.
Luis Suárez es la otra duda que le deja el partido a Simeone. Lo mantuvo en el campo hasta que no hubo más remedio –fue el último cambio–, pero confiaba más en su capacidad goleadora que en su físico. Marcó cinco tantos antes de dar positivo por coronavirus y ha jugado tres choques desde su regreso sin éxito.
«Jugamos un mal primer tiempo y un segundo tiempo mejor que el primero», asumía Simeone tras el encuentro. Y el técnico rojiblanco asume su responsabilidad en el resultado. «El entrenador se equivocó en el planteo y en la búsqueda del juego», afirma.
Y el Cholo hizo lo posible por corregir los errores. «En el segundo arrancamos de otro manera, tuvimos la ocasión de Lemar para empatar el partido y no lo logramos», admitió.
En el segundo tramo del partido cambiaron algunas cosas. Lemar, por ejemplo, ya parece uno más, después de dos temporadas de paciencia. Suya fue la primera oportunidad para el Atlético y participó de los mejores momentos de su equipo. Como Saúl y Kondogbia, que también entraron en la segunda mitad.
Pero todo eso llegó cuando Simeone había renunciado a todo lo que había construido en la Liga hasta el momento. Y sin sus delanteros estrella, porque Luis Suárez y Joao Félix habían sido sustituidos. Los dos se marcharon enfadados. Más visible fue el disgusto del portugués, que dio una patada a una silla al llegar a la grada.
En Valdebebas se rompe la racha de imbatibilidad del Atlético, el único equipo que no había perdido hasta el momento en este campeonato. Y otra racha más grande, que le hacía acumular 26 partidos consecutivos sin derrotas en la Liga. La última fue, precisamente contra el Real Madrid, en el Bernabéu y antes del confinamiento. Contra el gran rival, otra vez, llega la primera derrota en Liga de este curso.
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