Fútbol
El Betis, a cuartos de la Copa del Rey a costa del Sevilla y con un gol de Canales (2-1)
Dos acciones desafortunadas de Alfonso Pastor, cuarto portero sevillista, dan el pase a los cuartos al Betis en un derbi que duró casi veinte horas por la agresión a Joan Jordán
«Qué bonitos, qué bonitos son los goles de Alfonsito», se cantaba en Heliópolis a propósito del legendario delantero Alfonso Pérez Muñoz, dos finales de Copa del Rey –título en 2005 y subcampeonato en 2007– en sus dos etapas en el Betis. Vuelve a asomarse a las rondas decisivas del torneo del KO el equipo verdiblanco, en cuartos a costa del Sevilla, y el estribillo cobró plena vigencia por el involuntario colaboracionismo de su tocayo, Pastor de apellido y cordobés de Bujalance, un novel portero que figura como cuarto en el escalafón de Lopetegui y que se tragó los dos goles, uno de Fekir el sábado y otro de Canales el domingo, con los que los verdes remontaron el tanto con el que Papu Gómez había adelantado a los rojos.
Y en realidad, todo fue mucho más anómalo que ya de por sí extraña circunstancia de que los tres primeros porteros del Sevilla estuviesen ausentes por compromisos internacionales, covid y lesión, respectivamente. Para empezar, estarán al corriente, el partido duró casi veinte horas. Empezó a las 21:30 del sábado, se suspendió en el minuto 39 con empate a uno y se reanudó a las cuatro del domingo, después de que los sevillistas intentasen hasta última hora, con dos recursos, un nuevo aplazamiento. Su argumento era aplastante: el seguidor bético que lanzó el palo a Joan Jordán logró, además de la repulsa de todos –cuando lo trinquen, que ésa es otra...–, que su equipo se enfrentase a un rival mermado, ya que el centrocampista barcelonés permanecía en observación por prescripción facultativa y no pudo jugar.
La falta de fechas debido a un calendario delirante obligó a jugar un partido de cincuenta y tantos minutos que sonrió al Betis gfacias a un gol de Canales, bien servido por William Carvalho en su perfil derecho, mejor perfilado para su zurda y... ayudado por Alfonso, que puso las manitas blandas igual que en la víspera había mandado a la red el córner avieso de Fekir. El fútbol es, cada vez, más un deporte entre contendientes equilibradísimos que se decide por una mera cuestión de eficacia, ejercicio en el que el Sevilla sobresale pero en esta ocasión no lo hizo: aceptó gol en la única aproximación visitante y mandó Koundé un cabezazo al larguero (minuto 88) en su ocasión más clara.
Los dos entrenadores aprovecharon la posibilidad que les daba el reglamento para modificar sus alineaciones de la vísperas. Pellegrini propició el debut de Sabaly, refuerzo estival lesionado en pretemporada que se estrenó supliendo con mucha solvencia a Bellerín. Lopetegui hizo buenas las 24 extras de recuperación para alinear a Acuña y Koundé, dos de sus mejores jugadores que faltaban el sábado por problemas físicos. Además, hizo debutar al Tecatito Corona mediada la segunda parte, aunque el desorden de los minutos finales impidió al mexicano brillar.
Al final, como estaba cantado desde el sorteo, los vencedores reían y los perdedores se asían a cuantas excusas encontraban a mano. Eso habría sido así aunque no hubiese mediado el bochornoso incidente que obligó a interrumpir el partido porque es la historia de todos los derbis.
2. Betis: Rui Silva; Sabaly, Pezzella, Édgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho; Canales, Fekir, Juanmi (Tello, m.79); y Borja Iglesias.
1. Sevilla: Alfonso; Montiel (Zarzana, m.89), Koundé, Diego Carlos, Rekik (Iván Romero, m.78), Acuña; Óliver Torres (Gudelj, m.67), Rakitic; Ocampos, Papu Gómez; y Rafa Mir (Tecatito, m.67).
Goles: 0-1, M.35: 1-1, M.39: Fekir. 2-1, M.73: Canales.
Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoechea (Comité Vasco). Amonestó a los locales Fekir (m.01), William Carvalho (m.61) y Álex Moreno (m.78), y a los visitantes Ocampos (m.23), Montiel (m.64), el técnico Lopetegui (m.78) y Koundé (m.93).
Incidencias: Partido de octavos de final de la Copa del Rey reanudado en el minuto 39, momento en el que se suspendió el sábado al recibir el sevillista Joan Jordán un impacto en la cabeza por una barra lanzada desde la grada. El marcador reflejaba entonces empate a uno. El resto del encuentro se disputó a puerta cerrada en el mismo escenario, el Benito Villamarín.
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