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El mensaje más sincero de Kyrgios tras conocer que Rafa Nadal se retira de Wimbledon y que jugará la final
El tenista australiano, que se había entrenado pensando en disputar la semifinal del torneo, disputará su primera final de un Grand Slam
Nick Kyrgios jugará la final de Wimbledon sin tener que desgastarse en las semifinales. Rafa Nadal ha dicho que no puede más, que el dolor le mata y abandona el torneo después de su heroísmo ante Fritz en los cuartos de final. Ahora, Kyrgios, que nunca ha disputado una final de Grand Slam, jugará una final, sin haber disputado aún una semifinal.
Se esperaba un partido vibrante, con la emoción que le pone el australiano y la capacidad para sufrir que está demostrando que tiene Nadal. Pero ya no será. Nadal ha dicho que no puede y Kyrgios le ha mandado un mensaje, con una foto de ambos dándose la mano: “Diferentes jugadores, diferentes personalidades, empieza el mensaje el australiano sin que se sepa muy bien qué quiere decir. “Espero que te recuperes bien, todos esperamos verte de nuevo sano. Hasta la próxima vez”, ha escrito en inglés el jugador australiano en su Instagram.
:Quería jugar contra Nadal, no quería pasar a la final de esta manera. íbamos empate a uno en Wimbledon y me hubiera gustado un tercer capítulo. A nadie le gusta que alguien tan importante para nuestro deporte tenga que abandona. Sólo espero que se recupera y poder jugar con él en un gran escenario de nuevo. Seguro que todo el mundo quería ver una gran batalla”, añadió.
Se enteró cenando: ‘No he hablado con él. Me enteré que se retirada cuando estaba empezando a cenar. Mi primera sensación fue la de decepción porque estaba muy focalizado en el partido y cómo iba a gestionar las emociones y a nivel táctico. Estoy seguro que la renuncia no habrá sido fácil para Rafa porque iba a por el ‘Grand Slam’ esta temporada”.
Ahora Kyrgios puede seguir con su show más triunfador que nunca en Wimbledon. se puso a comer delante de los periodistas tras el primer partido que jugó este año en Wimbledon. Mientras le preguntaban echaba la salsa al sushi y respondía con dejadez, pero sinceridad. Su sinceridad. Durante el partido, antes, había lanzado una bola fuera de la pista, había llamado chivata a una jueza de línea y, para acabar, había escupido hacia donde un espectador le había estado insultando. Un Kyrgios al ciento por ciento, como si quisiera dar al público lo que espera de él. Porque es un gran tenista o eso dicen de él casi todos, pero su fama le ha llegado más por lo que hace o provoca que por lo que juega o por los títulos que consigue.
En Wimbledon está jugando como nunca o al menos está ganando como nunca, porque por primera vez se ha plantado en una final de un Grand Slam, debido a la lesión de Rafa, pero también jugando con autoridad la mayoría de los partidos y reconociendo dónde y cuándo se ha equivocado. Dice que ha cambiado hábitos, que ya no hay que sacarle de un bar a las cuatro de la mañana y que se ha rodeado de un equipo que le ayuda en la preparación, el descanso y la alimentación. Aunque no en el entrenamiento, porque presume de que no tiene entrenador. Dice que no sería capaz de aguantarle.
Se ha saltado parte de la temporada para llegar bien a Wimbledon, donde lo está apostando todo y, esta vez, le está saliendo. Ha logrado que, según avance el torneo, el tenis vaya superando al diablo malo que le aconseja desde el otro hombro. Así, se las tuvo con Tsitsipas, superado por la frialdad de Kyrgios y que aún días después sigue dando vueltas a su partido y al carácter del australiano. Y se ha plantado en el verde de Wimbledon con unas zapatillas rojas, que no podían no llamar la atención en el templo de la ropa blanca. Le castigaron con jugar lejos de la pista central, pero por su tenis, ha vuelto.
El viernes le tenía que esperar un Rafa Nadal herido, pero el duelo entre la rebeldía del australiano y la constancia del español, tendrá que esperar. Kyrgios llega a la final de la manera más inesperada, por una vía rápido que seguramente, no le ha gustado.
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