Tenis
Alcaraz derriba un muro para ganar su segundo Mutua Madrid Open
Reeditó el título en la Caja Mágica ante el alemán Struff por 6-4, 3-6 y 6-3 en dos horas y 26 minutos. Es el cuarto trofeo que levanta esta temporada Carlitos
Alcaraz repitió título en Madrid. La Caja Mágica y Jan-Lennard Struff acabaron rendidos a Carlitos en una final trabajadísima y sin la brillantez de otros capítulos. Es importantísimo ser capaz de ganar títulos sin necesidad de una colección de golpes geniales. Así han ganado y ganan los más grandes. El número dos del mundo, que la próxima semana recuperará el uno, se impuso por 6-4, 3-6 y 6-3 en dos horas y 26 minutos. Es su décimo título en 13 finales desde su explosión el curso pasado. Su cuarto Masters 1.000 con 20 años recién cumplidos. Esta temporada ha jugado seis torneos, ha disputado cinco finales y ganado cuatro títulos (Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona y Madrid). Y la que perdió en Río ante Cameron Norrie estuvo condicionada por los problemas físicos. Su peor resultado, la semifinal en Miami donde le rindió Sinner. Alcaraz suma 20 victorias seguidas sobre tierra batida en España y en Madrid sufrió al principio, ante el finlandés Ruusuvuori, y al final, ante Struff. Por el medio, arrasó con todo. Con Dimitrov, con Zverev, con Khachanov y con Coric. Ahora llega Roma donde haga lo que haga se encaramará, por tercera vez, al número uno del mundo. Y luego París, Roland Garros...
La trayectoria de Struff en el torneo ha sido tan heterodoxa como su tenis. Hace más de dos semanas ya estaba sacando a más de 200 kilómetros por hora en la Caja Mágica. La final era el noveno partido que disputaba en Madrid. Nunca un jugador rescatado de la previa había llegado tan lejos como él en un Masters 1.000. Y su tenis le hizo la final incómoda a Carlitos.
Con el partido cogiendo temperatura, Alcaraz miró a su palco e hizo un gesto diciendo "si es que es muy grande". Fue después de intentar un globo. Struff, su táctica y su 1,94 bachearon mucho el partido. Y eso que el español sumó un break nada más empezar. Lo hizo en un juego en el que al alemán se le notó su condición de novato a estas alturas. Dos dobles faltas regalaron el primer juego al de El Palmar. Pero no todo iba a resultar tan sencillo. El germano, en su inferioridad, tenía claro a qué tenía que jugar. Prohibidos los intercambios. Subidas a la red constantes, ataque al segundo servicio de Alcaraz y si sus cañonazos al saque funcionaban... pues habría partido. Con esa táctica tuvo una bola de ruptura en el primer servicio de Carlitos y logró un break en el segundo.
El juego de Alcaraz no era fluido. "En momentos difíciles, más duros nos ponemos", le inquirió Ferrero desde el palco cuando el alemán se puso por primera vez por delante (2-3). Se trataba de armarse de paciencia porque Carlitos no era el de toda la semana. "¿Qué hago?", preguntó con más nervios de los habituales a Ferrero. Se trataba de mantener la calma y funcionó porque el alemán cedió el primer set más por sus errores que por los aciertos del español. Una doble falta de Struff regaló un nuevo break para Alcaraz en el séptimo juego. Y en el décimo, el alemán no fue capaz de aprovechar el 0-40 que dispuso. No había continuidad en el juego de Alcaraz, pero el primer set era el murciano.
Struff, que las había visto de todos los colores en la Caja Mágica, siguió fiel a su plan. Como si nada hubiera pasado. Se situó con 0-3 con la ansiedad agarrotando la raqueta de Carlitos. Volvió a la carga en el quinto juego, pero Struff no estaba dispuesto a dar un paso atrás. El alemán se agarró a su servicio con una tenacidad admirable. Fue capaz de salvar cinco bolas de break en un juego interminable que se prolongó durante más de un cuarto de hora. Montado en unas voleas impecables consiguió mantener la ventaja para aumentar el nivel de exigencia. "Positivos todo el rato, positivos todo el rato", exigía Ferrero en el palco. En una situación límite, con bola de break en contra incluida, al menos Alcaraz sonrió. No quedaba otra porque el alemán no ofrecía una grieta. Conectando saques muy por encima de los 200 kilómetros por hora se situó con 2-5. Y resolvió el set con su servicio de forma magistral. Un saque directo y un excepcional bote pronto prolongaron la pelea.
Había que buscar un plan B. No discutir el título a palos. Mover al alemán, modificar las alturas... se trataba de ganar sin la necesidad de convertir el partido en una colección de "highlights". Y Carlitos lo hizo. "Entrenamos para estos puntos", dijo Ferrero antes de que su pupilo firmara un break en el cuarto juego. Era la rampa que necesitaban él y el público de la Manolo Santana para que Struff, después de dos horas, dudase. El título del Mutua Madrid Open volvía a estar en manos de Carlitos.
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