Champions League
El Atlético y la nueva batalla de Glasgow
En 1974 jugó la semifinal de la Copa de Europa contra el Celtic. En la ida, en campo escocés, acabó con ocho jugadores
Glasgow es un lugar legendario para el Atlético. Un lugar que despierta los recuerdos de la primera vez, hace ya 50 años. Cuando la Champions se llamaba todavía Copa de Europa y era una competición entre campeones de verdad y el Atlético llegó por primera vez a la final. La perdió contra el Bayern en Bruselas, en el partido de desempate, pero esa es otra historia. La de Glasgow es una historia de resistencia y de éxito.
La de la batalla que se jugó en Celtic Park el 10 de abril de 1974. Era el partido de ida de las semifinales de la Copa de Europa, y el Atlético, vestido con camiseta roja y pantalón azul, arrancó un empate a cero contra un equipo que entonces era uno de los grandes de Europa. Fue el primer campeón británico de la competición, en 1967, y en el 70 había sido subcampeón. En su equipo jugaban futbolistas como Jimmy Johnstone y Kenny Dalglish. Los escoceses sufrieron la dureza de la defensa del Atlético. Jonshtone era un habilidoso extremo que alcanzaba a duras penas el 1,60 y que recordaba con dolor aquel partido en una entrevista concedida al diario «El País» en 2002. «En mi carrera me dieron muchas patadas, pero nunca tantas como aquellos argentinos del Atlético», confesaba.
Johnstone se movía por el costado derecho del ataque, por donde se encontraba con Panadero Díaz, el lateral izquierdo que fue uno de los tres expulsados del equipo rojiblanco. En aquella época los árbitros eran más permisivos con la violencia y el argentino se marchó al vestuario al ver dos tarjetas amarillas, la segunda por una patada en las costillas al extremo escocés. Lo mismo le había sucedido un minuto antes a su compañero y compatriota «Ratón» Ayala. El Atlético jugó con nueve desde el minuto 56, pero no acabaron todos. En el 83 fue expulsado Quique por roja directa. Sólo hacía trece minutos que había entrado en lugar de Irureta. Los rojiblancos vieron otras siete tarjetas amarillas y los futbolistas de los dos equipos se agredieron camino de los vestuarios. Y la policía escocesa se encargó de «calentar» un poco más a los jugadores del Atlético.
El Atlético se quedó sin seis jugadores para la vuelta y tuvo que abonar una multa de dos millones de pesetas que le impuso la UEFA. El partido ha quedado en la memoria atlética, igual que el nombre del árbitro, el turco Babacan. Un recuerdo que merece que el Atlético le haga un homenaje vistiendo igual que en aquel partido, con camiseta roja, pantalón azul y medias rojas. Además, a los convocados por Simeone, el Atlético ha añadido a «Cacho» Heredia y a Bermejo, protagonistas de aquel partido. En la memoria del Celtic también ha quedado aquel encuentro. «El Atlético es escoria», escribió Billy McNeill, capitán de los escoceses entonces, cuando los dos equipos volvieron a encontrarse en 2011.
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