Baloncesto

Alemania hereda el trono de España como campeona del mundo (83-77)

Derrotó a Serbia con el liderazgo del base Dennis Schröder, MVP del torneo. Los germanos han sido la única selección invicta en el Mundial

Schröder anota con un mate en la final ante Serbia
Schröder anota con un mate en la final ante SerbiaFRANCIS R. MALASIGAgencia EFE

Alemania sucede a España como campeona del mundo con todos los honores. Los germanos han sido la única selección invicta en la Copa del Mundo, liquidaron a Estados Unidos en semifinales y en la final fueron capaces de sobreponerse a los nervios para levantar su primer título mundial. Al bronce del pasado Eurobasket, Alemania sumó un oro con total merecimiento liderada por Dennis Schröder. El base fue elegido el MVP del torneo y en la final dejó 28 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias. Y fue capaz de aparecer en el tramo decisivo cuando el resto de finalistas eran presa de un ataque de pánico. Schröder, muy sólido en los tres primeros cuartos, reapareció cuando su equipo más lo necesitaba para dar el título a Alemania.

Sin España, sin Estados Unidos, sin Canadá... la final de la Copa del Mundo fue un gran partido entre Alemania y Serbia. Pesic ha logrado con 74 años que en los balcánicos nadie se acordara de la dimensión de sus ausencias. En Serbia durante buena parte del siglo XXI, la unión en el vestuario, una de las grandes armas de España, ha sido un lastre para el equipo nacional. Ahí radica otro de los méritos de Pesic. El vestuario ha sido un clan y eso deriva en una defensa que provoca acciones de tres contra uno, que Schröder cometa dos pérdidas de forma casi consecutiva, que todos vayan en la misma dirección en definitiva. A esa defensa fue capaz de sobreponerse Alemania en los dos primeros cuartos. Ya lo decía Scariolo en LA RAZÓN: "Alemania está para ganar algo, llevan tiempo jugando juntos". Gordon Herbert, con diez años menos que Pesic, ha otorgado personalidad a una selección en la que no hay un estrellón como era Nowitzki, pero tiene un bloque de jugadores que mezclan tamaño y talento como nunca. Por eso los germanos resistieron el primer envite de los francotiradores serbios. Y por eso soportaron el explosivo inicio de dos secundarios como Nikola Jovic y Marinkovic. Y por eso Schröder se vino arriba después de las dos pérdidas. El base anotó diez puntos en el segundo cuarto, nueve en el tercero y seis cuando todos naufragaban. Schröder tuvo la inestimable ayuda de Franz Wagner. Un 2,08 exterior que en algunos movimientos recuerda a Dejan Bodiroga, el alma de la Serbia y Montenegro campeona del mundo hace 21 años.

La Serbia sin apellido actual tiene como referente a Bogdanovic. Pesic le dio algo más de cinco minutos de tregua en los dos primeros periodos. Suficiente para rearmarse y que en su regreso fuera una pesadilla para la defensa germana. El problema para los balcánicos es que después del descanso desapareció. Entre el alero y Petrusev mantuvieron la igualdad. Había defensa, había intervención de los banquillos, había talento, una circulación de balón con criterio... el oro al descanso seguía siendo cosa de dos (47-47).

A Serbia se le agotó la munición exterior en el tercer cuarto (0/7 en triples) y Alemania se volvió a poner en manos de Schröder. El base no es un generador clásico, pero es capaz de fabricarse canastas como pocos en su posición. Su capacidad de decisión transformó una final equilibrada. Lo que eran diferencias inapreciables se convirtió en una renta de once puntos después de un parcial 9-0 (64-53). Los balcánicos sólo fueron capaces de sumar 10 puntos en el tercer cuarto gracias a la tensión defensiva que en Alemania aportan jugadores como Bonga o el mayor de los Wagner, Moritz.

Como Bogdanovic estaba desaparecido, Marinkovic asumió la responsabilidad en Serbia. Su energía en defensa y su atrevimiento en ataque devolvieron a los balcánicos a la final (73-69). Él fue el único capaz de evadirse de la trascendencia del partido. El resto fue devorado por la presión. Los errores, con mucho tiempo por delante, comenzaron a acumularse. Schröder ya no tenía los mandos y en Serbia nadie asumía responsabilidades. Los germanos sobrevivían gracias a la ventaja acumulada con anterioridad y a un triple milagroso de Voigtmann. En Serbia, Pesic sentó a Bogdanovic. Fue poco más de un minuto, pero la muñeca de la estrella serbia no volvió. Todo quedó en manos de Avramovic. El ex de Estudiantes no se cortó. A falta de poco más de un minuto sumaba 16 puntos en el último cuarto y Serbia volvía a estar ahí (78-75 a 1:21). A Alemania la consumían los nervios. Hasta que volvió a aparecer Schröder. Su último cuarto era para olvidar, pero apareció a tiempo para convertir a su selección en campeona del mundo por primera vez. Alemania hereda el trono de España.

83. Alemania (23+24+22+14): Schröder (28), Obst (7), F. Wagner (19), Theis (2) y Voigtmann (12) -quinteto titular- Bonga (7), M. Wagner (8), Lo (0), Thiemann (0) y Giffey (0).

77. Serbia (26+21+10+20): S. Jovic (3), Bogdanovic (17), Dobric (0), N. Jovic (9) y Milutinov (2) -quinteto titular- Marinkovic (9), Guduric (4), Petrusev (10), Avramovic (21) y Davidovac (2).

Árbitros: Vázquez (Pur), Bermúdez (Mex) y Salins (Let). Sin eliminados. Técnica a Milutinov.

Incidencias: 12.000 espectadores en el Mall of Asia Arena de Manila. Partido correspondiente a la final de la Copa del Mundo.

Canadá, bronce, deja sin medalla a Estados Unidos

Estados Unidos llegaba a la Copa del Mundo como favorita número uno al oro según el ránking FIBA y deja el torneo sin medalla, con tres derrotas (Lituania, Alemania y Canadá) y con la impresión de que sin un plantel en el que la mayoría de jugadores sean de la clase alta de la NBA lo de ganar campeonatos ha dejado de ser una rutina. El equipo de Steve Kerr forzó la prórroga ante Canadá de forma milagrosa. En el tiempo extra, Shai Alexander Gilgeous (31 puntos, 6 rebotes, 12 asistencias y 40 de valoración) y Dillon Brooks (39 puntos, con 7/8 en triples, 4 rebotes, 5 asistencias y 41 de valoración) ejecutaron a los estadounidenses.