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Entrevista

Sergio Scariolo: «Juan Núñez será un jugador muy respetable muy pronto"

El técnico de la campeona del mundo y de Europa afronta su enésimo desafío. El reto alimenta su competitividad. «Hay cualidades colectivas para rebelarnos contra las previsiones», asegura. «Nunca viví algo tan repentino como lo de Ricky», dice

Sergio Scariolo da instrucciones en uno de los últimos entrenamientos de la selección de baloncesto.
Sergio Scariolo da instrucciones en uno de los últimos entrenamientos de la selecciónAlberto NevadoFEB

Undécimo y ¿penúltimo? campeonato de Sergio Scariolo al frente de la selección. La Copa del Mundo de Filipinas, Japón e Indonesia arranca hoy con España como defensora del título, campeona de Europa y número uno del ranking FIBA. De eso y de mucho más habló el seleccionador con LA RAZÓN antes de viajar a Yakarta.

¿Hay tiempo para una sobremesa en la concentración?

No soy muy de sobremesa, soy de comida rápida, del tiempo que haga falta, pero lo justo porque hay tantas cosas luego... los temas importantes hay que hablarlos de una forma seria, concentrada... no he cogido el hábito de la sobremesa, me resisto.

¿Da tiempo a pensar en algo más allá del campeonato?

Hay tiempo para un poco de deporte, que intento hacer todos los días. Se contacta con las familias, obviamente hay algún libro y de vez en cuando una serie cuando hay una necesidad de desconectar del todo durante 45-50 minutos.

¿Con qué libro y serie está?

Estoy leyendo uno en italiano, algo que no hago demasiado. «Cómo el baloncesto puede salvar el mundo» de David Hollander. Es curioso porque parece un libro de baloncesto, que es el punto de partida, pero nos da una visión de cómo el baloncesto puede ser un canal de transmisión de valores y cómo lo ha sido a lo largo de los años con la inclusión, el progreso social, cómo el propio juego puede sugerir una forma de ver las cosas y la vida de modo diferente. La serie con la que estoy es The Lincoln Lawyer.

¿Cómo se superó el «luto» por Ricky?

Se tiene que haber superado. Está el sentimiento personal hacia el compañero, hacia la persona a la que tienes mucho cariño y sientes muy cercana y eso, su recuerdo, vuelve a menudo. Hablamos de él a menudo, pensamos en él, pero en buen plan porque todos confiamos en que pueda recuperar la energía y el entusiasmo que siempre ha tenido.

¿Había vivido algo así tan inesperado y tan repentino?

No, sinceramente no. Recuerdo que cuando estaba en el Real Madrid creé desde cero, porque era algo que no había en el fútbol ni en el baloncesto, un servicio de psicología deportiva con excelentes profesionales como Chema Buceta y José Beirán. Luego fue poco utilizado por los que vinieron después de mi, pero sí fue muy utilizado y potenciado por la sección de fútbol y siempre he intentado poner un psicólogo deportivo en mis equipos. Pero en Europa no hay madurez y a veces tampoco medios y tiene que ser a tiempo parcial. En los clubes lo he tenido y con satisfacción, pero siempre a tiempo parcial porque los clubes no terminan de entender que debería ser una figura equiparable a la del fisio, preparador físico, ayudante de entrenador... Hay que darle mucha más importancia al entrenamiento mental. No ya la intervención más terapéutica en situaciones más complejas. Incluso con los pequeños, haciéndoles entender que el cerebro es una parte del cuerpo como la rodilla o como los tobillos. Hay que cuidarlo como cualquier otra. Sin ser ya un tabú absoluto hay mucha resistencia. La mentalidad, el carácter, la personalidad... son factores puramente mentales y son factores que tienen cuota de entrenabilidad. Es una rémora del deporte de equipo sobre todo en el sur de Europa. En la Europa del Norte están mucho más avanzados y en Estados Unidos por supuesto que también. Allí todo el mundo tiene uno o dos entrenadores a tiempo completo. Es sorprendente la obtuosidad y el cortoplacismo de muchos operadores con voz y mando dentro del baloncesto. Hay muchos entrenadores que piensan que puede ser una intromisión o una injerencia. Hay directivos que piensan que es un gasto secundario y es impresionante cómo impacta en el funcionamiento y en la economía de un equipo. No hay que pensar que luego las lesiones mentales no van a existir igual que sucede con una lesión de rodilla. Se trata de reducir el riesgo no de anularlo porque es imposible.

¿Hay trabajo adelantado en la asignación de roles en el equipo con relación al Eurobasket?

Hay jugadores que han vuelto a entrar, otros nuevos, jugadores a los que la temporada no les ha permitido alcanzar un nivel de forma ideal para mantener un rol. Hay más de un ajuste. El tema de Ricky ha impuesto una consideración no sólo en el rol de base, si no en toda la plantilla.

¿Qué sensación tiene con Juan Núñez?

Ha sabido aprovechar su año de experiencia a buen nivel europeo, tiene más madurez. Es un jugador con cierto talento, cierta capacidad de asumir determinados riesgos en ataque, que es propio de los proyectos de gran jugador, con más control y con más atención. Ha ido creciendo en la confianza en el tiro exterior y teniendo un margen importante de mejora todavía en esta faceta, ha mejorado, ha crecido y podemos pensar que esta progresión puede seguir y llevarle a ser un jugador muy respetable, muy pronto.

Los que están mejor que hace un año son Juancho y Garuba...

Bueno, la verdad es que no hacía falta mucho (risas). Es cierto que han puesto mucha seriedad en la preparación. Lo necesitaban por el hecho de estar prácticamente inéditos durante una temporada entera. Esta conciencia y esta sensación de necesidad los ha animado a llegar con una buena cantidad de trabajo hecho.

Willy va más despacio...

Sí, no puedo utilizar la palabra preocupación porque sería quizá enfatizar demasiado el concepto, pero cierta atención y esperanza de que pueda subir de un buen nivel su prestación sí que la tengo. Es una referencia total en el equipo, pese a que Usman esté mejor y Santi pueda llegar a jugar de «cinco». Sé que el propio Willy es consciente de que está todavía alejado del nivel que debe tener durante el campeonato y está concienciado para acelerar.

Santi Aldama es un filón...

Es la apuesta que hemos acordado con su club y con él. En Memphis el rol de Santi es estar en una esquina y esperar que le llegue el balón e intentar convertir los triples abiertos. Aquí se trata de involucrarlo más dentro de lo que puede hacer porque la selección no es un momento de probaturas absolutas. Hay que tener un sentido concreto para alcanzar un resultado en muy poco tiempo. Estamos intentando utilizarlo con un rol más ambicioso a la hora de acciones que pueda tener en sus manos.

¿Le dicen algo los rankings que publica la FIBA?

La gente casi lo ha agradecido en la situación un poco apocalíptica que se ha creado con las bajas de Brown y de Rubio, los dos jugadores llamados a ser los líderes en la cancha del equipo. El problema es que los equipos a los que nos tendremos que enfrentar en la segunda fase nos superan con evidencia y con claridad. Nuestro cruce es con el grupo de más nivel de todos los grupos eliminatorios. Y sobre el papel nos sitúa fuera de los cuartos de final. No son opiniones aisladas, tendrán su fundamento, pero tendremos que encargarnos de maximizar nuestras cualidades colectivas para rebelarnos contra las previsiones.

¿Para cuándo ve al equipo en «modo campeonato»?

La situación se ha invertido respecto al pasado. Antes la clasificación para los cruces era asequible y se podía dar por hecha. Había que llegar al tope de la forma cuando empezaban los cruces. Ahora es diferente, no sólo en este año. En este torneo la clasificación para los cruces es carísima. Hay que alcanzar un nivel de competitividad muy pronto porque en el grupo tenemos un equipo, Brasil, muy, muy fuerte. Y luego en la segunda fase hay equipos -en teoría Canadá y Francia- que teóricamente están delante de nosotros.

Antes de empezar el torneo se habla mucho de las ausencias...

Bueno, Canadá tiene a Shai Gilgious-Alexander que es primer quinteto NBA. En ediciones anteriores esto no era tan frecuente. Karl Anthony Towns es otro top NBA. Hay muchísima calidad y un nivel físico y técnico brutal. Por ejemplo, Alemania ha llegado a un momento en el que está para ganar algo, llevan juntos tiempo. Francia mantiene el nivel físico y técnico... Todos los años ha habido ausencias y el campeonato termina superando expectativas.

Estados Unidos tiene un aspecto mucho más respetable que en el anterior Mundial...

Es un equipo lleno de jugadores con rol fundamental en sus equipos y en la plenitud. No son jugadores que estén en el ocaso de su trayectoria. Tienen que adaptarse al baloncesto FIBA como lo están haciendo. Un buen ejemplo es la temporada que ha hecho Jalen Brunson con los Knicks. Ha cogido las riendas del equipo en una ciudad complicada como Nueva York, en una franquicia muy difícil, con la presión que tiene... ha estado espectacular. Esto se puede extender a casi todos. Es un grandísimo equipo.

¿Cómo ha sido el adiós de Jorge Garbajosa como presidente de la FEB?

Muy entrañable, con emoción y con el deseo de seguir la línea que llevamos manteniendo muchos años. Había un antes de Jorge, un antes mío y habrá un después. Aquí unos cuantos hemos tenido la suerte y la capacidad de aprovecharla para enriquecer el legado que hemos recibido y tenemos muy claro que queremos que así siga. Queremos entregar un legado aún más prestigioso del que hemos recibido. Ha sido así con Pau, con Marc, con Juan Carlos, con Jorge... se puede nombrar a muchos y será con Rudy, conmigo... esto no termina. Y esta forma de fluir es lo que nos hace especiales, los que nos permite aguantar este momento de transición sin bajar demasiado nuestro nivel de prestaciones.