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“El caballo se ha convertido en un instrumento del placer humano”

La presidenta de la Asociación en Defensa de los Équidos, Leonor Díaz de Lidaño, relata el dantesco caso que tuvieron que afrontar el pasado verano en una finca en Aragón

Uno de los caballos rescatados por la Asociación en Defensa de los Équidos Chacco Marketing

La presidenta de la Asociación en Defensa de los Équidos (A.D.E.), Leonor Díaz de Lidaño, denuncia en LA RAZÓN una situación dantesca. El pasado verano, la organización intervino en una finca en Ateca (Aragón) donde se hallaron decenas de caballos muertos y otros tantos en condiciones extremas de abandono. Desde entonces, A.D.E., con sede en Cataluña y una larga trayectoria en el rescate y rehabilitación de équidos maltratados, trabaja para recuperar a los 69 animales que lograron sobrevivir y denunciar un sistema que a menudo no sabe, o no quiere, reaccionar ante el sufrimiento animal.

"Recibimos el aviso de los caballos en Aragón a través de un particular y lo primero que pensamos al ver aquellas imágenes tan aterradoras fue que teníamos que actuar, sin importar el número de animales ni el estado en el que se encontraran. No podíamos mirar hacia otro lado. La persona que nos contactó explicó que la situación llevaba más de un año prolongándose. Había avisado a distintas autoridades y protectoras sin obtener respuesta. Muchas asociaciones estaban centradas únicamente en perros y gatos, y él, desesperado, nos decía: “¡Pero si los caballos también son animales!”. Sabemos que las autoridades conocían el caso desde julio, porque habían visto los cadáveres y las manadas de buitres. Sin embargo, no actuaron. Prefirieron mirar hacia otro lado", relata Leonor.

"Nuestro equipo de Aragón acudió al día siguiente y lo que hallaron fue indescriptible. Había restos de caballos en distintos estados de descomposición, muchas calaveras y huesos. Se calculó que había unos 40 animales muertos. En pleno julio, con un calor sofocante, los caballos vivos no tenían ni sombra ni agua; algunos tenían las pupilas quemadas por el sol. Lo primero que hicimos fue presentar denuncia e iniciar el aporte de agua y alimento", explica.

"El papel de los vecinos fue fundamental. Muchos acudieron cuando podían, llevando cubas de agua y algo de comida. Gracias a ellos, varios caballos sobrevivieron. También tenían miedo, porque el propietario es una persona con 21 causas penales abiertas. Desde A.D.E. les estamos profundamente agradecidos: gracias a su implicación y humanidad, hoy algunos de esos animales están vivos", apunta Leonor.

"La actuación fue rápida, pese a que la jueza era suplente y estábamos a finales de julio. El caso era grave y estaba bien documentado, así que se decretó el decomiso el sábado, aunque no se pudo ejecutar hasta el lunes por falta de personal. Aun así, nos autorizaron a seguir aportando agua y alimento. Durante esos días alguien robó seis potros recién nacidos, que probablemente murieron al no poder alimentarse. Fue un golpe durísimo. El lunes llegaron las veterinarias, el SEPRONA y los camiones, y entre lunes y miércoles evacuamos a los 69 caballos supervivientes", afirma la presidenta de A.D.E.

"Hay historias muy duras. ''Alado'' estuvo dos meses ingresado, completamente desfondado. Pasó tres días tumbado, sin poder sostenerse, pero logró salir adelante. Le ha quedado un pequeño fallo renal, pero vivirá tranquilo. ''Ibérica'' tiene un tendón cortado y el suspensor del otro roto; vive con su potrillo y recibe antiinflamatorios permanentes para moverse sin dolor. También hemos tenido pérdidas, como una potra de cuatro años que murió a los pocos días de llegar. Aun así, la mayoría evolucionan bien", cuenta Leonor.

"Los 69 caballos que sobrevivieron se están recuperando de forma asombrosa. Los que viven en libertad tardan algo más, pero todos ganan peso y fuerza. La recuperación emocional ha sido impactante: al bajar del camión y encontrar agua y hierba, muchos se quedaban quietos, observando. Actualmente tenemos a pupilaje 12 sementales, 5 potros, 4 yeguas y 2 machos pendientes de castrar. Es un esfuerzo económico enorme, pero la mejora ha sido del cien por cien", dice orgullosa.

"Y es que el maltrato no disminuye, incluso diría que crece. Tenemos un problema de capricho: los animales se han convertido en objetos de deseo. En el mundo del caballo se ve con claridad. Se usa al caballo como instrumento del placer humano. En el ámbito profesional no se le considera un miembro de la familia y eso me duele profundamente. Este caso fue un capricho a gran escala: un propietario quiso tener una ganadería de lusitanos y, cuando perdió el interés, los dejó allí, olvidados", apunta.

"Prevenir es difícil. Para un ayuntamiento ya es complicado hacerse cargo de perros o gatos decomisados; imaginemos una ganadería de 70 caballos. Pero debemos poner el foco en lo esencial: respetar su naturaleza, vínculos y necesidades. Desde las asociaciones y desde PACMA pedimos una legislación más firme y justa, que proteja de verdad a todos los animales. Con nuestra asociación se puede colaborar de muchas formas, pero la ayuda económica es fundamental. Las facturas veterinarias son enormes y nuestra base de socios es pequeña. Necesitamos socios, padrinos y “teamers”, esas pequeñas ayudas de un euro al mes. Cada euro nos permite seguir salvando vidas", dice Leonor.

"Esperamos que todos tengan su final feliz cuando la sentencia confirme que son propiedad de A.D.E. Somos muy cuidadosos con las adopciones, porque muchos caballos adoptados acaban regresando. En A.D.E. nuestros caballos no viven en boxes, siempre están acompañados y nunca les faltará alimento ni cuidados. Esa es nuestra verdadera idea de un final feliz", concluye Leonor Díaz de Lidaño.