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Hípica

Los caballos también van al dentista

La salud bucodental es determinante en la salud del animal. "La boca es el primer punto de contacto entre jinete y caballo", apunta Sergio Soler, odontólogo equino

Sergio Soler, en plena intervención
Sergio Soler, en plena intervenciónChacco Marketing

En el deporte ecuestre, donde cada detalle suma o resta, la salud bucodental del caballo es uno de los pilares menos visibles y más determinantes para su bienestar. Una boca en mal estado repercute en la alimentación, en la digestión y en algo tan esencial en el deporte como el contacto con el jinete. El odontólogo equino Sergio Soler, con amplia experiencia en la materia, explica por qué una revisión dental a tiempo puede cambiar radicalmente el rendimiento y la comodidad del caballo.

"La boca es el inicio de la alimentación y también el lugar donde colocamos el bocado o el filete, nuestro punto directo de contacto con el caballo. Si su salud oral es deficiente, el animal tendrá digestiones peores, aprovechará menos el alimento y sentirá el contacto con el jinete como algo incómodo o incluso doloroso", apunta Sergio Soler. "El error más habitual es no mantener una rutina de cuidado dental. Todo el mundo sabe con qué frecuencia debe herrarse un caballo, pero la boca suele quedar relegada. Hay propietarios que pasan años sin hacer una revisión, simplemente porque no son conscientes de lo necesaria que es. Mínimo una vez al año han de revisarse las bocas de los caballos", asegura el odontólogo.

"Un caballo con molestias protestará al montarlo y comerá de forma anormal: demasiado lento o demasiado rápido. Son señales inespecíficas y muchas veces difíciles de interpretar, por lo que las revisiones periódicas son fundamentales. El caballo es un animal que actúa o actuaba ancestralmente como presa. En una manada, el más débil es el primero en ser atacado, así que intentará no mostrar dolor. Incluso con molestias importantes, hará lo posible por disimularlo mientras come, dando una falsa sensación de normalidad", apunta Sergio Soler.

"Las patologías más frecuentes son las puntas de esmalte, conocidas como “picos”, que se previenen y corrigen con un mantenimiento anual. En los últimos años están aumentando las caries en molares, relacionadas con el alto contenido en azúcares de ciertos piensos, y también patologías degenerativas como el EOTRH, que es una resorción odotoclástica e hipercementación de los dientes del caballo, consecuencia de que hoy los caballos tienen una mayor esperanza de vida. La resorción es la desmineralización de un tejido, llegándose a formar auténticos agujeros en la parte no visible del diente", afirma el odontólogo. Y resaltas las diferencias entre los problemas dentales de caballos jóvenes, adultos y seniors: "Los caballos jóvenes presentan dientes más afilados y con mayor velocidad de crecimiento, mientras que en los seniors los dientes están más desgastados e incluso pueden tener movilidad. Por ello, la dieta debe adaptarse siempre a la edad del animal". Y sobre el mito de saber la edad exacta de un caballo mirando los dientes, Sergio detalla: "En caballos jóvenes es bastante preciso y puede estimarse con relativa exactitud hasta los ocho o diez años. A partir de esa edad intervienen muchos factores y solo puede aproximarse la edad dentro de un rango de dos o tres años".

La boca es básica en el rendimiento y el contacto del caballo porque "es el punto directo de comunicación entre jinete y caballo. Siempre explico que es como correr una maratón con una piedra en el zapato: se puede, sí, pero nadie querría hacerlo en esas condiciones. En la boca del caballo ocurre exactamente lo mismo; una mínima molestia puede alterar todo el conjunto. Depende de la edad y del rendimiento que se le exija habrá que realizar las revisiones. Como norma general, una anual es suficiente. En caballos de alta competición o máxima exigencia recomiendo revisiones cada seis u ocho meses para evitar cualquier molestia justo en los momentos clave".

"Cada vez hay más propietarios y entrenadores concienciados que recurren al especialista. Aun así, sigue habiendo quien lo deja para cuando ya existe un problema, en lugar de prevenirlo", apunta Sergio así que lo mejor es "programar las revisiones dentales como parte de la rutina anual del caballo, fijando una fecha que sea fácil de recordar. Y, en la medida de lo posible, que cuenten con especialistas en cada área -odontología, fisioterapia…-, porque el trabajo en equipo siempre ofrece los mejores resultados", concluye.